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24 de julio de 2009

Experiencia

He visto lo siguiente debajo del sol:

Un hombre cristiano que desea estar en paz con todos, y no tener enemistad con nadie, sufre a veces desavenencias en la vida con ciertas personas. Un día puede discutir con un vecino al que no conoce de nada. Ni tan siquiera van juntos a la Iglesia, ni rezan juntos. Ni siquiera conoces si tiene fe en Jesucristo, o sin tan siquiera cree en Dios. Pero he visto lo siguiente: Tras pasar un poco de tiempo, no importa lo que haya ocurrido, esa persona parece haber olvidado el mal momento que tuvimos, y te saluda y te habla como si nada hubiera ocurrido. Incluso esa persona te puede regalar un día una sonrisa. Veo que esto es un gran don de Dios y una Gracia impresionante.

A veces los más conocidos o los más aparentemente devotos y piadosos no te tratan mejor que los desconocidos o los que no comparten tal vez tu fe.

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