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23 de diciembre de 2020

Feliz Navidad

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 Aquí escribiré algo el día 24. Voy a hablar próximamente de cosas personales con las que pretendo cerrar un ciclo y abrir otro, ahora que estoy a punto de cumplir nada menos que 50.

7 de diciembre de 2020

CONFESARSE CON ALEGRÍA - LIBRO PDF JOSEF LUCAS

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 Confesarse con alegría es un libro escrito por Josef Lucas, traducción de alemán realizada por el R.P. Francisco San Martín Figueroa, y editado en Madrid por ediciones Stvdvm en 1959. Es mi intención ponerlo a disposición en PDF a través del blog, ya que es un libro antiguo y difícil de conseguir creo. En su día me fue de bastante utilidad, hace ya algunos años.

Espero poder hacerlo próximamente.

TUVE HAMBRE Y ME DÍSTEIS DE COMER

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El Evangelio de ayer, día Solemnidad  de Jesucristo Rey del Universo es claro, aunque de tan claro que parece, puede dar lugar a equivocaciones. Lo que a mi entender dice Jesús, si lo resumo, es que un discípulo de Cristo, es decir un bautizado, debe actuar hacia los demás sin egoísmo personal,  mirando por el bien de los que necesiten algo de ti.

El evangelista Mateo recoge esta parábola de Jesús, acerca de como será el juicio final e individual de cada uno. Jesús hizo énfasis en 6 acciones que son 3. En definitiva, buenas obras.

- Dar de comer y beber, y vestir.

- Visitar

- Acoger.

La pregunta que nos debemos hacer sería esta: ¿A quién tenernos que realizar estas obras?

La respuesta es: A todo el que necesite de nosotros. (Recordar la parábola del Buen Samaritano). La vida nos pone delante situaciones para "demostrar" que somos de Cristo, y no vivimos una vida cristiana sólo en apariencia, eso incluye nuestra asistencia a la Iglesia por costumbre, o por otras razones que no tengan que ver con el amor a Dios y la fe.

Es muy difícil y yo diría que imposible, cumplir con esto, si no recibes la fuerza de Dios. Para ello se necesita la Eucaristía, y el trato diario con Dios. La medida en que vivamos lo espiritual, podrá ser transformado en buenas obras, y viceversa.

Pero cuando se predica esto en la Iglesia, se puede caer en el error de no ver esta enseñanza de Cristo en su totalidad. Debemos tender a ser más perfectos en esto, sobre todo los que tienen la responsabilidad de predicar y enseñar.

Unos pueden enseñar sólo que hay que dar alimentos físicos y bebidas físicas, y vestidos físicos. Y la  misma Palabra de Dios nos enseña que "No sólo de pan vive el hombre", y que hay una sed que es mayor que la del agua (dame de beber, le pidió una mujer a Jesús en cierta ocasión). No olvidemos esto.

No olvidemos que si yo doy alimentos  al que tiene hambre, pero me quedo en eso, la Iglesia se convierte en una ONG y yo en lo mismo que un pagano. Hay que ir más allá. Y además hacerlo con amor y no por interés. Y eso incluye, el interés en salvarme. Hay que huir de eso. Por eso no veo del todo correcto esas campañas de las parroquias donde se anima a los feligreses a ayudar económicamente, si no se enfoca correctamente todo esto, y si encima queda algún resquicio por donde se pueda tratar de asociar el dar con el miedo a la condena eterna. Esa imagen de Dios no es correcta.

El evangelio completo para mi es: mi hermano tuvo hambre, yo lo supe, podía ayudarle y no tuve corazón para hacerlo. Mi hermano tuvo hambre, yo lo supe, y se encendió en mi la misericordia y la compasión y le ayudé. Esto con respecto al pan, y lo mismo con respecto al agua. Pero si yo veo que un hermano tiene hambre o sed de Dios, es decir, percibo que espiritualmente se está quedando en los huesos y puede morir, yo le debo suministrar el alimento espiritual, le debo llevar a Dios.

La vestimenta es importante, pero yo puedo tener vestiduras lujosas y ser un miserable. Lo importantes dar al otro la oportunidad de ponerse una vestidura de pureza y de amor a Dios, ayudarle a protegerse del mundo y sus peligros que manchan las vestiduras (ver libro del apocalipsis)

Ir a visitar a un encarcelado es una gran obra, pero no al alcance de cualquiera, sin embargo ofrecer a un preso por sus vicios y pecados, la liberación en Cristo, es más factible. 

Ir a visitar a un enfermo es una obligación de cualquier cristiano, pero hay enfermos que lo son del alma. A esos también tenemos que atender.

Acoger al extranjero, al inmigrante como gustan decir algunos hoy, al forastero en otras traducciones o incluso al peregrino, no tiene sólo que ver con las pateras. De hecho, la acogida se la debemos a todo el mundo, porque todos somos forasteros cuando llegamos a un lugar. Si tenemos el deseo de acoger al inmigrante que viene en patera, porque eso nos parece que es una gran obra, y luego al que tenemos al lado lo despreciamos, lo ignoramos o lo ninguneamos, ¿creen que están haciendo lo correcto?