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Sacramentos

En esta página les hablaré acerca de los Sacramentos desde una perspectiva de mi experiencia y vivencia personal.

La vida de cada ser humano es irrepetible. Por eso yo soy único. No hay ni habrá nunca otro como yo. Cada persona es única.

Lo primero que hicieron mis padres fue bautizarme, veintidós días después de nacer. Fue en la Iglesia de San Juan Bautista de Málaga. Y este video lo realicé con fotos de aquel día tan importante para mi. Fuera hecho más o menos por mis padres, por seguir una costumbre y una tradición, la de una España en la que el la religión católica era la oficial del Estado, una España gobernada por el caudillo Francisco Franco, que tenía el "Fuero de los españoles", como una de las leyes fundamentales del Estado (año 1947), donde se decía en su artículo 6:


Artículo 6.- La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial.

El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, que será garantizada por una eficaz tutela jurídica que, a la vez, salvaguarde la moral y el orden público.


El derecho a la protección de la libertad religiosa es una modificación de la Ley realizada en 1967, para adecuarla a uno de los documentos del Concilio Vaticano II del año anterior, y por tanto, adecuando la Ley a la Doctrina de la Iglesia, tal como declara al comienzo de la Ley.
El caso es que yo debo dar gracias a Dios, porque sin bautismo no se entra en la Iglesia. Y si no entras en la Iglesia no tienes acceso a la Gracia de Dios, el perdón de los pecados, y la vida eterna. El Bautismo es el primer sacramento de la iniciación cristiana.



Hoy, aquellos niños nacidos en aquellos años del final del régimen político que había estado vigente en España los últimos 40 años, y luego en los años de la transición política en España, son adultos. Muchos han dado la espalda a sus raíces cristianas, la de sus abuelos, bisabuelos, etc. Rechazan las tradiciones traspasadas de padres a hijos desde hace muchos siglos. El Concilio de Cartago, 253A.D. condenó la opinión de que el bautismo no debe darse a infantes hasta el octavo día de su nacimiento. Más tarde Agustín enseñó: "La costumbre de la Madre Iglesia de bautizar a los infantes ciertamente no debe ridiculizarse... ni se debe creer que su tradición es otra cosa sino apostólica"
Enseña la Iglesia en el Catecismo, lo siguiente:

1250 Puesto que nacen con una naturaleza humana caída y manchada por el pecado original, los niños necesitan también el nuevo nacimiento en el Bautismo (cf DS 1514) para ser librados del poder de las tinieblas y ser trasladados al dominio de la libertad de los hijos de Dios (cf Col 1,12-14), a la que todos los hombres están llamados. La pura gratuidad de la gracia de la salvación se manifiesta particularmente en el bautismo de niños. Por tanto, la Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento (cf CIC can. 867; CCEO, can. 681; 686,1).

Dicho esto, doy gracias a Dios y a mis padres por la gracia inestimable de haberme hecho hijo de Dios al administrarme el Bautismo a los 22 días de nacer. Si. Cuando no tenía aún uso de razón. Esta idea que ha sido introducida hoy en muchos que se llaman a si mismos "creyentes", de que para bautizarse hay que ser adulto y decidirlo por si mismo, es anti-cristiana, y tiene un grave perjuicio, porque los padres de estos hijos no saben o no quieren saber, porque han caído en las redes y trampas del mundo, que al hacer eso están poniendo en peligro a sus propios hijos. Porque en el fondo, la mayoría de estos padres, no son creyentes ni seguidores de Jesús. No conocen a Dios, y por lo tanto se engañan a sí mismos los que piensan que cuando sus hijos crezcan escogerán por ellos mismos. Los padres, tienen la OBLIGACIÓN de educar a sus hijos en lo bueno. Y lo que Dios enseña es lo BUENO. Por lo tanto, el que rechaza a la Iglesia, rechaza a Dios. Y si no lo sabías, ya lo sabes desde hoy. No vale, el "Yo creo en Dios". Tampoco vale el "Yo creo a mi manera". Por supuesto, eres libre de hacer lo que quieras con tu vida, pero yo anuncio la verdad sin complejos y seguro de lo que te digo.

Y eso pasa hoy. Eso y mucho más que eso, pero en mi infancia, gracias a Dios, no fue así.

Mi madre me ha contado que vine al mundo con los puños apretados, pero fui feliz de niño. Nunca me faltó el alimento, el cariño de mis padres, sus atenciones, nunca me faltó un juguete que deseara...

Mis padres no me han podido dar mucho más que eso en cuestión de fe cristiana en mis primeros años, porque ellos tampoco lo han recibido quizás de los suyos. En el caso de mi madre, nacida en un pueblo llamado Teba donde mis abuelos probablemente tampoco recibieron adecuada formación religiosa. A ellos les tocó vivir la guerra civil española, y la época anterior, desde 1931 a 1936, donde se perseguía y se mataba en España a los católicos, por ser cristianos. Se quemaban Iglesias, se quemaron conventos en 1931 en España, se asesinaban religiosos y religiosas. Mis abuelos, tuvieron un montón de hijos, y me imagino que sólo les preocupaba salir adelante para darles de comer y educarlos lo mejor posible.

De parte de mi padre no se mucho de su pasado por el momento, lo cual puede ser un indicio que hay ciertas cosas que no se han tratado conmigo. Se que la primera Biblia que encontré en mi casa, no era católica, sino protestante. La versión antigua de Cipriano de Valera. Pero esto no lo recuerdo hasta ya mi adolescencia. Es decir, se que mi padre ha estado algún tiempo en alguna iglesia protestante. Pero yo no se mucho de eso, pero debió ser antes de conocer a mi madre.

Recuerdo a mi madre enseñándome a rezar una oración infantil, que rezaba antes de dormir. Recuerdo haber rezado también el padrenuestro y el Avemaría de niño, aunque esto lo tengo muy turbio en la memoria.


Cabecera del Diario Sur de Málaga del 27 de Enero de 1971
Es importante notar, sobre todo hoy que la vida humana tiene para muchos tan poco valor, que el hecho de nacer es para cada persona un "acontecimiento" destacado de su vida. Yo he tenido la gran suerte de ser protagonista de la "historia de Málaga" del día 27 de Enero de 1971, y no lo digo yo. Lo dice la prensa local del día. (Arriba la cabecera de la portada de ese día del diario SUR de Málaga)
Para un católico, hay algo mayor que el propio nacimiento, y es lo que nosotros llamamos "El 2º nacimiento". Ese es el día de nuestro BAUTISMO, en el que entramos a formar parte de nuestra nueva vida, siendo despojado del pecado original y adoptado por nuestro Padre-Dios como su hijo y miembro de su noble familia. Todos los bautismos deberían ser anunciados en un periódico, pero no todo el mundo tiene la suerte que yo tuve, de tener a mi papá trabajando en un periódico. Y mucha más suerte que tengan a bien publicar lo siguiente:

Queda para la historia. Así fue y así se contó en la prensa.

Muchas gracias. Orgulloso de ser cristiano y católico.







LA PRIMERA EUCARISTÍA

Realicé la preparación para recibir mi primera comunión, calculo que entre 1977 y 1979, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.

En 1978 en la constitución española España se convierte en un país aconfesional, es decir que no da preferencia a ninguna religión. La nueva Constitución española garantiza la no discriminación de personas por razones de religión (Art.14). También Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.(Art.16.1)

En cuanto a las religiones, incluida la católica:

Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. (Art.16.3)

En cuanto a la enseñanza religiosa, dice la Constitución de 1978, norma fundamental del Estado:

Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.(Art.27.3)

De acuerdo a la Constitución y afortunadamente para los católicos, la asignatura de religión sigue estando presente en los planes de estudio. Así que estudio en el colegio XXV años de Paz entre otras, la asignatura de religión donde puedo obtener algo de formación, y luego en la Parroquia las catequesis.


En 1979 celebré la 1ª COMUNIÓN. Es decir, participé de mi primera Eucaristía, el Sacramento más grande que tenemos los cristianos. ¿Quién me iba a decir a mi, que después de esa, iban a venir muy pocas más, y que durante más de veinte años, no volvería a recibirla? Yo era un niño inocente, bastante sensible, y con cierto apego a lo religioso desde el principio.

Aquí un vídeo que realicé con fotos e imágenes grabadas en super 8mm de aquel día tan importante de mi vida.


Como no recuerdo cuando fue la siguiente comunión, pongamos que aquella fue la última, porque no debieron ser muchas más. La siguiente sería en el año 2004, al regresar a la Iglesia Católica, después de mas de tres años asistiendo a varias iglesias evangélicas.

Fue la Eucaristía una de las cosas que me devolvió a la Iglesia Católica. Todo esto y mucho más lo puedes leer en mi libro SOY CRISTIANO, publicado en Julio de 2012.

Aquí daré también mi testimonio acerca de la Eucaristía en mi vida, y como pasé de no ir a Misa, a ir casi a diario (o sin casi)


DESPUÉS DE LA PRIMERA COMUNIÓN

Es imprescindible que la Familia sea católica, y eduque a sus hijos en la fe cristiana desde el principio. Un niño o niña que no vive en su casa la fe porque no la ve en sus padres o sus otros familiares, está en peligro de perder la fe. Porque la formación dada hasta la primera comunión no es suficiente.

La familia tiene una gran responsabilidad. Una familia que no asiste a la Iglesia, y que no vive su fe, y que lleva a su hijo o hija para que haga la comunión, está actuando SIN COHERENCIA, sin sentido, y hay pocas posibilidades para el hijo después. Este fue mi caso. En mi casa no se respiraba ambiente cristiano, ni se practicaba nuestra religión católica. Mi madre me enseñó algunas oraciones de niño, pero poco más.

Hacer la primera comunión no es una tradición. Es un Sacramento de la Iglesia. No se tiene que recibir por cumplir con la tradición familiar o social, sino por fe en Jesucristo. Los padres deben ser los animadores y educadores, junto a la Iglesia. En 1979, yo sólo recibí la parte correspondiente a unas catequesis de las que no tengo apenas recuerdo, y la enseñanza religiosa en el colegio, que sacaba con buenas notas. Hoy, cuando escribo esto en el año 2011, todo es peor que entonces, porque la religión católica está muy mal vista, y hay una apostasía creciente, propiciada desde varios ámbitos, especialmente el Partido Socialista y la izquierda de este país que está plagada de anticristos.

Hay familias bautizadas en la Iglesia Católica que no están cumpliendo sus obligaciones cristianas, y están negando a sus hijos la posibilidad del Bautismo o de la 1ª Comunión, alegando motivos económicos.
¡ESTÁS EQUIVOCADOS!
No necesitáis gastar dinero para recibir los Sacramentos de la Iglesia. Eso es una patraña inventada por esta sociedad consumista y anticristiana en la que vivimos.

No tienes obligación de gastarte una fortuna, en comprar trajes caros, en banquetes semi-paganos, en regalos y reportajes fotográficos. Todo eso sobra. No digas que esa es la razón, porque ¡LA IGLESIA NO TE PIDE ESO.!

Yo tuve una comunión sencilla. Con un desayuno normal en la puerta de un bar normal y unos bollos y leche para unos cuantos allegados.

Curiosamente, pasada la Primera Comunión, ya no tengo apenas recuerdos de la Iglesia.

En mi casa no se practicaba la religión. ¿Que motivación puede tener el hijo? Tampoco recuerdo a nadie de la Iglesia buscando a la oveja perdida. Se supone que después de la Primera Comunión, me debería haber preparado para la Confirmación, pero yo de esto nada recuerdo.

Mi único contacto con la religión es estudiando la asignatura en el colegio. Poco recuerdo. Sólo se que mis notas eran buenas, y que mientras a mi me agradaba hacer trabajos y leer el libro de Evangelios para hacer los trabajos, a mi mejor amigo le producía risas o aburrimiento. Yo crecía y España cambiaba. En 1982, vino a visitarnos JUAN PABLO II. Yo tenía casi doce años. Pero creo recordar que sentí algo especial. En aquel año comenzó a gobernar en España el PSOE de Felipe González, es decir, la izquierda, con lo que eso significa de leyes anti-cristianas. JUAN PABLO II, denunció ya entonces el aborto, el divorcio, y la contracepción. Por cierto el divorcio lo legalizó en España, la UCD de Adolfo Suárez.




A mediados de los 80, en el instituto de F.P. también tenía la asignatura de religión, pero mi mente ya estaba en otras cosas. La chispa había desaparecido engullida por el ambiente irreligioso en el que me movía. Sólo recuerdo que la Semana Santa, me mantenía al menos una época al año, enganchado a lo religioso, y me gustaba ir a las procesiones, visitar iglesias, etc. En 1986 conocí a una chica de la que me enamoré y nos hicimos novios. Pero novios al estilo del mundo, no al estilo de Dios. En total diez años de relación fuera de Dios. Recuerdo haber asistido a alguna Misa esporádica, y me parecía aburrido y como que algo no iba bien.

¿Cual es el problema? Pues que si no conoces bien tu fe, es lógico que algo te pueda parecer aburrido. Si no vives la Misa como debe ser, es lógico que no entiendas nada y que te sientas extraño. No se trata de ir a Misa, sino de CELEBRAR la EUCARISTÍA.

En 1992, mi distancia con la Iglesia Católica se agranda.

TODO LO QUE OCURRIÓ A CONTINUACIÓN LO PUEDES LEER EN MI LIBRO SOY CRISTIANO.



CONFIRMACIÓN


Recibí el Sacramento de la Confirmación en el mes de Mayo de 2005. He aquí un pequeño video de aquel gran día para mi. Hablaré de esto en mi próximo libro, aún por editar.

Infórmate de lo que significa este importante Sacramento, AQUÍ.

MATRIMONIO

Ana Mari y yo nos conocimos un mes de Julio de 1996. Yo me encontraba sumido en una depresión. Ella..bueno ella que lo diga ella. ¿Cómo fue?

A mi me gustaba la música de Elvis Presley. Busqué en Málaga un club o asociación y encontré una llamada "Amigos de Elvis". La presidenta era ella. La llamé por teléfono. Quedé con ella, y en la primera cita me dio plantón. (Eso que lo cuente ella, si quiere). Un plantó como ese hubiera sido suficiente para no volver a intentarlo, pero yo lo volví a intentar. Una segunda cita, y entonces nos conocimos. Nos tiramos horas hablando de nuestra afición en común. Fue en Mac Donalds. La nochevieja de 1996 fue el momento clave. A partir de ahí me di cuenta que quería estar con ella. Comenzamos una vida en común a partir de 1997, aunque como estábamos fuera de la Iglesia, pues esta no estaba bien ordenada según el plan de Dios. Pero Él escribe derecho sobre nuestros renglones torcidos.

Finalmente en 2003, ya estábamos acercándonos mucho a Cristo. Hacíamos oración diaria, leíamos la Palabra de Dios juntos, y decidimos de común acuerdo que era el momento de regularizar nuestra situación. Pero entonces todavía la Iglesia Católica se nos hacía desconocida y lo descartamos. Yo aún me encontraba asistiendo a una iglesia evangélica. Ella nunca lo hizo, y yo, misteriosamente nunca la invité a asistir, sino que respeté su libertad e incluso una cierta protección hacia ella. Como si en el fondo supiera que aquello no era para ella en aquel momento. Mi experiencia de esos años con los evangélicos la cuento en mi libro: "Soy Cristiano", que escribí en 2004. Decidimos casarnos civilmente, de forma que la menos tuviéramos un vínculo legal. La sorpresa que no sabíamos, es que poco más de un año después, decidíamos recibir el Sacramento del Matrimonio y regresar a la Iglesia Católica.

Ana Mari y yo, recibimos el Sacramento del Matrimonio el día 3 de Diciembre de 2004. Es el mismo Cristo, el que eleva a la dignidad de sacramento entre bautizados, el Sacramento del Matrimonio, el cual es una "alianza" entre un HOMBRE y una MUJER que unen sus vidas de acuerdo al plan de Dios. Nuestra boda católica no sólo supuso recibir la bendición de Dios de las que se privan todos aquellos que renuncian a ella, sino que además fue el momento donde recibimos por  primera vez la comunión. En mi caso, después de más de veinte años sin recibirla. Y mi mujer, parecido. Con esto nos reconciliamos totalmente con Dios y con la Iglesia, después de más de dos décadas apartados de ella de un modo u otro.

Otro aspecto a destacar de "nuestra boda", es que la hicimos como quisimos. Observaran en el vídeo que no hay muchos invitados. ¿Cuales son las razones de esto? ¿Acaso no había más familiares o amigos?

Y respondo lo siguiente: En mi nueva etapa de regreso a la Iglesia Católica, y de común acuerdo con mi esposa, pensamos varias cosas.

La primera. Cuando no tienes trato con esos familiares, cuando no te conocen o tu no los conoces, cuando la mayor parte de ellos no son creyentes auténticos, otros son tibios, y otros incluso tengan ideas ateas, nos pareció lo más coherente el celebrar la boda en la intimidad, contando con lo imprescindible. Varias personas de las que conocíamos que eran verdaderas creyentes, mis padres actuando de padrino-madrina, ya que mi mujer es huérfana de padre y madre, sus tías y tíos, creyentes y practicantes, que son su única familia cercana, mi hermana y su familia, Nada más. Bueno, si. El Sacerdote, y nosotros los novios.

La segunda. Nuestra negativa a seguir la corriente del mundo de realizar una "boda típica", con banquete semi-pagano incluido, gastos desorbitados, etc. Queríamos el Sacramento, nada más. Y si observas en el final del video, verás como fue nuestra salida de la Iglesia. Tranquilos los dos, contentos, como paseando, satisfechos. El Párroco saludándonos de corazón. No hubo lanzamiento de arroz. Nos opusimos a despilfarrar el alimento para alimentar una tradición humana que nos parece absurda, aunque quede muy divertida. Dijimos que si alguien quería, que mandara arroz a alguien que lo necesitara.

En el siguiente vídeo de casi seis minutos resumí los momentos más importantes de un vídeo más largo. Por cierto. Que lo que nos entrega el Sacerdote al finalizar y despedirnos es el Cd con la música que yo mismo elegí para la entrada en la Iglesia. ¿La marcha nupcial? No. El Gloria de Vivaldi.


El Señor nos ha bendecido todos estos años con una unión muy grande. Mucho diálogo de esposos. Rara vez hemos discutido, y si alguna vez ha sucedido algo, lo hemos arreglado el mismo día. Mucho amor. Decirnos "Te quiero" constantemente. "Darnos las buenas noches de un modo especial muy nuestro". Unidos en el Señor y juntos en su Santa Iglesia. Rezar juntos cada mañana. Orar, leer juntos la Biblia, formarnos juntos en la fe para crecer en Santidad. El Señor no nos ha concedido hijos, aunque desde el momento en que recibimos el Sacramento estuvimos abiertos a la vida, rechazando todo método anti conceptivo de esos que hoy el mundo te dice que son tan buenos y necesarios. Quisimos ser obedientes a las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, la cual es para nosotros una guía segura.

No hemos tenido hijos, pero nos ha dado otras muchas cosas por la que lo alabamos y lo bendecimos. Siempre nos ha ayudado a salir de todas las dificultades. Siempre juntos.

Nuestra jornada comienza con amor y termina con amor. Lo primero que hacemos es sentarnos a orar y conversar en el Señor antes de desayunar (aunque a veces yo me adelanto con el desayuno).

Leemos la Palabra, o algún libro, catecismo, etc, y hacemos meditación sobre ello. Otras veces hacemos oración de petición, ofrecimiento de la jornada. Si hay algún problema que afrontar lo hacemos juntos, y le pedimos a Dios su ayuda y su guía.

LA CONFESIÓN
La confesión, es decir el sacramento de la reconciliación o de la penitencia, es uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica, instituido directamente por Jesucristo. Quizá el texto más claro para mi, y que fue otro de aquellos textos bíblicos que sumados a otros, constituyó un gran punto para aceptar a la Iglesia Católica como la verdadera Iglesia de Jesucristo, es Juan 20,23. "A quienes perdonéis los pecados les serán perdonados, y a quienes se los retengáis les quedan retenidos".

Os contaré un poco algo de la confesión relacionado conmigo, a modo de testimonio. Yo confesé mis pecados por primera vez antes de hacer mi primera comunión, pero no recuerdo casi nada, a lo más alguna imagen difusa en mi mente. Nada que se me impregnara fuertemente. No se nada más. Tampoco recuerdo confesiones posteriores, excepto un día tal vez que en la misma Parroquia donde hice la primera comunión me arrodillé delante del sacerdote en el confesionario. Tengo una imagen en mi memoria de este día, pero no recuerdo nada. Sólo creo recordar que estaba bastante nervioso.

Pienso que para confesar los pecados, primeramente debes saber bien lo que esto es, o de lo contrario puede que no sirva de mucho el que alguien diga que lo que tienes que hacer por que es bueno. Me refiero, a que hay que tener conciencia de lo que es el pecado, porque si no tienes esta conciencia, no darás el paso de confesar nada.

El libro más antiguo que tengo de religión católica estudiada en el colegio es el CATECISMO que utilicé en 4º de EGB. La página 2 indica cuales son los siete sacramentos, entre los que está el tercero: penitencia. La página 23, habla de que Dios perdona a los que se arrepienten de verdad, y que Jesús nos revela que Dios es un padre lleno de misericordia. La página 26, indicaba entre otras cosas que es el pecado, que ocurre cuando pecamos, y cómo puede ser el pecado. Sigo repasando por encima este libro, y observo que en la página 96, y a partir de ahí abordará el sacramento del perdón, y explica cómo se recibe el perdón de Dios y como se hace la confesión. ¿Por qué cuento todo esto? Porqué es un hecho que de una forma u otra yo recibí siendo niño lo que era el perdón de Dios y la confesión, así como otras cosas relacionadas con la Iglesia. Sin embargo, en mi memoria hay un vacío con respecto a la confesión, que va desde la imagen que he relatado más arriba, y mi "regreso" a la Iglesia en el verano de 2004.