27 de noviembre de 2007
6 de noviembre de 2007
la cena
Día litúrgico: Martes XXXI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 14,15-24): En aquel tiempo, dijo a Jesús uno de los que comían a la mesa: «¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!». Él le respondió: «Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: ‘Venid, que ya está todo preparado’. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses’. Y otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses’. Otro dijo: ‘Me he casado, y por eso no puedo ir’.
»Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: ‘Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos’. Dijo el siervo: ‘Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio’. Dijo el señor al siervo: ‘Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa’. Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena».
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COMENTARIO DEL EVANGELIO: Por Javi.
¿Cuantas veces se nos ha invitado a participar de la cena de nuestro Señor? ¿Cuantas veces se oye decir, es que tengo que hacer esto, es que no tengo tiempo, es que hay algo mas importante que hacer el domingo, ya iré un día, no hay prisa, etc, etc, etc. Es por eso, por lo que como tantos declinan su amable y gratuita invitación, y tantos la rechazan, luego el dueño de la casa, busca a los mas pobres que se encuentra por los caminos, y se llenará su casa. No quedará vacía jamás. Y los que habían sido invitados primero, no llegaran a probar su cena. ¡Tremendo!
Texto del Evangelio (Lc 14,15-24): En aquel tiempo, dijo a Jesús uno de los que comían a la mesa: «¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!». Él le respondió: «Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: ‘Venid, que ya está todo preparado’. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses’. Y otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses’. Otro dijo: ‘Me he casado, y por eso no puedo ir’.
»Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: ‘Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos’. Dijo el siervo: ‘Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio’. Dijo el señor al siervo: ‘Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa’. Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena».
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COMENTARIO DEL EVANGELIO: Por Javi.
¿Cuantas veces se nos ha invitado a participar de la cena de nuestro Señor? ¿Cuantas veces se oye decir, es que tengo que hacer esto, es que no tengo tiempo, es que hay algo mas importante que hacer el domingo, ya iré un día, no hay prisa, etc, etc, etc. Es por eso, por lo que como tantos declinan su amable y gratuita invitación, y tantos la rechazan, luego el dueño de la casa, busca a los mas pobres que se encuentra por los caminos, y se llenará su casa. No quedará vacía jamás. Y los que habían sido invitados primero, no llegaran a probar su cena. ¡Tremendo!
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