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31 de julio de 2013

Elvis Presley - Mexico (special edit)

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FUN IN ACAPULCO es una película de Elvis Presley estrenada un 27 de Noviembre de 1963 en los Estados Unidos. Está ambientada en la ciudad de Acapulco (Mexico). En esta divertida escena, precisamente Elvis canta "Mexico", montado en bicicleta con el niño que le acompaña en la película en el papel de Raul Almeida. Bonita canción y bonita fotografía

Encontré el tesoro escondido y te puedo decir donde está, si quieres...

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Mt 13,44-46: Vende todo lo que tiene y compra el campo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:



-«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»
COMENTARIO:

Prosigue Jesús hablando en parábolas a la gente en la última parte del capítulo 13 de San Mateo.
   Y sigue explicando como es el Reino de los cielos. ¿No te has preguntado alguna vez en tu vida, cómo es eso del Reino de los cielos? ¿Has pensado quizás en las nubes, en algo misterioso allá arriba donde miramos cuando decimos que miramos al cielo?
  Pero Jesús enseña en la Verdad lo que ha oído de Dios, su Padre, y Padre nuestro, y el Reino de los cielos no tiene nada que ver con nubes de colores. Es mejor. Se trata de que para entenderlo debemos pensar a lo humano, y a lo humano lo asemeja a un tesoro que está escondido en algún lugar, en este caso un campo. ¿Que harías tu si de repente, en medio de los problemas de la vida, las preocupaciones, las cosas a las que no encuentras explicación en la vida, ante una falta de sentido de la vida, te encontraras con un cofre con los secretos a todo esto? ¿No te pondrías contento? Mas aún, "lleno de alegría". Imagínate la escena personal ahora. Visualiza en tu mente.
 Pero hay un problema. Has desenterrado el tesoro, pero el campo no es tuyo, de modo que como es muy probable que el campo esté "minado" de restos de ese tesoro, mejor sería asegurarse de poseer el campo. Pero para poseer algo, tienes que comprarlo, y para comprarlo tienes que pagar un precio. En este caso, diríamos que el precio que hay que pagar es muy sencillo de explicar para mi. ACEPTA a JESUCRISTO como SEÑOR Y SALVADOR, arrepiéntete, CONFIESA tus pecados, entra o regresa a la Iglesia y vive desde ahora como un verdadero hijo o hija de Dios. Para hacer eso, debes renunciar al pecado, y eso equivale a vender todo lo que tienes para comprar el campo donde está el tesoro.

En este día, Jesús nos da dos por el precio de una. Misma parábola con elementos diferentes. El del comerciante y las perlas finas es lo mismo. Encontrar el Reino de Dios es como encontrar una perla de gran valor. Ya lo demás no te importa, o deja de preocuparte, y haces todo lo que Dios te enseña para vivir según su voluntad, aceptando su Palabra y creyendo que lo que la Iglesia enseña es la Verdad en Dios.

El ateo y el incrédulo consideran que es de tanto valor lo que tienen ya, que no buscan ni el tesoro ni las perlas. Piensan que lo que tienen vale más. Pero ayer el Señor nos habló de una cruda realidad. Rechazar el Reino de Dios, equivale a perder el tesoro en tu vida, y para toda la eternidad. El pecado de soberbia puede llegar a hacer en el hombre que este desafíe a Dios. Recomiendo a los que no creen todavía, que piensen en estos buscadores de tesoros y perlas que han habido a lo largo de la historia de la Iglesia. Algunos han dado su vida físicamente hablando por no perder la recompensa. 

30 de julio de 2013

La cizaña se arrancará y se quemará en el infierno en el fin del tiempo

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Mt 13,36-43: Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo.
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:

-«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó:

-«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»

COMENTARIO:

Jesús explica a sus discípulos la parábola de la cizaña a petición de sus discípulos. Jesús siempre aclara las cosas a aquel que se lo pide con buena fe. Si fuera radical, y el Evangelio y Cristo me invitan a ello, diría que hay dos opciones. O eres ciudadano del Reino de Dios, es decir, crees en Dios y en su Hijo Jesucristo, y haces en consecuencia la voluntad de Dios en tu vida, o entonces de lo contrario  te conviertes en partidario del diablo, aquí llamado también, "el Maligno". En consecuencia, las obras de unos y otros serán juzgadas al final, y cada uno tendrá según sus obras. A los ciudadanos del Reino de Dios (cristianos y todas aquellos elegidos de entre todos los demás, cuyas obras no hayan sido contrarias al Reino de Dios), les será dado el premio (¿Hay algo que brille más en la tierra que el Sol?). En cambio los partidarios del diablo, pasarán la eternidad en un estado similar al de un horno encendido, que nunca se apaga, y donde ya destituido de la gloria de Dios, y viendo lo que pudo haber sido y no fue ni será, llegue el llanto y el rechinar de dientes, algo que yo interpreto como un estado de suma tristeza y desesperación. Eso es el infierno. No pueden convivir la luz con las tinieblas. Por eso hay infierno, y es eterno. Es dogma de fe. Igual que la existencia del diablo, el cual es una persona espiritual, de cuya existencia también muchos dudan o rechazan.

29 de julio de 2013

El grano de mostaza y la levadura (Mt 13)

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OBSERVACIÓN PREVIA: Yo no tengo estudios oficiales de teología ni nada relacionado con la religión, aparte de mi educación básica obtenida en los primeros años de mi vida. Y esos estudios de varios años de religión católica en el colegio, y después en el instituto, no me valieron para entender a la Iglesia Católica, supongo que en parte por negligencia mía. Es más, después de mi Primera Comunión, como muchos, me fui alejando, aunque nunca dejé de creer en Dios. Dicho esto, me gusta de vez en cuando recordar, que yo no pretendo dar a nadie lecciones de nada, ni yo soy maestro de nada, pues sólo uno es el Maestro: Jesús. Si escribo comentarios sobre la Palabra, es para compartir lo que yo entiendo. Si te hace algún bien, dale gracias a Dios y pídele por mi
Mt 13,31-35: El grano de mostaza se hace un arbusto, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente:

-«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»

Les dijo otra parábola:

-«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»

COMENTARIO:

Cómo os conté el sábado pasado, el capítulo 13 del Evangelio según San Mateo, contiene varias enseñanzas de Jesús en forma de parábolas. Primero fue la del sembrador de la semilla, luego la del sembrador de la cizaña, las cuales dicho sea de paso, me parecen las dos caras de la moneda.
Hoy la Iglesia que no son los curas y las monjas, sino que la formamos todos los bautizados pero que  nos propone otras dos parábolas de Jesús para poder entender mejor a que se parece el Reino de Dios que anunciamos y que está cerca de nosotros. Cada uno debe buscar en la Palabra de Jesús por si mismo. Yo veo algo en relación a la Iglesia. La Iglesia empezó como algo insignificante, eran doce personas elegidas por Jesús, y a partir de ahí se va edificando algo muy grande. Mucho mucho más grande que la gente que está en la playa de Copacabana con motivo de la visita del Papa Francisco. Verdaderamente en la Iglesia veo como las parábolas de Jesús, tanto la del grano de mostaza como la de la levadura que hace que luego fermente la masa se cumplen si miras a la Iglesia Católica con más de 20 siglos de historia.


Por supuesto, en lo personal, pasa un poco igual. La fe puede ser pequeña, pero de forma misteriosa esta crece en el interior de aquella persona, y el estado último no es comparable al primero.

28 de julio de 2013

Se ora para pedir a Dios, y dice la Palabra que Dios siempre concede "cosas buenas a sus hijos"

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Lc 11,1-13: Pedid y se os dará.
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

-Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.

El les dijo:

-Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.»

Y les dijo:

-Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene durante la medianoche para decirle:

«Amigo, préstame tres panes,

pues uno de mis amigos ha venido de viaje

y no tengo nada que ofrecerle.»

Y, desde dentro, el otro le responde:

«No me molestes; la puerta está cerrada;

mis niños y yo estamos acostados:

no puedo levantarme para dártelos.»

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues así os digo a vosotros:

Pedid y se os dará,

buscad y hallaréis,

llamad y se os abrirá;

porque quien pide, recibe,

quien busca, halla,

y al que llama se le abre.

¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?

¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

COMENTARIO:

  Lucas, el autor del tercer Evangelio que tenemos en el Nuevo Testamento (Biblia), escribe a partir de lo recibido por la Tradición Apostólica de la Iglesia, la cual es una característica de la Iglesia fundada por Cristo. Lucas tuvo como maestro al Apóstol Pablo, y escribe inspirado por el Espíritu Santo, por lo que su Escritura es verdad revelada, Palabra de Dios.
  Hoy la Palabra de Dios nos lleva al capítulo 11 del Evangelio de San Lucas. En sus palabras encontramos una enseñanza importante de Jesús. Otra de las características de la novedad del Reino de Dios que se acerca a nosotros y que nos es anunciado.
  Los discípulos de Jesús ven en su Maestro una persona que ora a Dios. Y esto es un misterio, que sólo comprendo pensando en que Jesús es Dios, pero también Hombre, y como Hombre. Los discípulos quieren aprender también a orar, y Jesús les revela a la Primera Persona de la Santísima Trinidad. Dios Padre, al que se dirige la oración del "Padre Nuestro", que en la versión recogida por San Lucas, no es exactamente como la que estamos acostumbrados a rezar en la Iglesia hoy, sin embargo es muy similar, y ya deja las pistas para conocer de boca del propio Jesús, un modelo de oración que debe gustar mucho a Dios Padre, cuando su propio Hijo Jesucristo la enseña a sus discípulos. Asimismo los padres cristianos deberían enseñar a sus hijos desde pequeños esta oración. Eso si, procuremos que toda oración brote del corazón, y no sólo de los labios. Estemos atentos a lo que pronunciamos, para no convertirnos en papagayos que repiten una oración mecánicamente y por rutina, como si al decirla así, sirviera de algo. Sólo la oración sincera, sirve. Esta oración se reza cada vez que se celebra la Misa, y también en otros Sacramentos, y no deberíamos dejar de pasar un día, sin rezarla al menos una vez, pero esto que digo no es una norma de la Iglesia, sino una recomendación que yo hago.

En segundo lugar, Jesús nos enseña que la oración en el cristiano tiene un sentido y un objetivo. Se ora para pedir a Dios, y dice la Palabra que Dios siempre concede "cosas buenas a sus hijos". Para obtener, Jesús pone un requisito muy simple: "Pedid y se os dará". Sin cortapisas, sin paños calientes, sin excusas, sin condiciones complicadas, sin distinción, sólo que seas hijo de Dios, y ya. El sabe que aunque queremos seguirle fielmente, no siempre acertamos, pero eso no es impedimento para pedir a Dios.

Muchos piden o algunas veces pedimos como con miedo, como con dudas. Ponemos todo tipo de condicionantes a nuestra oración. "Me lo concederá si es su voluntad". No digo que esté mal decir eso, pero a mi a veces me suena a tópico. Los cristianos ya deberíamos saber eso, y si se dice sinceramente no pasa nada, pero a veces, ¿no lo decimos por si no nos conceden lo que pedimos, o porque realmente tenemos poca fe en que se nos de lo que pedimos? Cada cual lo piense. En esta Palabra de Jesús no veo por ningún lado eso. Veo simplemente una llamada confiada a pedir a Dios las cosas buenas que necesitemos. Y lo que yo necesito es lo que yo creo necesitar, porque si no fuera así, entonces mejor no pido nada, o le digo a Dios que me de lo que El quiera y punto, cosa que por otra parte también es lícita. Pero vuelvo a la Palabra de hoy. Jesús nos anima a pedir sabiendo que Dios concede. A Dios se le puede pedir ayuda para lo material y lo espiritual, porque todo forma parte de la vida del hombre.

Por último me pongo en lo contrario. Si no pido, no me da. Si no busco, no hallaré, y si no llamo no se me abrirá, eso explicaría muchas cosas que ocurren en el mundo y en las vidas de muchas personas, especialmente no creyentes, pero también de creyentes.

Abraham habló con Dios, y le pidió una cosa. Hoy lo hemos visto también en la Primera Lectura de la Misa. ¿Cómo habla Abraham? ¿Cómo actúa Dios? Ahí tenemos también claves para entender que a los hijos de Dios se nos ha dado un privilegio grande por ser ciudadanos del Reino de Dios: el poder de la oración.

Otros pensarán que la oración  no sirve para nada. En la Iglesia os respetamos, no faltaba más.

VIGILIA DE ORACIÓN CON LOS JÓVENES DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO Paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro Sábado 27 de julio de 2013

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Queridos jóvenes:



Al verlos a ustedes, que están hoy aquí, me viene a la mente la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.

También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. Queridos jóvenes el Señor hoy los llama. No al montón. A vos, a vos, a vos, a cada uno. Escuchen en el corazón qué les dice. Pienso que podemos aprender algo de lo que pasó en estos días: cómo tuvimos que cancelar por el mal tiempo la realización de esta vigilia en el Campus Fidei, en Guaratiba. ¿No estaría el Señor queriendo decirnos que el verdadero campo de la fe, el verdadero Campus Fidei, no es un lugar geográfico sino que somos nosotros? ¡Si! Es verdad. Cada uno de nosotros, cada uno ustedes, yo, todos. Y, ser discípulo misionero significa saber que somos el Campo de la fe de Dios. Por eso, a partir de la imagen del Campo de la fe, pensé en tres imágenes, tres, que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera imagen, la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra de construcción.

1. Primero: El campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra. Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca. Dios hace todo pero ustedes déjenlo hacer, dejen que Él trabaje en ese crecimiento.

Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. Creo que con honestidad podemos hacernos la pregunta: ¿Qué clase de terreno somos, qué clase de terreno queremos ser? Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en nuestra vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos. Yo les pregunto, pero no contesten ahora, cada uno conteste en su corazón. ¿Yo soy un joven, una joven, atontado? O somos como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir a contracorriente. Cada uno contestamos en nuestro corazón: ¿Tengo valor o soy cobarde? O somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22). ¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas, y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo? ¿Querer recibir la semilla de Jesús y a la vez regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta.  

Hoy, sin embargo, yo estoy seguro de que la simiente puede caer en buena tierra. Escuchamos estos testimonios, cómo la simiente cayó en buena tierra. No padre, yo no soy buena tierra, soy una calamidad, estoy lleno de piedras, de espinas, y de todo. Sí, puede que eso esté allá arriba, pero hacé un pedacito, hacé un cachito de buena tierra y dejá que caiga allí, y vas a ver cómo germina. Yo sé que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristianos a medio tiempo, no cristianos «almidonados» con la nariz así, que parecen cristianos y en el fondo no hacen nada. No cristianos de fachada. Esos cristianos que son pura facha, sino cristianos auténticos. Sé que ustedes no quieren vivir en la ilusión de una libertad chirle que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido. ¿Es así, o me equivoco? ¿Es así? Bueno, si es así hagamos una cosa: todos en silencio, miremos al corazón y cada uno dígale a Jesús que quiere recibir la semilla. Dígale a Jesús: mira Jesús las piedras que hay, mirá las espina, mirá los yuyos, pero mirá este cachito de tierra que te ofrezco, para que entre la semilla. En silencio dejamos entrar la semilla de Jesús. Acuérdense de este momento. Cada uno sabe el nombre de la semilla que entró. Déjenla crecer y Dios la va a cuidar. 

2. El campo, además de ser lugar de siembra, es lugar de entrenamiento. Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». A la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es pasión nacional. ¿Sí o no? Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Tiene que entrenarse y entrenarse mucho. Así es nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo, escribiendo a los cristianos, nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo; ¡algo más grande que la Copa del Mundo! 

Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Es lo que nos ofrece Jesús. Pero nos pide que paguemos la entrada. Y la entrada es que nos entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. A través del diálogo con él: la oración – “Padre, ahora nos va hacer rezar a todos, ¿no?” –. Te pregunto, pero contestan en su corazón, ¡eh! No en voz alta, en silencio. ¿Yo rezo? Cada uno se contesta. ¿Yo hablo con Jesús? O le tengo miedo al silencio. ¿Dejo que el Espíritu Santo hable en mi corazón? ¿Yo le pregunto a Jesús: Qué querés que haga? ¿Qué querés de mi vida? Esto es entrenarse. Pregúntenle a Jesús, hablen con Jesús. Y si cometen un error en la vida, si se pegan un resbalón, si hacen algo que está mal, no tengan miedo. 

Jesús, mirá lo que hice: ¿qué tengo que hacer ahora? Pero siempre hablen con Jesús, en las buenas y en las malas. Cuando hacen una cosa buena y cuando hacen una cosa mala. ¡No le tengan miedo! Eso es la oración. Y con eso se van entrenando en el diálogo con Jesús en este discipulado misionero.  Y también a través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración, los sacramentos y la ayuda a los demás, el servicio a los demás. ¿Lo repetimos juntos todos? “Oración, sacramentos y ayuda a los demás” [todos repiten en voz alta]. No se oyó bien. Otra vez [ahora más fuerte].

3. Y tercero: El campo como obra de construcción. Acá estamos viendo cómo se ha construido esto aquí. Se empezaron a mover los muchachos, las chicas. Movieron y construyeron una iglesia. Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia. Estos muchachos, estas chicas no estaban solos, en conjunto hicieron un camino y construyeron la iglesia, en conjunto hicieron lo de San Francisco, construir, reparar la iglesia. 

Te pregunto: ¿Quieren construir la iglesia? ¿Se animan? ¿Y mañana se van a olvidar de este sí que dijeron? ¡Así me gusta! Somos parte de la iglesia, más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia.  Chicos y chicas, por favor: no se metan en la cola de la historia. Sean protagonistas. Jueguen para adelante. Pateen adelante, construyan un mundo mejor. Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad. Jueguen adelante siempre. San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y miramos este palco, vemos que tiene forma de una iglesia construida con piedras vivas. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; cada uno de nosotros es una piedra viva, es un pedacito de la construcción, y si falta ese pedacito cuando viene la lluvia entra la gotera y se mete el agua dentro de la casa. 

Cada pedacito vivo tiene que cuidar la unidad y la seguridad de la Iglesia.  Y no construir una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Jesús nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a vos, a cada uno: «Vayan, hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí, Señor, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. ¿Se animan a repetirlo? Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. A ver ahora...  Después van a pensar lo que dijeron juntos.

Tu corazón, corazón joven, quiere construir un mundo mejor. Sigo las noticias del mundo y veo que tantos jóvenes, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en la calle. Son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros sean los protagonistas del cambio. Ustedes son los que tienen el futuro. Ustedes... Por ustedes entra el futuro en el mundo. A ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. 

Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro, que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen la vida, métanse en ella, Jesús no se quedó en el balcón, se metió, no balconeen la vida métanse en ella como hizo Jesús. Sin embargo, queda una pregunta: ¿Por dónde empezamos? ¿A quién le pedimos que empiece esto? ¿Por dónde empezamos? Una vez, le preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que había que cambiar en la Iglesia, para empezar, por qué pared de la Iglesia empezamos. ¿Por dónde – dijeron – Madre, hay de empezar? Por vos y por mí, contestó ella. 

¡Tenía garra esta mujer! Sabía por dónde había che empezar. Yo también hoy le robo la palabra a la madre Teresa, y te digo: ¿Empezamos? ¿Por dónde? Por vos y por mí. Cada uno, en silencio otra vez, pregúntese si tengo que empezar por mí, por dónde empiezo. Cada uno abra su corazón para que Jesús les diga por dónde empiezo.

Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «sí» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea.

27 de julio de 2013

El trigo, la cizaña y el Reino de los Cielos

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Mt 13,24-30: Dejadlos crecer juntos hasta la siega.
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:

-«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Enton­ces fueron los criados a decirle al amo:

"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sa­le la cizaña?"

Él les dijo:

"Un enemigo lo ha hecho."

Los criados le preguntaron:

"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

Pero él les respondió:

"No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el tri­go. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores:

'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'"»
COMENTARIO:

El capítulo 13 del Evangelio de Mateo contiene varias parábolas de Jesús. Primero es la del sembrador, y luego la del trigo y la cizaña, que se lee hoy en la Iglesia. 
Ayer, ya conté un poco las razones por las cuales Jesús hablaba en parábolas (Mt 13,10-11), cosa que no era por costumbre o por gusto de contar historias, sino que los mismos discípulos extrañados, le preguntan a Jesús cual es la razón, y Jesús les responde claramente, citando al profeta Isaias. Como el Evangelio de Mateo está escrito primeramente para judios convertidos al cristianismo, citar a los profetas del antiguo testamento se hace relevante sobre todo para ellos en aquel tiempo, según extraigo en conclusión al leer en los comentarios de mi Biblia de Jerusalen (Desclé de Brouwer)

Observo que al contrario que la parábola del sembrador, que fue explicada a los discípulos y recogida esta explicación por San Mateo, en el caso de la Cizaña, sólo tenemos la parábola (Nota: aunque más adelante también la explica, y no me había acordado yo). Jesús pretende explicar que es el Reino de los Cielos (a que se parece o asemeja). Decir que Reino de los Cielos o Reino de Dios es lo mismo. El Reino de Dios se ha acercado a nosotros (Mt 4,17). A la Iglesia (cristianos) se nos ha encargado predicar el Reino de los Cielos (Mt 10,7). Los cristianos ya viven el Reino de los Cielos (=Dios), en la tierra. Se trata de la Iglesia. Miren a Río de Janeiro y la JMJ, y digan si no. ¡Tanto gozo!. Es la Iglesia en la calle, la que quiere este Papa Francisco, la que quiere Jesús. Miren la catolicidad de la Iglesia, donde se reunen en Cristo todas las naciones de la tierra.
Los cielos tienen unas llaves que son dadas precisamente al Apóstol Pedro (Mt 16,19). Otra razón para ser católico. El Evangelio de San Mateo tiene muchas referencias a este Reino de los Cielos del que habla Jesús. Es fantástico.

Y la parábola de la cizaña habla del Reino de los Cielos. Aquí tenemos semillas buenas (La Palabra de Dios), tenemos un campo (las personas), tenemos gente que duerme (los cristianos perezosos, inconstantes, confiados), un enemigo que siembra la cizaña (satanás el diablo = el demonio). Se puede hablar mucho de esto, y muchos han hablado a lo largo de la historia, y bien. Yo sólo diré que si miras a la Iglesia verás trigo y cizaña. Que la cizaña molesta, sabes que está mal, pero todo tiene su momento, y no nos toca a nosotros sino a los "segadores" el recoger la cizaña y atarla en gavillas para quemarla, mientras que el trigo será almacenado en el granero.

Nuestro Padre Jesús Cautivo - (Testimonio)

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No me guardaré para mi algo que pienso debe ser públicamente conocido para mayor gloria de Dios.

Mi mujer se puso gravemente enferma. Un cuadro muy grave de meningitis bacteriana. Los dos primeros días fueron muy complicados, y los médicos estaban muy preocupados, aunque no supe lo realmente preocupados que estaban hasta casi el último día de estancia en el hospital. Durante los primeros 7 días especialmente, mientras estuvo en la U.V.I., Dios estuvo a nuestro lado. A mi personalmente se me hizo presente mediante la Bendita Imagen de Jesús Cautivo. Cada día cuando iba a verla al hospital, la canción que van a oír resonaba en mi interior esta y otra canción sin yo saber porqué. Escuchaba la música sin necesidad de aparatos. Estaba dentro de mi, y me acompañaba y me animaba en el peor momento de mi vida. Podría haber sido de otra forma, podría no haber sucedido así, pero así sucedió, y así lo cuento.

Y yo luego en la U.V.I., durante los dos primeros días, mientras estuvo inconsciente, se la cantaba, con la esperanza y la fe puesta en Jesucristo, el que "dio vista a los ciegos y que andaba sobre el agua". Hice en todo momento, aquello que he aprendido todos estos años acerca de mi fe en Cristo, sólo que como hermanos de la Cofradía del Cautivo y la Trinidad, esto adquiere una mayor relevancia y significado.

VICARIOS DE CRISTO

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VÍA CRUCIS CON LOS JÓVENES DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

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VÍA CRUCIS CON LOS JÓVENES
DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Paseo marítimo de Copacabana, Río de Janeiro
Viernes 26 de julio de 2013


Queridísimos jóvenes:
Hemos venido hoy aquí para acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz, que es uno de los momentos fuertes de la Jornada Mundial de la Juventud. Al concluir el Año Santo de la Redención, el beato Juan Pablo II quiso confiarles a ustedes, jóvenes, la Cruz diciéndoles: «Llévenla por el mundo como signo del amor de Jesús a la humanidad, y anuncien a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención» (Palabras al entregar la cruz del Año Santo a los jóvenes, 22 de abril de 1984: Insegnamenti VII,1 (1984)1105). Desde entonces, la Cruz ha recorrido todos los continentes y ha atravesado los más variados mundos de la existencia humana, quedando como impregnada de las situaciones vitales de tantos jóvenes que la han visto y la han llevado. Queridos hermanos, nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida. Esta tarde, acompañando al Señor, me gustaría que resonasen en sus corazones tres preguntas: ¿Qué han dejado ustedes en la Cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué nos enseña para nuestra vida esta Cruz?

1. Una antigua tradición de la Iglesia de Roma cuenta que el apóstol Pedro, saliendo de la ciudad para escapar de la persecución de Nerón, vio que Jesús caminaba en dirección contraria y enseguida le preguntó: «Señor, ¿adónde vas?». La respuesta de Jesús fue: «Voy a Roma para ser crucificado de nuevo». En aquel momento, Pedro comprendió que tenía que seguir al Señor con valentía, hasta el final, pero entendió sobre todo que nunca estaba solo en el camino; con él estaba siempre aquel Jesús que lo había amado hasta morir. Miren, Jesús con su Cruz recorre nuestras calles y carga nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos. Con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que ya no pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con la Cruz, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, y que lloran la trágica pérdida de sus hijos, como en el caso de los doscientos cuarenta y dos jóvenes víctimas en el incendio en la ciudad de Santa María a principios de este año. Rezamos por ellos. Con la Cruz Jesús se une a todas las personas que sufren hambre, en un mundo que, por otro lado, se permite el lujo de tirar cada día toneladas de alimentos. Con la cruz, Jesús está junto a tantas madres y padres que sufren al ver a sus hijos víctimas de paraísos artificiales, como la droga. Con la Cruz, Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en la Cruz, Jesús está junto a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven el egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. Cuánto hacen sufrir a Jesús nuestras incoherencia. En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevás vos solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida (cf. Jn 3,16).

2. Podemos ahora responder a la segunda pregunta: ¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto y en los que la han tocado? ¿Qué deja en cada uno de nosotros? Miren, deja un bien que nadie más nos puede dar: la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos en Él (cf. Lumen fidei16). Porque Él nunca defrauda a nadie. Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos la salvación y redención. Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de ser un instrumento de odio, y de derrota, y de muerte, en un signo de amor, de victoria, de triunfo y de vida.
El primer nombre de Brasil fue precisamente «Terra de Santa Cruz». La Cruz de Cristo fue plantada no sólo en la playa hace más de cinco siglos, sino también en la historia, en el corazón y en la vida del pueblo brasileño, y en muchos otros pueblos. A Cristo que sufre lo sentimos cercano, uno de nosotros que comparte nuestro camino hasta el final. No hay en nuestra vida cruz, pequeña o grande que sea, que el Señor no comparta con nosotros.

3. Pero la Cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Muchos rostros, lo hemos visto en el Viacrucis, muchos rostros acompañaron a Jesús en el camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres… Yo te pregunto hoy a vos: Vos, ¿como quien querés ser. Querés ser como Pilato, que no tiene la valentía de ir a contracorriente, para salvar la vida de Jesús, y se lava las manos? Decidme: Vos, sos de los que se lavan las manos, se hacen los distraídos y miran para otro lado, o sos como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y vos ¿como cuál de ellos querés ser? ¿Como Pilato, como el Cireneo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me querés ayudar a llevar la Cruz? Hermano y hermana, con toda tu fuerza de joven ¿qué le contestás?
Queridos jóvenes, llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor.

26 de julio de 2013

¿Debe Rajoy comparecer en el Congreso? - Queremos opinar (18-jul-2013)

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rograma tertulia "Queremos opinar" (18/07/2013) 
Debate sobre: Breve comentario sobre el archivo del caso "Campeon" y 
¿Debe comparecer Rajoy en el Congreso?
Con la intervención de: 
- Rafael Lopez-Dieguez, Secretario General de AES
- Ramón Marquez "Ramoncin", Cantante y presentador

La política en España. Democracia parlamentaria, 1977-2013

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Hay dos términos que empiezo a ver con claridad desde hace más o menos tiempos en España.

El régimen político que tenemos es una "partitocracia", y favorece el bipartidismo. En España esto ocurre con el PSOE y PP.

El bipartidismo significa que hay dos partidos mayoritarios y o bien gobierna uno o gobierna otro, pero siempre se repiten las mismas cosas. Por ejemplo. El objetivo del principal partido de la oposición es DERRIBAR al que gobierna, y cuando este cae, el otro hace lo mismo. Para ello, las tácticas son similares, y tratan principalmente de "atacar" al otro partido utilizando todos los medios a su alcance.

Entiendo que se dedican profesionalmente a "idear" todo tipo de tácticas y campañas ayudadas por medios de comunicación para influenciar en los españoles, para conseguir sus votos. No les interesa principalmente el bienestar de sus compatriotas, sino llegar al poder.

Los medios de comunicación están de algún modo al servicio de uno u otro partido, con lo que te encuentras partidos y medios afines, y pocos medios o ninguno que sea objetivo.

Los partidos minoritarios son normalmente ignorados por los medios, y parten siempre en desventaja para darse a conocer, en un sistema que favorece el bipartidismo.


¿qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío

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Gracias.. Gracias.. por estar hoy aquí, por haber venido… Gracias a los que están adentro y muchas gracias a los que están afuera. A los 30 mil, que me dicen que hay afuera. Desde acá los saludo; están bajo la lluvia... Gracias por el gesto de acercarse... Gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud. Yo le sugerí al doctor Gasbarri, que es el que maneja, el que organiza el viaje, si hubiera un lugarcito para encontrarme con ustedes, y en medio día tenía arreglado todo. Así que también le quiero agradecer públicamente al doctor Gasbarri esto que ha logrado hoy. Quisiera decir una cosa: ¿qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá adentro va a haber lío, va a haber. Que acá en Río va a haber lío, va a haber. Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero.. Es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer. 

 Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos. Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida; es decir, no se cuida a los ancianos; pero también está la eutanasia cultural: no se les deja hablar, no se les deja actuar. Y exclusión de los jóvenes. El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo. O sea, esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas, que son el futuro nuestro. Entonces, los jóvenes: tienen que salir, tienen que hacerse valer; los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores; y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos; transmítannos la sabiduría de los pueblos. En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos: no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que trasmite la justicia, que trasmite la historia, que trasmite los valores, que trasmite la memoria del pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos; déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven adelante. Pero sepan, sepan que, en este momento, ustedes, los jóvenes, y los ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión; no se dejen excluir. ¿Está claro? Por eso, creo que tienen que trabajar. Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros; es un escándalo, y que haya muerto en la Cruz, es un escándalo: El escándalo de la Cruz. La Cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino seguro: el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús. Por favor, no licuen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del pueblo, que son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no excluyan a los ancianos

Segundo: no licuen la fe en Jesucristo. Las bienaventuranzas. ¿Qué tenemos que hacer, Padre? Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir bien. Y si querés saber qué cosa práctica tenés que hacer, lee Mateo 25, que es el protocolo con el cual nos van a juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: Las bienaventuranzas y Mateo 25. No necesitan leer otra cosa. Se lo pido de corazón. Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena que estén enjaulados. Pero, les digo una cosa: Yo, por momentos, siento: ¡Qué feo que es estar enjaulados! Se lo confieso de corazón… Pero, veremos… Los comprendo. Y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes, pero comprendo que, por razón de orden, no se puede. Gracias por acercarse; gracias por rezar por mí; se lo pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes, necesito mucho. Gracias por eso… Y, bueno, les voy a dar la Bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen, que va a recorrer toda la República… y la cruz de San Francisco, que van a recorrer ‘misionariamente’. Pero no se olviden: Hagan lío; cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos, que son los ancianos y los jóvenes, y no licuen la fe. Y ahora vamos a rezar, para bendecir la imagen de la Virgen y darles después la bendición a ustedes. Nos ponemos de pie para la Bendición, pero, antes, quiero agradecer lo que dijo Mons. Arancedo, que de puro maleducado no se lo agradecí. Así que gracias por tus palabras. Oración: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Dios te salve, María, llena eres de gracia…. Señor, Tú dejaste en medio de nosotros a tu Madre, para que nos acompañara. Que Ella nos cuide, nos proteja en nuestro camino, en nuestro corazón, en nuestra fe. Que Ella nos haga discípulos, como lo fue Ella, y misioneros, como también lo fue Ella. Que nos enseñe a salir a la calle, que nos enseñe a salir de nosotros mismos. Bendecimos esta imagen, Señor, que va a recorrer el País. Que Ella con su mansedumbre, con su paz, nos indique el camino. Señor, Vos sos un escándalo, el escándalo de la Cruz. Una Cruz que es humildad, mansedumbre; una Cruz que nos habla de la cercanía de Dios. Bendecimos también esta imagen de la Cruz, que recorrerá el país. Muchas gracias y nos vemos en estos días. Que Dios los bendiga y recen por mí. No se olviden.

Escuchar y entender la Palabra de Dios

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Mt 13,18-23: El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:

Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.

Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.

Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.
COMENTARIO:

Jesús enseña. Según la Palabra, las enseñanzas de Jesús son también llamados "los misterios del Reino de los cielos" (Mt 13,11). Según el Evangelista Mateo, fuente totalmente confiable para la Iglesia y los católicos, la razón de porqué Jesús habla en parábolas es porque "no a todos se les revela (se les da a conocer) abiertamente los misterios del Reino de los Cielos".

¿Y por qué a unos si, y a otros no?. Jesús cita una profecía de Isaias, en la que da las claves. No es porque Dios no quiera que conozcan los misterios del Reino, sino que hay una cosa les tiene impedidos y paralizados. Hay personas que tienen embotado el corazón. Está tan lleno de los afanes de la vida (Dios no tiene cabida, no tienen tiempo ni ganas), la seducción del tener y poseer bienes materiales como fuente de felicidad, la idolatría del dinero, del poder, y otras cosas similares. Endurecieron sus oídos y ya no oyen (no entienden la verdad), y sus ojos están cerrados (a Dios).

Jesús dice lo siguiente: 

Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aún lo que tiene se le quitará. Por eso hablo en parábolas, porque viendo, no ven, y oyendo no oyen ni entienden, (Mt 13,12-13)

Recuerdo que cuando era adolescente, palabras como estas no las entendía bien. Ahora las entiendo mejor. Dios no es un banquero. No está hablando de dinero. El que se cierra voluntariamente a la Gracia de Dios, acaba mal, y hasta lo que tiene lo perderá. El que se esfuerza por aumentar la Gracia en el, tendrá en abundancia, más de lo necesario incluso.

Jesús explicó la parábola del sembrador a sus discípulos. A ellos, porque ellos están abiertos a Dios, quieren comprender y se esfuerzan por comprender a su Maestro.

Los obstáculos para dar frutos cristianos son:

- El diablo, llamado aquí "El Maligno"
- La falta de constancia en vivir tu fe, sacramentos, oración...
- Dificultades y persecuciones por ser cristiano y que te conozcan
- Las preocupaciones de la vida, que vienen de mil formas
- El afán de poseer cosas materiales

Para dar fruto es preciso:

- Creer en Jesucristo y obedecer a la Iglesia
- Creer en su Palabra, escucharla, entenderla y ponerla en práctica.

25 de julio de 2013

Santiago Apostol: decapitado por hablar de Jesucristo

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Hch 4,33; 5,12.27-33; 12.2: El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago.
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó:

-«¿No os hablamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»

Pedro y los apóstoles replicaron:

-«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»

Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

COMENTARIO:

Santiago, uno de los doce Apóstoles elegidos por Jesús. Fue el primero de los Doce en morir mártir. Su muerte es narrada por San Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 12, 1-2). El rey Herodes decidió acabar con los Apóstoles, especialmente con los principales, entre los que se encontraban Pedro y Santiago. A Santiago le cortó el cuello para complacer a los malvados judios que como Herodes buscaban con esto, impedir que siguieran PREDICANDO A JESUCRISTO, porque Jerusalén ya había sido evangelizada en gran parte, y veían que la fuerza de la Iglesia era imparable. Este rey pensó erróneamente que al matar a Santiago, harían desaparecer a la Iglesia, pero el que desapareció poco después fue el, tal y como narra el libro de los Hechos de los Apóstoles, muerto en unas extrañas circunstancias "cubierto de gusanos".

Según la Tradición, Santiago fue el encargado de sembrar la semilla de la fe en ESPAÑA. Siguiendo el mandato de Jesucristo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio". El hecho de la evangelización de España por Santiago consta ya en el Breviarium Apostolorum del siglo VII. Es por ello, que según la Tradición, sus restos fueron trasladados después de su muerte, hasta nuestra Galicia. Según el Codex Calixtinus del siglo XII, y la Leyenda aurea del siglo XIII, los discípulos del santo transportaron su cuerpo por mar hasta Galicia, y lo depositaron cerca de la ciudad romana Iria Flavia. Otra tradición hace protagonistas a los monjes andaluces que, huyendo de la invasión musulmana, subieron hacia arriba, llevando consigo los huesos de Santiago.

Santiago es por tanto para los españoles, nuestro patrón. Debemos seguir su ejemplo, y pedir su intercesión para esta maltrecha y apóstata España, nuestra Patria, que está renegando de la fe que a el, como a otros, le costó la vida, entregada libremente por Cristo.

Santiago debe ser un estímulo para todos nosotros en estos tiempos difíciles, donde la fe es atacada por todos los frentes.

España necesita Apóstoles. ¿quieres ser tu, uno de ellos?










De la página corazones.org pongo estos datos adicionales:

La tumba de Santiago Apóstol fue olvidada por mas de 800 años. Bajo el reinado de Alfonso II (789-842), un ermitaño llamado Pelagio recibió en visión, conocimiento del lugar donde se encontraban los restos del Apóstol. El campo donde yacía la tumba escondida se llenó de una luz brillante y desde entonces se le conoce como "Compostela" (Campo de Estrellas).El hallazgo de la tumba ocurre en un momento providencial. Los cristianos se encontraban abatidos bajo el imperio del Islam y la fe cristiana corría el peligro de ser erradicada. La lucha por la reconquista duró hasta el año 1492.  Ese largo período de tiempo forzó a los cristianos a una guerra de supervivencia en la que se apoyaban del auxilio del Apóstol y de la Virgen Santísima.El obispo de Iria Flavia, Theodomir, después de investigaciones declaró que eran verdaderamente los restos y la tumba del Apóstol Santiago. El Santo Padre, León XIII, en 1884, en forma de Bula Papal confirmó que los restos en Santiago de Compostela pertenecían a Santiago Apóstol.

24 de julio de 2013

MAZINGER Z en revista Teleprograma

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REVISTA TP - TELEPROGRAMA, Nº 636, CON PORTADA DE MAZINGER Z. 1978 (2)

REVISTA TP - TELEPROGRAMA, Nº 636, CON PORTADA DE MAZINGER Z. 1978 (1)

tp 641 del 17 al 23 de julio de 1978(2)

tp 641 del 17 al 23 de julio de 1978

tp 693 del 3 al 9 de julio de 1978 (2)

tp 693 del 3 al 9 de julio de 1978 (2)

La parábola del sembrador. EL QUE TENGA OIDOS QUE OIGA.

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Mt 13,1-9: Cayó en tierra buena y dio grano.
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que  subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga.»
COMENTARIO:

El que tenga oídos que oiga. Así finaliza Jesús esta parábola recogida por Mateo en su Evangelio. Los que ya hemos conocido el significado de esta enseñanza de Jesús, lo tenemos más fácil, pero Jesús habla en esta ocasión para una multitud de personas. Tantas personas que Jesús no tuvo más remedio que subirse a una barca para poder hablar tranquilo.
¿Tienes oidos para oir? ¿O eres sordo para no escuchar lo que Dios tiene que decirte hoy?
Jesús tiene paciencia. Dice el evangelista que les estuvo hablando a la gente "mucho rato", y entre todas las cosas que dijo allí, queda registrada esta parábola.

Lo que yo veo es que hay uno que siembra una semilla. El que siembra la semilla busca que esta de unos frutos. Pero es fundamental que la semilla sea puesta en una tierra buena, porque sólo de esa manera dará frutos buenos. La cantidad de frutos no es lo que importa, porque no todas las tierras buenas dan lo mismo. Depende de algo que a mi se me escapa del conocimiento en estos momentos, pero lo importante es entender que la tierra somos las personas, y que la semilla es la Palabra de Dios. ¿Son todos tierra buena? Parece que no. Hay personas que apenas tienen tierra en si mismos. No tienen por tanto mucho espacio para recibir la semilla que les traiga los frutos buenos. Algunos están tan secos, que son como el terreno del borde del camino. Un terreno duro, donde la semilla no penetra. Enseguida vienen los pájaros y se la comen. El terreno pedregoso tampoco es bueno para la semilla, y esta es quemada por el sol. La semilla que cae en las zarzas quedan ahogadas ante el crecimiento de estas. 

Existe para mi otra explicación válida. Cada uno de nosotros debe descubrir que zonas son tierra buena y cuales no. Aquellas zonas de nosotros que no sean tierra buena, deben ser labradas, para procurar hacer de nosotros el campo más extenso y fecundo posible. Para ello se nos da una vida, y ese es el tiempo que tenemos para conseguir el objetivo. Al final lo importante es dar fruto. Unos darán más y otros menos, pero la semilla habrá cumplido su misión.

23 de julio de 2013

Querido Frankie

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Querido Frankie:

Fuiste un perro fiel, con tu carácter fuerte, pero apegado a nosotros. Nos diste grandes momentos de compañía y cariño en tus más de 15 años de vida con nosotros. Los que no tienen animales no entenderán esto, pero quiero decirte que te hemos querido mucho, y que Dios nos dio contigo también, un regalo. Tus últimos días coincidieron con la enfermedad de Ana Mari, y ya sabes...yo hice lo que pude, te cuidé lo mejor que pude, y nunca olvidaré que ya tendido en el suelo sin poder ponerte en pie, comiste y bebiste de mi mano, e incluso me diste uno de esos cariñitos tuyos. 

Pienso que de una forma u otra te volveré a ver. ¿Por qué no pensarlo, si Dios todo lo puede?

Si das fruto, te podan para que des más

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Jn 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca,

y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;

permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;

el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;

porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,

pediréis lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

COMENTARIO:

En este día, la Iglesia interrumpe la lectura del Evangelio de San Mateo, para proclamar del Evangelio de San Juan, el comienzo del capítulo 15. El motivo es la festividad de Santa Brígida. El Apóstol San Juan, al igual que los otros, escribe inspirado por el Espíritu Santo, con el fin de dar a conocer a Jesús, narrando algunos de sus hechos y Palabras. Juan escribe este Evangelio probablemente hacia el final del siglo I, y es diferente a los otros tres, por su forma de expresión y su estilo literario. 

En estas palabras de Jesús encontramos la clave para ser discípulos de Cristo. Dar frutos. Creer en Dios y en el Evangelio de Jesucristo tiene una consecuencia directa, y es que la vida se transforma. Eso si, ya nos avisa Jesús que para dar frutos "de cristiano" debemos estar unidos a Cristo, pues SIN EL, NADA PODEMOS HACER. Los no creyentes piensan que no es necesario Dios para hacer el bien, pero ellos no saben que si no existiera Dios, como ellos suponen, el mundo sería un auténtico.
 infierno, en todos los sentidos. La gente se mataría por las calles, y se vivirían escenas de película de Hoollywood. Existe Dios, y ya suceden cosas horribles, imaginad si Dios no existiera. La tierra estaría sumida en la más profunda oscuridad. La Iglesia mantiene encendida la luz en medio del mundo. Sin Cristo, nada podemos hacer. El pone el ejemplo de la vid y de los sarmientos para hacer comprender hasta que punto estamos unidos.

Un cristiano sin vida de fe, sin ir a la Iglesia, sin sacramentos, sin leer la Palabra, sin oración, es difícil que pueda permanecer en Cristo. No se puede permanecer en algo que rechazamos.

Una cosa más. Dios nuestro Padre, hace el papel de labrador, mientras que Cristo es la Vid y nosotros los sarmientos. Si no permaneces en Cristo, viene el labrador y te arranca, porque no das fruto, y un árbol sin fruto no sirve para nada. Si das fruto, serás podado (purificado), por medio de situaciones que te tocará vivir, crisis personales de las que si vives en Cristo y en la Fe, saldrás reforzado (podado) para dar todavía más fruto y de mejor calidad.

Permanecer en Cristo, es lo único que podemos hacer para dar frutos abundantes. Es camino seguro. Nuestras fuerzas son limitadas, nosotros sólos no podemos, además, sería una soberbia, creernos más fuertes que Dios, o como Dios.

¿Quién os ha hecho eso, Señor?

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Hoy la Iglesia celebra a Santa Brígida, patrona de Europa. Siglo XIV. A los siete años tuvo una visión de la Reina de los cielos. A los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión de Cristo que la impresionó mucho, soñó que veía al Señor clavado en la cruz y oyó estas palabras: «Mira en qué estado estoy, hija mía.» «¿Quién os ha hecho eso, Señor?», preguntó la niña. Y Cristo respondió: «Los que me desprecian y se burlan de mi amor». Esa visión dejó una huella imborrable en Brígida y, desde entonces, la Pasión del Señor se convirtió en el centro de su vida espiritual.

EJEMPLO DE SANTIDAD

En 1349, a pesar de que la «muerte negra» hacía estragos en toda Europa, Brígida decidió ir a Roma con motivo del jubileo de 1350. Acompañada de su confesor, Pedro de Skeninge, y otros personajes, se embarcó en Stralsund, en medio de las lágrimas del pueblo, que no había de volver a verla. En efecto, la santa se estableció en Roma, donde se ocupó de los pobres de la ciudad, en espera de la vuelta del Pontífice a la Ciudad Eterna. Asistía diariamente a misa a las cinco de la mañana; se confesaba todos los días y comulgaba varias veces por semana. El brillo de su virtud contrastaba con la corrupción de costumbres que reinaba entonces en Roma: el robo y la violencia hacían estragos, el vicio era cosa normal, las iglesias estaban en ruinas y lo único que interesaba al pueblo era escapar de sus opresores. La austeridad de la santa, su devoción a los santuarios, su severidad consigo misma y su bondad con el prójimo, su entrega total al cuidado de los pobres y los enfermos le ganaron el cariño de todos aquéllos en quienes todavía quedaba algo de cristianismo. Santa Brígida atendía con particular esmero a sus compatriotas y cada día daba de comer a los peregrinos suecos en su casa, que estaba situada en las cercanías de San Lorenzo in Damaso. Pero su ministerio apostólico no se reducía a la práctica de las buenas obras ni a exhortar a los pobres y a los humildes. En cierta ocasión, fue al gran monasterio de Farfa para reprender al abad, «un hombre mundano que no se preocupaba absolutamente por las almas».

A Santa Brígida se le concedió el don de profecía y revelación, mediante visiones y sueños.

Las profecías y revelaciones de santa Brígida se referían a las cuestiones más candentes de su época. Predijo, por ejemplo, que el papa y el emperador se reunirían amistosamente en Roma al poco tiempo (así lo hicieron el beato Urbano V y Carlos IV, en 1368). La profecía de que los partidos en que estaba dividida la Ciudad Eterna recibirían el castigo que merecían por sus crímenes, disminuyeron un tanto la popularidad de la santa y aun le atrajeron persecuciones. Por otra parte, ni siquiera el Papa escapaba a sus críticas. En una ocasión le llamó «asesino de almas, más injusto que Pilato y más cruel que Judas».

Nota: Mas información y datos de la vida de Santa Brígida en http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2507