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30 de noviembre de 2011

CINE RELIGIOSO

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Apartir de este fin de semana podreis ver desde este blog peliculas religiosas, hoy vamos a hacer la prueba con esta.



Enlace para la pelicula completa:

28 de noviembre de 2011

Las cosas de Pepe da Rosa (1972)

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Hace unos días publiqué una entrada relacionada, y a petición de un lector que me pedía el audio completo de esta cinta que compraron en 1972 supongo mis padres, y que yo he escuchado a menudo en mi infancia en casa, en el coche de mis padres cuando íbamos al campo, a la playa o al pueblo de mi madre. La cinta la he grabado en el momento justo, porque el otro día al volverla a poner, parecía fallar algo. De modo que aquí está. Las imágenes no son mías, porque no se porqué, pero en la caja de la cinta no están.

Mi vecina del tercero

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Mi vecina del tercero es una mujer mayor que vive sola, pero no se resigna a vivir sola. Cuando nos encontramos por el bloque o en la calle nos saludamos muy amablemente ambos. Ella ha destacado a veces mi buena educación. Una vez lo hizo delante de mi esposa, y me piropeó directamente. Bueno, yo no hago nada más que tratar de ser cordial con todos, sobre todo con los más necesitados. Con los soberbios y orgullosos lo soy menos, tengo que reconocerlo. Todo momento es bueno para hacer Apostolado. Por lo tanto, cuando me ha pedido ayuda, como un día que se le había ido la televisión, bajé a su casa a ayudarla sin problema. Me agradeció con mucha amabilidad, y yo le dije: "Que Dios la bendiga".

El otro día me ocurrió algo maravilloso. Coincidimos en el ascensor. Y me vio el crucifijo en el pecho. Lo cogió con sus manos y lo besó varias veces. Otro gesto de persona sencilla, que para mi vale un tesoro, y estoy seguro que Dios, que ve los corazones lo tendrá muy en cuenta en el día final. Mi vecina no parece ir a la Iglesia, pero no sabemos el porqué. Por eso, se que Dios a estas personas también les tendrá en cuenta el bien que hayan hecho en su vida.

El crucifijo es el "medicamento" más eficaz para TODOS nuestros problemas.

Mi abuela Josefita

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Mi Abuela, que aún vive, tiene más de 90 años. Hace unos cinco años,le regalé un busto de escayola de Jesús. Ha sido su único contacto con Dios. Una persona que lleva años sentada en un sillón, debido a su salud. Toda una vida criando una familia con muchos hijos, ha pasado por una guerra civil, y yo le puse este busto cerca para que al mirarlo encontrara algún consuelo interior. Creo haberlo logrado, pues lo cogía y lo besaba frecuentemente. Una mujer que ignora prácticamente todo acerca de la religión porque tal vez no ha recibido la formación adecuada en una vida dedicada a su casa y a sus hijos en un pueblo encima de una montaña, pero que para mi ese gesto de besar el busto y tenerlo cerca, vale mucho. Es su modo de decir, "Te quiero Señor", aunque no sepa pronunciarlo con su boca. Yo estoy seguro de su salvación el día que Dios la llame. El busto se rompió, pero se le trajeron otras figurillas. Una del Sagrado Corazón y otra de la Virgen del Carmen (esa sí la conocía bien). Últimamente siempre que me veía me cogía el crucifijo que llevo en el pecho y lo besaba. Otro gesto que para mi vale mucho, y estoy seguro que también para Dios. Ahora después de muchos años cuidándola mi madre en su casa, ha tenido que ir a casa de otro familiar. Ya no puede valerse sola, y necesita la ayuda de al menos dos personas. Querida abuela, yo te quiero mucho. No me fijo en los defectos que puedas tener, porque yo también los tengo. Nunca olvidaré mientras viva esas noches en las que llegaba cuando estabas para acostarte y tu te emocionabas al verme. 
Yo tocaba tu frente y hacía la señal de la cruz para darte toda la bendición del mundo de parte del Señor. Tu abrazo fuerte que no me quería soltar. Te apretabas contra mi como queriendo descargar tus dolores, y yo aceptaba gustoso el ser estrujado si con eso te aliviaba un poco tu carga.



Celeste y Benny, mis amigos

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Nuestra gata Celeste, y Benny sobre mi pijama. 
Parece que están cómodos.

26 de noviembre de 2011

1° Domingo de Adviento 2011

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Adviento 2011

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Fiesta de Cristo Rey

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20 de noviembre 2011, último domingo del año litúrgico. ¡Prepárate para la fiesta del Rey del universo!
Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net

ÚLTIMO DOMINGO DEL AÑO LITÚRGICO:

Cristo es el Rey del universo y de cada uno de nosotros.

Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz.

Un poco de historia

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925.
El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

Posteriormente se movió la fecha de la celebración dándole un nuevo sentido. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta se quiso resaltar la importancia de Cristo como centro de toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y el fin. Cristo reina en las personas con su mensaje de amor, justicia y servicio. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres.

Con la fiesta de Cristo Rey se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatólogico pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía.

Si quieres conocer lo que Jesús nos anticipó de ese gran día, puedes leer el Evangelio de Mateo 25,31-46.

En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.
Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en el capítulo 13 de Mateo:

“es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas”;

“es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda”; “es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo”;

“es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra”.

En ellas, Jesús nos hace ver claramente que vale la pena buscarlo y encontrarlo, que vivir el Reino de Dios vale más que todos los tesoros de la tierra y que su crecimiento será discreto, sin que nadie sepa cómo ni cuándo, pero eficaz.

La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres.

Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica.

Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla.

Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota.

El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros.
Por último, vendrá el compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado. No nos podremos detener. Nuestro amor comenzará a desbordarse.

Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida.

A lo largo de la historia hay innumerables testimonios de cristianos que han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas. Un ejemplo son los mártires de la guerra cristera en México en los años 20´s, quienes por defender su fe, fueron perseguidos y todos ellos murieron gritando “¡Viva Cristo Rey!”.

La fiesta de Cristo Rey, al finalizar el año litúrgico es una oportunidad de imitar a estos mártires promulgando públicamente que Cristo es el Rey de nuestras vidas, el Rey de reyes, el Principio y el Fin de todo el Universo.

QUE VIVA MI CRISTO

Que viva mi Cristo, que viva mi Rey
que impere doquiera triunfante su ley,
que impere doquiera triunfante su ley.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey!

Mexicanos un Padre tenemos
que nos dio de la patria la unión
a ese Padre gozosos cantemos,
empuñando con fe su pendón.

Él formó con voz hacedora
cuanto existe debajo del sol;
de la inercia y la nada incolora
formó luz en candente arrebol.

Nuestra Patria, la Patria querida,
que arrulló nuestra cuna al nacer
a Él le debe cuanto es en la vida
sobretodo el que sepa creer.

Del Anáhuac inculto y sangriento,
en arranque sublime de amor,
formó un pueblo, al calor de su aliento
que lo aclama con fe y con valor.

Su realeza proclame doquiera
este pueblo que en el Tepeyac,
tiene enhiesta su blanca bandera,
a sus padres la rica heredad.

Es vano que cruel enemigo
Nuestro Cristo pretenda humillar.
De este Rey llevarán el castigo
Los que intenten su nombre ultrajar.

Si no fuera pecado, ¿lo haría?

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Vale la pena quitarse de la cabeza esa insinuación que no viene de Dios, sino del propio egoísmo
Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net

Una “buena tentación” es aquella que repite una y otra vez: “si me sigues, si cedes sólo por esta vez, si dejas el rigorismo, si te permites este pecadillo, ganarás mucho y perderás muy poco”. Ganar mucho dinero con una trampilla, o lograr un rato de diversión pecaminosa después de una semana de tensiones en el trabajo o en la familia, o conseguir un buen contrato a base de calumniar a un amigo, o...

A veces evitamos ese pecado sólo porque la conciencia nos pone ante nuestros ojos esa frase decisiva: “No lo hagas, es pecado”.

Sí, ya sé que es pecado, respondemos. Pero, si no fuera pecado, ¿lo haría?

Formular esta pregunta es señal, seguramente, de que no comprendemos la maldad que hay detrás de esa tentación. La vemos tan apetecible, tan fácil, tan a la mano, tan “buena”, que... Pero es pecado, nos dijeron en la catequesis, leímos en un libro, nos recordó un amigo sacerdote...

Hemos de comprender que algo es pecado no sólo porque un día Dios dijo: “Esto está mal: no lo hagas”. En realidad, si algo está mal (y Dios, porque nos ama, nos lo recuerda) es porque con esa acción ofendemos a Dios, dañamos al prójimo y nos degradamos a nosotros mismos. O, como decía santo Tomás de Aquino (siglo XIII), “ofendemos a Dios sólo cuando actuamos contra nuestro propio bien” (“Summa Contra Gentiles”, III, cap. 122).

El pecado no es, por lo tanto, como algunas normas de tráfico. Cuando busco un lugar para dejar el coche y veo la señal “prohibido aparcar”, es posible que me enfade, que no esté de acuerdo con el alcalde o con la policía. Dejar el coche ahí, en ese lugar concreto, quizá no molesta a nadie. Sé que está prohibido, pero si no estuviese prohibido, allí aparcaría... Incluso con la total certeza de que no causaría daño a nadie.

En otras ocasiones, en cambio, la misma señal de tráfico vale no sólo porque la pusieron allí, sino porque descubro que es justo, es bueno, no aparcar en ese lugar. Incluso habrá momentos en los que llegaré a una calle donde me gustaría aparcar, donde no hay señal alguna (¡está permitido aparcar allí!), pero no aparcaría porque me doy cuenta de lo mucho que perjudicaría a otras personas si lo hiciera.

El pecado es parecido al segundo ejemplo. No depende de la imaginación de Dios o de algún capricho del catequista o del sacerdote. Si la Iglesia nos enseña que el robo es pecado, o el adulterio, o la calumnia, o el masturbarse, o el aborto, es porque en cada uno de esos actos perdemos algo de nuestra vocación al bien, al amor, a la justicia.

No es correcto, por lo tanto, pensar: “si esto no fuera pecado, lo haría”. Porque si algo es malo, lo es siempre. Porque, además, mi condición de hombre y de cristiano me recuerdan que no vivo para seguir mis caprichos y buscar maneras para que las normas no me impidan realizar lo que me gustaría hacer ahora, sino que vivo para amar y hacer el bien, a todos y en todo. Por eso no quiero saltarme aquellos mandamientos que me apartan del mal para invitarme a hacer el bien.

Nos será más fácil superar la tentación del “si esto no fuera pecado...” cuando profundicemos y conozcamos mejor el porqué de los mandamientos, el sentido de cada norma ética, el bien que ganamos cuando queremos ser honestos. Los mandamientos no son imposiciones arbitrarias, sino señales que nos indican dónde está el bien y el mal, qué nos ayuda a vivir en amistad con Dios y con nuestros hermanos, y qué actos hieren esa amistad.

Por ejemplo, si no robo, aunque tenga que esperar más años para comprarme un coche nuevo, viviré con la conciencia más tranquila y en mayor paz con quienes viven a mi lado. Porque habré respetado el derecho de otro a un dinero que es suyo, que merece tener, que no puedo apropiarme sin dañarle y sin herir mi conciencia.

Lo mismo vale para los demás casos: el mal de cada acto pecaminoso es tan grave que destruye riquezas de la propia vida y de la vida de los demás, y por lo mismo es muy bueno no ceder nunca a la voz insidiosa de una tentación que me presenta como fácil y posible algo malo.

Pensemos, además, en positivo: cuando digo no a un pecado, entonces mi corazón está (al menos, debería estar) más dispuesto a hacer más cosas buenas, a vivir más a fondo mi condición de soltero o de casado, de padre o de hijo, de estudiante o de trabajador, de amigo o de ciudadano honrado.

Por eso, vale la pena quitarse de la cabeza esa insinuación que no viene de Dios, sino del propio egoísmo: “Si no fuera pecado...” Habría que sustituirla por esta otra: “Porque sé que es pecado, centraré mi mirada en el mucho bien que puedo llevar a cabo por otros caminos santos y buenos”.

De este modo, creceremos cada día en nuestra condición cristiana, viviremos como hijos que están a gusto en casa, con su Padre de los cielos, con tantos hermanos que también quieren ser justos y difundir amor para con todos. Aunque ahora tengamos que luchar enérgicamente contra una tentación fácil, aunque tal vez pensemos que estamos “perdiendo” una ocasión única.

Es muchísimo lo que gano si conservo mi espíritu abierto para amar, para estar muy cerca de ese Dios que tanto ha sufrido por hacer más bueno mi corazón cristiano...

Postscriptum: Me llegó una nota-comentario que pensé podía ser buena para complementar las ideas anteriores. Aquí la transcribo con pequeños retoques, y doy las gracias a la persona que me la envió.

“No es que las cosas son malas porque están prohibidas, sino que están prohibidas, porque son malas.

En los hospitales hay letreros que dicen: prohibido el paso, zona radiactiva... ¿es malo porque está prohibido, o está prohibido porque es malo, porque es nociva la radiación para nuestro organismo?

Dios nos ama, Él sabe lo que nos hace bien, según nuestra naturaleza, y lo que nos hace daño. El mal, nos hace mal; el bien, nos hace bien. La templanza es buena porque nos hace bien; la intemperancia es mala, porque nos hace mal.

Es verdad que el pecado es, ante todo y sobre todo una ofensa a Dios; pero el pecado le ofende a Dios, no porque le haga mella, porque suponga menoscabo, deterioro, pérdida, merma o perjuicio a Dios, sino porque Él nos ama y le entristece el mal que nos hacemos cuando somos malos; y esto hasta tal punto, que si el mal no nos haría mal, Dios no nos lo prohibiría, como no nos prohíbe la contemplación de un bello amanecer, o la audición de una hermosa música (claro, en su momento; porque si me pongo a contemplar un amanecer cuando debo tomar el avión para ir a concluir un negocio estupendo para mi economía familiar, o me pongo a oír una bella melodía cuando mi mujer duerme...).

Esto es aplicable a la drogadicción, el alcoholismo, la infidelidad conyugal, la lujuria, la falta de honradez, la falta de veracidad (el mentiroso, en el fondo, es un malabarista al que el espectáculo le va bien hasta que se le caen todas las pelotas en la cabeza... hace el ridículo, se degrada a sí mismo...)”.

¡Dime qué esperas y te diré quién eres! Recordar las maravillas de Dios en la historia

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Recordar las maravillas de Dios en la historia.
Autor: Fr. Thomas Rosica, C.S.B. | Fuente: Zenit


La Iglesia ha entrado en el tiempo litúrgico de Adviento. Los cristianos proclaman que el Mesías ha venido realmente y que el reino de Dios está a nuestro alcance. El Adviento no cambia a Dios. El Adviento profundiza en nuestro deseo y en nuestra espera de que Dios realice lo que los profetas anunciaron. Rezamos para que Dios ceda a nuestra necesidad de ver y sentir la promesa de salvación aquí y ahora.

Durante este tiempo de deseo y de espera del Señor, se nos invita a rezar y a profundizar en la Palabra de Dios, pero estamos llamados ante todo a convertirnos en reflejo de la luz de Cristo, que en realidad es el mismo Cristo. De todas formas, todos sabemos lo difícil que es reflejar la luz de Cristo, especialmente cuando hemos perdido nuestras ilusiones, cuando nos hemos acostumbrado a una vida sin luz y ya no esperamos más que la mediocridad y el vacío. Adviento nos recuerda que tenemos que estar listos para encontrar al Señor en todo momento de nuestra vida. Como un despertador despierta a su propietario, Adviento despierta a los cristianos que corren el riesgo de dormirse en la vida diaria.

¿Qué esperamos de la vida o a quién esperamos? ¿Por qué regalos o virtudes rezamos en este año? ¿Deseamos reconciliarnos en nuestras relaciones rotas? En medio de nuestras oscuridades, de nuestras tristezas y secretos, ¿qué sentido deseamos encontrar? ¿Cómo queremos vivir las promesas de nuestro Bautismo? ¿Qué cualidades de Jesús buscaremos para nuestras propias vidas en este Adviento? Con frecuencia, las cosas, las cualidades, los regalos o las personas que buscamos y deseamos dicen mucho sobre quiénes somos realmente. ¡Dime qué esperas y te diré quién eres!

Adviento es un período para abrir los ojos, volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas.

Nuestro Bautismo nos hace participar en la misión real y mesiánica de Jesús. Cada persona que participa en esta misión participa también en las responsabilidades regias, en particular, en el cuidado de los afligidos y de los heridos. Adviento ofrece la maravillosa oportunidad de realizar las promesas y el compromiso de nuestro Bautismo.

Benedicto XVI ha escrito que "el objetivo del año litúrgico consiste en recordar sin cesar la memoria de su gran historia, despertar la memoria del corazón para poder discernir la estrella de la esperanza. Esta es la hermosa tarea del Adviento: despertar en nosotros los recuerdos de la bondad, abriendo de este modo las puertas de la esperanza".

En este tiempo de Adviento, permítanme presentarles algunas sugerencias. Acaben con una riña. Hagan la paz. Busquen a un amigo olvidado. Despejen la sospecha y sustitúyanla por la confianza. Escriban una carta de amor.

Compartan un tesoro. Respondan con dulzura, aunque les gustara una respuesta brutal. Alienten a un joven a tener confianza en él mismo. Mantengan una promesa. Encuentren tiempo, tómense tiempo. No guarden rencor. Perdonen al enemigo. Celebren el sacramento de la reconciliación. Escuchen más a los otros. Pidan perdón si se han equivocado. ¡Sean gentiles aunque no se hayan equivocado! Traten de comprender. No sean envidiosos. Piensen antes en el otro.

Rían un poco. Ríanse un poco más. Gánense la confianza. Opónganse a la maldad. Sean agradecidos. Vayan a la iglesia. Quédense en la iglesia más tiempo de lo acostumbrado. Alegren el corazón de un niño. Contemplen la belleza y la maravilla de la tierra. Expresen su amor. Vuélvanlo a expresar. Exprésenlo más fuerte. Exprésenlo serenamente.

¡Alégrense porque el Señor está cerca!

Adviento 20011 Tiempo para preparar el corazón.

Tres palabras en desuso

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Purgatorio, sufragios, indulgencias: tres palabras de consuelo y esperanza, de solidaridad y de perdón
Autor: Guillermo Juan Morado | Fuente: Catholic.net

Las palabras evocan la realidad, remiten a ella, nos la ponen delante, nos obligan a afrontarla. Hay palabras que, poco a poco, van siendo condenadas a un silencio que cubre con su sombra callada parcelas de las cosas que, no por no nombrarlas, dejan de existir. También en el vocabulario de la fe, las palabras suben y bajan, se cotizan más o menos, se pronuncian o se amordazan, según las preferencias de los hablantes.

Yo quisiera rescatar, en este mes de Noviembre, tres palabras de consuelo y de esperanza que pertenecen a la casa de las palabras del cristianismo. Son palabras de consuelo y esperanza, de solidaridad y de perdón.

La primera de ellas es "purgatorio". Cuando yo la pronuncio, viene a mi imaginación el retablillo de ánimas de mi Parroquia. Estaba casi siempre colocado en un muro lateral, a la derecha del presbiterio. En un bajorrelieve de madera policromada, aparecen representados muchos personajes anónimos sumergidos en un mar de llamas. Algunos de estos personajes llevan en sus cabezas insignias que los identifican como papas u obispos, como clérigos o religiosos. Otros no portan ningún distintivo especial. Hay hombres y mujeres, ancianos y jóvenes. En medio de las llamas, su gesto no denota desesperación, sino piadoso recogimiento, con las palmas de las manos unidas sobre el pecho, como si balbuciesen una plegaria interior. Yo recuerdo que, delante de ese retablillo, siempre lucían cirios y velitas encendidas. Esas pequeñas lamparitas simbolizaban perfectamente el acompañamiento de los vivos, que alumbraban con las luces de su amor lo que parecía ser el sufrimiento sereno de los personajes del retablo.

En esa sencilla representación de las ánimas se encerraba una consoladora verdad de nuestra fe. El purgatorio no es un infierno temporal: sus llamas no atormentan, los demonios no azuzan con sus tridentes el sufrimiento de los condenados. Las llamas del purgatorio son llamas de amor, que purifican y acrisolan a quienes las padecen. Ese mar de llamas - ese océano del amor - es la morada transitoria de muchos amigos que Dios. Su esperanza brota de la certeza de su salvación. Su sufrimiento, del ansia de contemplar para siempre el rostro de Dios. Por eso son almas benditas, que duermen, a la espera de un alegre despertar, el sueño de la paz. ¿Podemos hacer algo por ellas? ¿Podemos ayudarles a hacer más llevadera su espera, más acompañada su pena, más ligero su descanso? La fe nos dice que sí. Y bien lo comprendían los fieles de mi Parroquia cuando, ante el retablillo, encendían sus candelas.

Emerge así, del pozo de mis recuerdos, la segunda palabra: "sufragios". Una palabra también en desuso, aparentemente caducada. Pero en el desván de las palabras, si uno rebusca un poco, siempre termina encontrándolas, incluso las más escondidas, o las cubiertas por el espeso velo del olvido. El sufragio es la ayuda, el favor o el socorro; es decir, las obras buenas que se aplican por las almas del purgatorio. Los sufragios son siempre actos solidarios, de una solidaridad tan amplia que es capaz de cruzar el umbral de la muerte. ¿Cómo dejar de ofrecer estos sufragios? ¿Cómo no querer contribuir, si uno puede, a aliviar la situación de otros? Lo que mis parroquianos habían comprendido perfectamente es la profunda verdad de la comunión de los santos, el imposible aislamiento, el inadmisible ostracismo de los que aman a Dios. Y sin grandes estudios de Teología, pero dotados del saber de la fe, los fieles ofrecían oraciones, y limosnas, y obras de penitencia. Y sobre todo ofrecían el santo sacrificio de la Misa, la ofrenda de aquel que se hizo nuestro Sufragio, ayudándonos a ayudar, posibilitando nuestro auxilio.

La tercera palabra es una palabra de perdón: "indulgencias". Con sus oraciones y obras de penitencia, los fieles que peregrinan por este mundo - caminantes definitivamente no instalados, emigrantes que esperan el retorno - pueden acogerse a un indulto de gracia en favor de los difuntos dispensado en virtud de los méritos de Cristo y de los santos. La justicia de Dios y la solicitud de la Iglesia van siempre más allá de nuestros pobres códigos legales. En el Tribunal del Juez clemente no tiene la primacía el castigo, sino la recuperación del pecador y la restauración de los daños, la recomposición de las relaciones rotas causadas por su delito. Es como si Dios, conmovido por la perfecta obediencia del corazón de Cristo, derrochase perdón, con esa facilidad infinita para perdonar que emana de su también infinita misericordia.

Las tres palabras, “purgatorio”, “sufragios”, “indulgencias”, me llenan de paz al recordarlas; infunden en mi ánimo la serena alegría, la sobria ebriedad de creer. Por eso quiero rescatarlas, para que muchos labios las pronuncien, como las pronunciaban, sin acaso proferir las sílabas que las componen, los fieles de mi Parroquia delante del retablo de ánimas.

Reconocer el pecado

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Reconocer el pecado nos permite invocar, aceptar, celebrar la misericordia
Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net

En algunos lugares es fácil encontrar a católicos que han perdido la idea del pecado. De ahí se deriva la desafección hacia el sacramento de la confesión y, en no pocos lugares, la costumbre de comulgar sin ninguna inquietud acerca de si uno posee o no posee las disposiciones suficientes para participar en la Mesa del Señor. Otros llevan la pérdida del sentido del pecado mucho más lejos: dejan de comulgar, se alejan poco a poco de una Iglesia que “no les sirve”, apagan en su interior todo anhelo de transcendencia al dejarse invadir por las preocupaciones del mundo.

Los sacerdotes estamos llamados a ofrecer caminos que permitan descubrir el sentido del pecado, la gravedad que se esconde en toda ofensa al Dios que es Creador y Padre, la ruptura que se produce en nuestras relaciones con los hermanos. Sólo desde el reconocimiento de la realidad del pecado es posible abrirse al horizonte de la misericordia, al maravilloso proyecto de la Redención.

Podemos partir de una reflexión que vale para la mayor parte de las sociedades contemporáneas: no es fácil reconocer que hemos “pecado”, que hemos ofendido a Dios, al prójimo, a nosotros mismos.

No es fácil especialmente en el mundo moderno, dominado por la ciencia, el racionalismo, las corrientes psicológicas, las “espiritualidades” tipo New Age. Un mundo en el que queda muy poco espacio para Dios, y casi nada para el pecado.

Muchos reducen la idea del pecado a complejos psicológicos o a fallos en la conducta que van contra las normas sociales. Desde niños nos educan a hacer ciertas cosas y a evitar otras. Cuando no actuamos según las indicaciones recibidas, vamos contra una regla, hacemos algo “malo”. Pero eso, técnicamente, no es pecado, sino infracción.

Otros justifican los fallos personales de mil maneras. Unos dicen que no tenemos culpa, porque estamos condicionados por mecanismos psíquicos más o menos inconscientes. Otros dicen que los fallos son simplemente fruto de la ignorancia: no teníamos una idea clara de lo que estábamos haciendo. Otros piensan que el así llamado “pecado” sería sólo algo que provoca en los demás un sentimiento negativo, pero que en sí no habría ningún acto intrínsecamente malo.

A través de la catequesis de adultos, de las diversas actividades pastorales de la parroquia, de la predicación dominical, se hace urgente un esfuerzo por superar este tipo de interpretaciones equivocadas e insuficientes.

Para descubrir lo que es el pecado necesitamos reconocer que nuestra vida está íntimamente relacionada con Dios, que existimos como seres humanos desde un proyecto de amor maravilloso. Es entonces cuando nos damos cuenta de que Dios llama a cada uno de sus hijos a una vida feliz y plena en el servicio a los hermanos, y que nos pide, para ello, que vivamos los mandamientos.

Porque existe Dios, porque tiene un plan sobre nosotros, entonces sí que podemos comprender qué es el pecado, qué enorme tragedia se produce cada vez que optamos por seguir nuestros caprichos: nos apartamos del camino del amor.

Al mismo tiempo, si al mirar a Dios reconocemos que existe el pecado, también podemos descubrir que existe el perdón, la misericordia, especialmente a la luz del misterio de Cristo.

Lo dice de un modo sintético y profundo el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, en el n. 392: “El pecado es «una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley eterna» (San Agustín). Es una ofensa a Dios, a quien desobedecemos en vez de responder a su amor. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Cristo, en su Pasión, revela plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia”.

Es cierto que nos cuesta reconocer que hemos pecado. Pero hacerlo es propio de corazones honestos y valientes: llamamos a las cosas por su nombre, y reconocemos que nuestra vida está profundamente relacionada con Dios y con su Amor hacia nosotros.

Reconocer, por tanto, el pecado nos permite invocar, aceptar, celebrar la misericordia (según una hermosa fórmula usada por el Papa Pablo VI en su "Meditación ante la muerte"). De lo contrario, nos quedaríamos a medias, como tantas personas que ven sus pecados con angustia, algunos incluso con desesperación, sin poder superar graves estados de zozobra interior.

Es triste haber cometido tantas faltas, haberle fallado a Dios, haber herido al prójimo. Es doloroso reconocer que hemos incumplido buenos propósitos, que hemos cedido a la sensualidad o a la soberbia, que hemos preferido el egoísmo a la justicia, que hemos buscado mil veces la propia satisfacción y no la sana alegría de quienes viven a nuestro lado. Pero la mirada puesta en Cristo, el descubrimiento de la Redención, debería sacarnos de nosotros mismos, debería llevarnos a la confianza: la misericordia es mucho más fuerte que el pecado, el perdón es la palabra decisiva de la historia humana, de mi vida concreta y llena de heridas.

De este manera, podremos afrontar con ojos nuevos la realidad del pecado, de nuestro pecado y del pecado ajeno, con la seguridad de que hay un Padre que busca al hijo fugitivo: así lo explica Jesús en las parábolas de la misericordia (Lc 15), y, en el fondo, en todo su mensaje de Maestro bueno. Descubriremos entonces que si ha sido muy grande el pecado, es mucho más poderosa la misericordia (cf. Rm 5). Estaremos seguros de que el amor lleva a Dios a buscar mil caminos para rescatar al hombre que llora desde lo profundo de su corazón cada una de sus faltas.

Juan Pablo II hizo presentes estas verdades en su encíclica "Dives in misericordia" (publicada en el año 1980). Entre sus muchas reflexiones, el Papa indicaba que “la Iglesia profesa y proclama la conversión. La conversión a Dios consiste siempre en descubrir su misericordia, es decir, ese amor que es paciente y benigno a medida del Creador y Padre; el amor, al que «Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo» es fiel hasta las últimas consecuencias en la historia de la alianza con el hombre: hasta la cruz, hasta la muerte y la resurrección de su Hijo. La conversión a Dios es siempre fruto del «reencuentro» de este Padre, rico en misericordia” (Dives in misericordia n. 13).

También el Papa Benedicto XVI, en su encíclica Deus caritas est, evidenció la grandeza y profundidad del perdón divino: “El amor apasionado de Dios por su pueblo, por el hombre, es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia. El cristiano ve perfilarse ya en esto, veladamente, el misterio de la Cruz: Dios ama tanto al hombre que, haciéndose hombre él mismo, lo acompaña incluso en la muerte y, de este modo, reconcilia la justicia y el amor” (Deus caritas est n. 10).

El misterio de la Cruz, de la misericordia, está presente en el sacramento de la Penitencia. Pero, de modo especial, en la Eucaristía. Allí no sólo recordamos, sino que participamos nuevamente en la entrega del Hijo al Padre, en la donación del Amor más grande, que por salvar al esclavo no dudó en entregar al Hijo, como recordamos en el solemne pregón que se canta en la Vigilia Pascual.

Con los ojos puestos en el Crucificado, que también es el Resucitado, podemos descubrir la maldad del pecado y la fuerza de la misericordia. Desde el abrazo profundo de Dios Padre nace en los corazones la fuerza que acerca al sacramento de la confesión, el arrepentimiento profundo que aparta del mal camino, la gratitud que lleva a amar mucho, porque mucho se nos ha perdonado (cf. Lc 7,37-50). Son verdades que los mismos sacerdotes necesitamos vivir en lo más profundo de nuestra alma, son verdades que necesitamos transmitir como una experiencia maravillosa a la que todos están invitados.

El PP gana pero no llega ni a las 11.000.000 de votos.

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Seis días después de las elecciones generales en España, escribo mi primera impresión.

En primer lugar satisfacción por la victoria del PP, la opción política más razonable en el momento actual, a mi modo de ver. Sin embargo, a mi no me ha quedado claro que la victoria haya sido tan abrumadora.

La diferencia de diputados con el PSOE si es muy amplia. El PSOE ha perdido más de 4 millones de votantes, lo cual es una barbaridad en tres años de legislatura. El resultado es muy malo para el PSOE y se lo merece, pero, ¿Y el PP?

El PP en 2008 obtuvo 10.237.000 votos y en 2011 han sido 10.830.000, es decir, sólo 600.000 votos más. Y yo me pregunto. ¿Con la que está cayendo, sólo esto? Si el PSOE logró en 2008 11.200.000 votos con Zapatero...

Para mi esto es inquietante de cara al futuro. El PP es un partido que está muy sólo en España. Si no gana por mayoría absoluta no puede gobernar, mientras que el PSOE es un partido que siempre encontrará buenos aliados en los partidos minoritarios, especialmente aquellos que son enemigos declarados de España. Los nacionalistas, especialmente.

Mi análisis es que el PP no ha obtenido el resultado que me esperaba. Que sumados el número de votos de PSOE+IU+UPYD, casi le igualan al PP.

Que 29 de cada 100 españoles con derecho a voto no votan, me indica que o les da igual la política o están contra este sistema político.

¿Porque se marchó uno de las comunidades neocatecumenales (kikos), después de 15 años?

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A continuación comparto un enlace a un testimonio para mi, inquietante, en el sentido, de que si esto es así, cosa que yo no puedo afirmar rotundamente porque no he estado dentro tanto tiempo, sino sólo asistí a varias "catequesis", si le doy crédito al testimonio, porque al leerlo me parece creíble.

Concretamente cita varias razones por las que esta persona se fue y dejó de pertenecer a los kikos.

La primera es la "obediencia" a la que dicen estar sometidos los que pertenecen a las comunidades neocatecumenales, a pesar de no ser religiosos que han hecho un voto específico.

Yo puedo contar mi propia experiencia con un amigo que ha dejado de serlo recientemente. No tengo una prueba indubitable de que haya sido por causa de su pertenencia a las "comunidades neocatecumenales", pero tengo "indicios" que me apuntan que si.

Durante varios meses de contactos con el, he sabido cosas, como que si sus catequistas le dicen: "Tienes que hacer esto o aquello", el lo debe obedecer como si se tratara de obediencia al mismo Dios. Es decir, que para mi amigo, la palabra del catequista parece ser la voluntad de Dios para su vida. Si no es así, pueden intentar desmentirlo escribiendo en comentarios y dando una explicación pública de este hecho.

Está escrito que cuando un "profeta" dice algo que no sucede, el profeta es falso. Esto es Palabra de Dios. La palabra de ese catequista o líder de la comunidad no.

El caso es que durante nuestra amistad he sido testigo de varios "patinazos" de mi amigo por causa de ellos. Mi amigo tiene una enfermedad mental, y hasta recibe una ayuda económica o pensión por esta causa, según me contó el. Pues bien. ¿Que les parece el consejo de la "comunidad" de que lo que más le conviene es "trabajar"?

Mi amigo ha perdido multitud de trabajos en los últimos años, porque por su enfermedad, no aguanta. Inteligentes "líderes", que envían a mi amigo a trabajar, y al mismo tiempo siga usted cobrando su pensión por enfermo mental.

¿Saben cual ha sido la última crisis de mi amigo? Su último trabajo, el cual por supuesto ha tenido que dejar, o tal vez le hayan despedido, que eso no lo se, pero da igual. El caso es que ahora dice que está buscando otra cosa.

La "comunidad" no puede decidir que es lo que te conviene. La persona tiene que tener libertad para pensar y tomar decisiones propias, si no, se cae en lo propio de las sectas, que lavan el cerebro de sus miembros, para que obedezcan "ciegamente" a sus líderes infundiéndoles el temor. Eso hacen los Testigos de Jehová. Tu puedes recibir consejo, pero la decisión debe ser libre, no "imponer obediencia". ¿Y si no les obedezco que pasa?

Les dejo este enlace a los que quieran conocer el testimonio que he encontrado en la red. Como dice San Pablo, examina todo, y quedate con lo bueno.
Comunidades Neocatecumenales. ¡¡¡ Peligro !!!: nº-5- Por qué me fui.

Avison/Scarlatti - Concerto Grosso No. 3 in D Minor

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22 de noviembre de 2011

Y ELLOS NO SE PUDIERON LIBRAR DE LA FOTO

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RESTAURACION DEL SEÑOR DEL SANTO TRASLADO

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Bueno pues se ha recuperado esta preciosa imagen de nuestro señor que estaba muy dañada.









HISTORIA DE MALAGA Y SUS COFRADIAS

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Este año junto a la revista cofrade la saeta de otoño, viene un libro de regalo dedicado a la historia de la virgen de los Dolores de la Expiracion.



Pues en el viene segun el jesuita Wenceslao Soto Artuñedo, el obispo de Cadiz, nacido en el perchel (barrio de Málaga), El Rvdo Lorenzo Armengual de la Mota nacido el año 1663 (el cual tiene una calle en Málaga, Armengual de la Mota, justo donde nació, los malagueños saben cual es), es curioso que al final esta la estatua del Padre Tiburcio Arnaiz).

Este obispo, dotó a la compañia de Jesus una mision permanente de ingresos por el alquiler de unas casas compradas, para poder pagar a dos padres Jesuitas, que tenian como mision asistir dos veces por semana a la zona del perchel, promoviendo la devocion a la virgen de los Dolores, la cual se encontraba en la iglesia del Santo Cristo de la Salud antigua sede de la compañía de Jesús y fue trasladada a la iglesia de San Pedro que fue terminada el 2de enero de 1738.

Asi, los hijos de San Ignacio de Loyola, impulsaron el surgimiento de una hermandad.

Despues ya en los años 30,despues de haberse salvado la imagen de la virgen varias veces de la quema de iglesias y de la guerra, en 1935, vuelve a salir en procesion desde la iglesia del Sagrado Corazón el 14 de abril de 1935, jueves santo, tambien salio el Cristo de la Expiración, no la imagen que hoy se conoce, si no una que si se quemo en el año 36 con la guerra.

150 ANIVERSARIO DEL COLEGIO SAN JUAN DE DIOS- GOLETA

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En este colegio, estudie: 2º, 3º, y 4º de EGB e hize la primera comunion, aparte de estudiar recuerdo como jugaba en sus patios a la comba al elastico, y como hacia algunas gamberradas con las tizas o una tarde se me ocurrio encender todas las velitas de la iglesia, jaja, la verdad es que no me regañaron mucho.

Mis tias y mi madre tambien estudiaron en el.

El ayer de la Goleta


Cuando Alfonso XII, igual que su madre Isabel II lo hiciera en 1862, visitara en 1878 el Centro, sólo en Parvulario superaban los 500 alumnos; aún en Málaga seguía sin existir una escuela estatal de este nivel.

         El viejo Colegio de los cinco patios, es obra de José Moreno Monroy, arquitecto de la Real Academia de San Fernando, el mismo que hiciera el Hospital Civil. Sus muros, años tras año, se han ido  ensanchando. Es que las Hijas de la Caridad impulsadas por el lema “La caridad de Cristo nos apremia” acuden a las necesidades como se acude a apagar un fuego.

         Primero fue la escuela de párvulos, después la enseñanza primaria, escuela de adultos nocturna y dominical, una unidad de educación especial  para niños caracteriales, internado femenino, obrador de labores, bachillerato general y laboral, escuela hogar, formación profesional …


CAPILLA DONDE HICE LA PRIMERA COMUNION
El Colegio SAN JUAN DE DIOS, La Goleta, quizás algo más, pero que con sus errores, limitaciones y aciertos ha sido capaz de crear escuela, dejando su impronta en la historia del pueblo de Málaga, como una institución netamente malagueña y vicenciana.

                   Sus resultados están ahí, evidentes a los ojos de todos. Pero, tras estos resultados yo quisiera resaltar otro aspecto de su historia, un aspecto fundamental, tanto que sin él hubiese sido imposible esta realidad. Es la historia oculta y de fidelidad de muchas Hijas de la Caridad que han pasado por este Centro; historia de luchas y superaciones; mujeres que hicieron donación de su vida al servicio de los demás, sin afán de dominio, coherentes con su fe, luchadoras, vivificadoras, fecundas; lo dieron todo por una educación mejor para todos.

El sábado 19 de noviembre la comunidad educativa del colegio San Juan de Dios “La Goleta”, de las Hijas de la Caridad, celebró la clausura de su 150 aniversario con una Eucaristía, presidida por el sr. obispo, en la catedral a la siete de la tarde.






Y proximo domingo 27 de octubre la imagen de la virgen milagrosa saldra en procesion extraordinaria por el barrio del Molinillo.



20 de noviembre de 2011

¿Se puede perder la devoción y no encontrar gusto por rezar y meditar?

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No es para alarmarse, teniendo en cuenta ejemplos como el de San Juan de la Cruz, que las personas comprometidas con Cristo, sientan que han perdido la devoción y el gusto por la oración. Otra cosa distinta es para los que viven en "la carne". Para esos, la pérdida de devoción puede ser síntoma de estar en pecado, y no haberse arrepentido de el. Al menos, así me lo parece a mi.


Al ser ordenado sacerdote en 1567, pidió a Dios como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y sin pecado y que pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase de dolores, penas y enfermedades. 


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A San Juan de la Cruz le costaba mucho dedicarse a las labores materiales, porque su pensamiento vivía ocupado en Dios y en lo espiritual. 


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La S. Biblia dice que Dios a quien más ama, más le hace sufrir, para que gane mayores premios en el cielo. Y así lo hizo con San Juan de la Cruz. Él mismo cuenta lo que sucedió entonces: "De pronto se alejó la devoción sensible. No sentía ningún gusto al rezar y meditar, sino más bien antipatía y rechazo por todo lo que fuera devoción y oración. Llegaron los escrúpulos que hacían ver como pecado lo que no lo era. Y mientras el demonio atacaba con violentas tentaciones, la gente perseguía con calumnias". Todo esto lo describió él en su libro titulado Noche Oscura del Alma (nombre que desde entonces se ha hecho famoso para indicar el estado especial del alma en crisis). A esto sucedió un período todavía más penoso de sequedad espiritual, y tentaciones, de manera que el alma se veía como abandonada por Dios...". Pero luego vino una inundación de luces espirituales y de santas alegrías y consolaciones, que sirvieron de premio a la paciencia con la cual había soportado todo lo anterior.


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La gente decía que cuando daba consejos espirituales parecía estar recibiendo mensajes directamente del Espíritu Santo. Nuestro Señor le dijo un día: ¿Juan qué regalo me pides, por lo que has escrito de mí?". Y él le respondió: "Que me concedas valor para padecer por tu amor todos los sufrimientos que quieras permitir que me sucedan". Y en verdad que le fueron llegando, en gran cantidad. Hubo hombres que se dedicaron a inventarle toda clase de calumnias y hasta querían hacerlo echar de su comunidad religiosa, su salud, después de la prisión era muy deficiente, y llegaron a destituirlo de todos sus cargos y decretaron que debía irse a un convento lejano. 


Mas Información aquí.

18 de noviembre de 2011

INFORMACION

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todas las fotos que yo publico las podeis copiar para vuestro archivo.

AGENDA EN MALAGA PARA ESTE FIN DE SEMANA

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Este fin de semana la agenda cofrade se intensifica por la Festividad de Cristo Rey del Universo.
La Hermandad de la Mediadora de la Salvación dedica solemne Triduo en honor de Jesús Sacramentado los días 17, 18 y 19 de noviembre, a las 19 horas, excepto el último día que será la Función Principal a las 19.30 horas.


El viernes da comienzo el Triduo en honor del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas en la Parroquia de Santo Domingo. Los cultos dan comienzo a las 20.30 horas excepto el domingo, que será a las 12.30 horas.


El sábado, la Hermandad de la Soledad de San Pablo celebra una Eucaristía con motivo de la llegada del Santo Traslado del taller de restauración de Israel Cornejo. Será a las 19 horas en la Parroquia de San Pablo.


El domingoFestividad de Cristo Rey del Universo, tanto Azotes y Columna de las Fusionadas, SentenciaHumildad y Paciencia (12 horas) y la Puente del Cedrón de la Hermandad de la Paloma (12.30 horas) celebrarán una Función Religiosa y a su término permanecerán en besapié.
AZOTES Y COLUMNA
SENTENCIA
HUMILDAD Y PACIENCIA

PUENTE DEL CEDRON (COFRADIA DE LA PALOMA)


Informacion ofrecida por la pagina cofrade Azulyplata.net

REFLEXIONES V

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otra reflexion para pensar:

¿veo a mi hermano en Cristo a un rival o a un hijo del mismo Padre que nos ha creado?

¿con la mano en el corazón eres capaz de perdonar tantas veces como nos pide Cristo?



¿Por quien crees que María sufrio más por la pasión de Cristo o por las tantas veces que nosotros no hemos hecho la voluntad de Dios?



¿serias capaz de llevar a la practica lo del hijo prodigo?

REFLEXIONES IV

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Una pregunta, duda que se me ha venido a la mente y es para analizar pero para nosotros mismos. nos hacemos la pregunta y a ver que sentimos o respondemos.

¿me acerco a Dios y a la Iglesia, solo por salvarme? por que me aterra ir al infierno, ó ¿me acerco a Dios por que le amo y quiero ayudar a la iglesia para que las personas le amen más y se acerquen y le conozcan?

17 de noviembre de 2011

María, Madre de Dios y la herejía de Nestorio

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Esta mañana, Ana Mari y yo hemos estado hablando en nuestro tiempo matutino dedicado a la oración y a plantear el día, de Nestorio. Hemos acudido a un libro donde habla de los documentos más importantes de los distintos concilios que ha celebrado la Iglesia desde su fundación.

En el Concilio de Efeso en el año 431 se declaró 12 anatemas a Nestorio.

Para explicarlo de forma simple y llana. Nestorio era un miembro de la Iglesia Católica, Patriarca de la Iglesia de Constantinopla (como un obispo), que en aquel tiempo discrepó de la doctrina enseñada hasta el momento y aceptada por todos desde los Apostoles, acerca de que en la persona de Jesús estaban presentes dos naturalezas, la humana y la divina. Como consecuencia de esta herejía negaba a la Virgen María el ser Madre de Dios, al negar que el que nació de su vientre no era más que la naturaleza humana separada de su naturaleza divina.

Esto me trae al recuerdo esos años en los que yo me reunía con protestantes evangélicos o bautistas, y ellos también RECHAZAN la maternidad divina de María.

La diferencia con Nestorio, es que yo una vez negaba que a María hubiera que llamarla Madre de Dios, porque me parecía a mi, que Dios no tenía madre. Y es que en mi mente, no aparecía la naturaleza divina de Cristo encarnado en el vientre de María, y como les pasa a muchos protestantes equivocadamente, separan a Dios Padre del Hijo, y entonces piensan que María no puede ser Madre de Dios Padre. Y tienen razón, porque María es Madre de Dios Hijo, y todo aquel que niega esto, sigue hoy en día la herejía de Nestorio.




Información sobre el camino neocatecumenal

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Si perteneces al Camino Neocatecumenal, y crees sinceramente que te encaja, eres feliz y te sientes realizado, no entres en la página que voy a recomendar a continuación, porque no es mi intención sacar del Camino Neocatecumenal a NADIE que se sienta cómodo en el. Yo conozco a personas que de verdad son felices ahí. De acuerdo.

Ahora bien, yo estoy en la certeza en estos momentos, que el Camino Neocatecumenal puede ser pernicioso para ciertas personas, por cuya forma de ser puede causar mucha pérdida de tiempo y conflictos.

Recomiendo en el segundo caso que consulten el siguiente enlace, un blog escrito por una persona que estuvo muchos años en el Camino Neocatecumenal, y que se salió. Ahí, al leer sus experiencias podrán contrastar y hacerse un criterio propio, analizando los pros y los contras.

16 de noviembre de 2011

El Evangelio

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Evangelio significa "buena noticia", pero hoy el mundo está lleno de "malas noticias".

15 de noviembre de 2011

Beethoven Sinfonía nº 5 (Bernstein - Baviera) 1/6

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Concierto de año nuevo de 1988 / Claudio Abbado

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En 1988, Claudio Abbado dirigó por primera vez el tradicional concierto de año nuevo en Viena. Aquel 1 de Enero por la mañana, yo me encontraba estrenando prácticamente una cadena musical, que ya no existe, y en cinta magnetofónica grabé la emisión en directo en Radio-2 de RNE. El recuerdo ahora transferido a MP3, lo comparto aquí con todos vosotros. Los comentarios son de Rafael Taibo.

La primera parte aquí