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22 de diciembre de 2007

No es posible ser discípulo de Cristo sin evangelizar

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No es posible ser discípulo de Cristo sin evangelizar, aclara el Papa

En diálogo y con pleno respeto por los demás

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 20 diciembre 2007 (ZENIT.org).- No es posible ser discípulo de Jesucristo sin ser «misionero, mensajero del Evangelio», aclara Benedicto XVI.
Así lo explicó en el discurso que dirigió a sus colaboradores...

En su amplio análisis el pontífice recalcó la importancia del testimonio de la evangelización, subrayando al mismo tiempo la necesidad del diálogo y del pleno respeto de las creencias de los demás.

«Es indiscutible que todos tenemos que convivir y cooperar en la tolerancia y en el respeto recíprocos», aclaró, y la Iglesia católica «se compromete en esto con gran energía».....

«El reconocimiento compartido de la existencia de un único Dios, Creador y Juez universal del comportamiento de cada uno, constituye el requisito para una acción común en defensa del efectivo respeto de la dignidad de todas las personas para construir una sociedad más justa y solidaria», observó.

El Santo Padre se preguntó, por tanto, si esta voluntad de diálogo y de colaboración significa que «ya no podemos transmitir el mensaje de Jesucristo, si ya no podemos proponer a los hombres y al mundo esta llamada y la esperanza que deriva de ella».

«¿Es todavía lícito evangelizar hoy? ¿No deberían más bien todas las religiones y concepciones del mundo convivir pacíficamente y tratar de hacer juntas lo mejor por la humanidad, cada una a su manera?», preguntó.

El obispo de Roma respondió indicando que «quien ha reconocido una gran verdad, quien ha encontrado una gran alegría, debe transmitirla, no puede guardársela».

Dones tan grande, de hecho, «nunca son destinados a una sola persona».

En Jesucristo «ha surgido para nosotros una gran luz» y «no podemos ponerla bajo el celemín, sino que tenemos que elevarla sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en casa».

«Para llegar a su cumplimiento, la historia tiene necesidad del anuncio de la Buena Nueva a todos los pueblos, a todos los hombres».

La evangelización, por tanto, se plantea como un elemento fundamental también hoy, dijo, explicando los motivos de la publicación de la reciente «Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la evangelización» de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

17 de diciembre de 2007

Cómo se construye el templo vivo de la Iglesia, explica el Papa

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Es Jesús quien «nos reúne en la gran comunidad de la Iglesia» de todo tiempo y lugar; por eso, en la «iglesia edificio» y en la «Iglesia comunidad» todo habla de Él, explica Benedicto XVI.

«La comunidad viva es más sagrada que el templo material que consagramos», explicó el Santo Padre en la homilía de la Eucaristía que presidió.

«Y para construir este templo vivo, espiritual --que sois vosotros--, se necesita mucha oración, se necesita valorar toda oportunidad que ofrece la liturgia, la catequesis y las múltiples actividades pastorales, caritativas, misioneras y culturales...

«Que la atención que mostramos por el edificio material --con la aspersión del agua bendita, ungiéndolo con óleo, incensándolo-- sea señal y estímulo para una atención más intensa en la defensa y promoción del templo de las personas, formado por vosotros...

El Santo Padre se remitió a la página del Evangelio en la que Pedro, en nombre de los discípulos, declara que Jesús es el Mesías de Dios, el Cristo, el Hijo del Dios vivo. «Y el Señor le dice solemnemente: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»; «Pedro se convierte en la piedra, asociado por su fe en Jesús», subrayó.

Y «vemos que es Jesucristo la única e indefectible roca sobre la que se apoya nuestra fe, sobre la que se construye esta parroquia --añadió--. Y encontramos a Jesús en la escucha de las Sagradas Escrituras; está presente y se hace alimento nuestro en la Eucaristía, vive en la comunidad parroquial».

Así que todo, «en la iglesia edificio y en la Iglesia comunidad, habla de Jesús; todo es relativo a Él, todo hace referencia a Él», recalcó Benedicto XVI; «y el Señor nos reúne en la gran comunidad de la Iglesia de todos los tiempos y lugares, enlazada en comunión con el sucesor de Pedro como roca de la unidad».

En este contexto, «la acción de los obispos y de los presbíteros, el compromiso apostólico y misionero de todo fiel es proclamar y testimoniar con la palabra y con la vida que Él, el Hijo de Dios hecho hombre, es nuestro único Salvador», apuntó.

El camino de la verdadera felicidad

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En este Adviento el Papa dice a todos los hombres de buena voluntad, que: «Poner una felicidad individual en lugar de Dios, hacer de ella un ídolo, aleja de la verdadera alegría que trae Jesucristo y que celebramos en Navidad»

El misterio de Belén, dijo el Papa, «nos revela a Dios-con-nosotros», a «Dios que por así decirlo ha celebrado una boda con nuestra humanidad», porque «ha tomado nuestra condición humana, eligiendo ser en todo como nosotros menos en el pecado».

Ésta es la certeza de la que nace la alegría cristiana, confirmó: la certeza de que «Dios está conmigo, con nosotros, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, como amigo y esposo fiel».

Es la alegría que permanece en lo más profundo del corazón «que se entrega a Dios y confía en Él»,

Y ante quienes dudan de la existencia de tal alegría, Benedicto XVI recordó el ejemplo de la beata Teresa de Calcuta, quien «vivía en contacto diario con la miseria, con la degradación humana, con la muerte, que conoció la prueba y la noche oscura de la fe», «y sin embargo, dio a todos la sonrisa de Dios».

Y es que la alegría -dijo el Papa-- «entra en el corazón de quien se pone al servicio de los pequeños y de los pobres». Si uno ama así, Dios vive en su corazón, subrayó.

«Si en cambio se hace de la felicidad un ídolo», «difícilmente se puede encontrar la alegría de la que habla Jesús», alertó.

Los cristianos deben dar razón de su esperanza en Jesús, llama el Papa

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En la dedicación de una nueva iglesia romana
ROMA, domingo, 16 diciembre 2007

(artículo completo en ZENIT.org).-

Dice el sucesor de Pedro que los cristianos debemos dar razón de nuestra esperanza hoy. El Papa nos anima a todos. He extraido lo siguiente que me ha parecido de máximo interés de la información recibida hoy de ZENIT.ORG

*-*

Igual que en tiempo de mártires, los cristianos hoy deben dar razón de sus esperanza «ofreciendo al mundo testimonio de la Verdad del Único que salva y redime», alerta Benedicto XVI.

El lugar «evoca un pasado de resplandeciente testimonio cristiano» --describió Benedicto XVI-- porque en las cercanías están situadas las catacumbas de Generosa, donde la tradición señala la sepultura de tres hermanos mártires: Simplicio, Faustino y Beatriz, recordados como los santos Mártires Portuenses y muy apreciados por la comunidad local.

Fueron asesinados durante la persecución de Diocleciano, en el año 303.

Parte de los restos de los hermanos se conservan en Fulda, en Alemania, «ciudad que desde el siglo VIII, gracias a que San Bonifacio le llevó las reliquias, honra a los Mártires Portuenses como sus compatriotas»...

«Los jóvenes mártires que entonces murieron para dar testimonio de Cristo, ¿acaso no son un poderoso estímulo para vosotros, cristianos de hoy, a perseverar en el seguimiento fiel de Jesús?», ...

«Y la protección de la Virgen del Santo Rosario, ¿no os pide ser hombres y mujeres de profunda fe como lo fue Ella?», añadió.

«También hoy, aunque de formas distintas, el mensaje salvífico de Cristo es contestado -constató Benedicto XVI-- y los cristianos, no menos que ayer, están llamados a dar razón de su esperanza, ¡a ofrecer al mundo el testimonio de la Verdad del Único que salva y redime!».

«Es necesario que reanimemos nuestros corazones porque el Señor está cerca», había dicho el Papa al inicio de su homilía.

Apuntaba así a la liturgia de Adviento, que «repite constantemente que debemos despertarnos del sueño del acostumbramiento y de la mediocridad», y «abandonar la tristeza y el desaliento».

9 de diciembre de 2007

¡NOS HAN ROBADO LA NAVIDAD!

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¿No véis las luces en las calles, en balcones, en terrazas, en ventanas? ¿No véis los adornos en los escaparates, los anuncios en la televisión? ¿Hombres vestidos de rojo con barba blanca en cada esquina, en cada comercio, en los medios de comunicación? ¿No véis como felicitan la mayoría? ¡FELICES FIESTAS!, dicen muchos. ¿Que regalos vas a pedir? Yo quiero tener............¿Cuanto vale la fiesta a la que vas? ¿Hay barra libre, no? Venid y comed, venid y bebed todo lo que queráis. Estamos en fiestas. Ponte algo rojo, empieza el año con el pie derecho, ¿o era el izquierdo? Uvas de la suerte, amuletos, haré propósito de no fumar, de gastar menos gasolina este año.

¡Nos están robando la Navidad!

Navidad es una palabra que viene de Natividad, nacimiento de Jesús en Belén. El acontecimiento por el cual existe la Navidad. Repito. Sin Jesús en Belén, sin María y sin José, no HAY NAVIDAD.

Jesús ha nacido en Belén, el Principe de la Paz, el Hijo de Dios ha venido al mundo. Nos trae la Paz de verdad. ¡Eso es la Navidad!

Si alguién viene en esta Navidad y te dice: "¡Felices fiestas!", haz propósito de responder: "¡Feliz NAVIDAD!. No fiestas. ¡Navidad!. La Navidad nos trae alegría, es cierto, y podemos celebrar, es cierto, pero la celebración de la Navidad no tiene nada que ver con lo que el mundo nos dice que es la Navidad. Lo primero es poner el nacimiento, o algún misterio al menos, y luego si quieres pon un árbol y luces. Todos los hogares cristianos que celebran la Navidad, si adornan su casa, deberían poner el nacimiento, porque eso es lo que ocurre. Nace Jesús.

No digas felices fiestas este año, di mejor: "FELIZ NAVIDAD DEL SEÑOR!

La Navidad no es una tradición del mundo, la Navidad es algo real, es verdadera, porque Jesucristo es real y verdadero.

¡FELIZ NAVIDAD DEL SEÑOR!

¡LA PAZ SEAN CONTIGO.!
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Libro de Isaías 11,1-10.






Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor-. El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en companía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey. El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.







MEDITACIÓN PERSONAL DE LA PALABRA

"Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor-. "

Esperamos la venida del Señor, deseamos que venga a nuestra vida, y sea el totalmente el Señor de todo en ella. Para andar el camino necesitamos al Espíritu Santo. El Padre está dispuesto a regalarnos de sus dones, pero, ya nos dijo Jesús: "Pedid y se os dará". Porque Dios está dispuesto a darnos sólo cosas buenas, porque es un Padre bueno.

Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»

Ojalá nuestra vida sea también inspirada por el temor del Señor, y deseemos ardientemente la venida de Jesús a nuestro corazón para que, iluninados con sus dones espirituales, vivamos nuestra vida nueva, y podamos ser luz en mitad de las tinieblas en este mundo.


"El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país;"

El Señor es Justo, que esperanza más grande conocer esto. Debemos aprender nosotros de El, a no juzgar a los demás según las apariencias, o bién tomar decisiones en nuestra vida, basadas en murmuración. En compañía de María, llegamos a aprender como ser imitadores de Jesús.

Yo he visto dos grandes males entre los hombres; el juicio injusto y las murmuraciones y críticas acerca de los demás. Jesús nos muestra el camino para ser juzgados justamente. Si quieres ser juzgado con misericordia, juzga a los demás con misericordia, pues todos somos débiles, y no seremos juzgados por El injustamente.










"porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar"

Decía el Papa Benedicto XVI hace pocos días que todos los fieles debemos leer la Biblia diariamente, porque desconocer la Escritura es desconocer a Cristo.

Es simple. Si no conoces la Palabra de Cristo, ¿cómo vas a conocer a Cristo? A lo mejor, le conoces porque has oido de Él, y sabes de su existencia, y a lo mejor hasta crees en Él, y le dices Señor, pero si no conoces su Palabra, desconoces.Por eso el Papa, nos invita a todos a leer la Biblia diariamente. ¿No comemos cada día 3 veces?







SEGUNDA LECTURA

Carta de San Pablo a los Romanos 15,4-9.






Ahora bien, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios. Porque les aseguro que Cristo se hizo servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que él había hecho a nuestros padres, y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre.


MEDITACIÓN PERSONAL

"Ahora bien, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza."

San Pablo también lo dice hoy. Las Escrituras dan consuelo. Pero ninguna Escritura da consuelo por sí misma, si no se lee primero. ¿Estás necesitado de consuelo? Busca en las Escrituras y lo hallarás, porque en ellas está Dios esperandote.

Dios ha inspirado la Sagradas Escrituras para nuestro consuelo, y también para nuestra instrucción. El quiere enseñarnos.

Por la lectura asídua de ellas, obtienes también la constancia.

instrucción, constancia y consuelo, en ese orden. Sólo así podremos mantener la esperanza. (Buena semana para leer la nueva encíclica del Papa)


"Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. "

Sin el consuelo, que sólo el Dios del consuelo puede darnos, sería imposible tener los mismos sentimientos de Jesucristo, puesto que Dios no es amargura de corazón sino esperanza. Pidamos a Dios que nos de su consuelo y su constancia, para que unidos en Cristo, llegemos a ser como un mismo corazón, como si fueramos todos una sóla cosa, sólo unidos en Cristo glorificaremos a Dios Padre como El quiere.

"Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios. Porque les aseguro que Cristo se hizo servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que él había hecho a nuestros padres, y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia."

Es difícil para nosotros a veces ser acogedores con todos, pero cuando sintamos esta dificultad, debemos pensar que Cristo nos acogió a todos, que el no hace distinción de personas. Sólo en la acogida mutua podemos construir el Reino de Dios.










Evangelio según San Mateo 3,1-12.






En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca". A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: "Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: 'Tenemos por padre a Abraham'. Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible".






MEDITACIÓN PERSONAL

"Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca".

Hoy recibimos esta llamada de Dios. Llamada a la conversión. ¿De que tenemos que convertirnos? ¿Hay algo en tu vida que necesita de un cambio de actitud? El Reino de los Cielos está cerca. Este es el momento de nuestra conversión. Esta vida que tenemos ahora, pasa como una neblina.



"y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados"

Como medio para llegar a la conversión sincera, debemos confesar nuestros pecados. Es una buena semana para hacer examen y acercarnos al sacramento de la confesión, para que el Señor nos renueve con su fuerza, y nos preparemos adecuadamente para recibirle en nuestro interior. Porque el arrepentimiento y la confesión hace posible que el que viene detrás de Juan nos queme todo nuestro ser interior, con el fuego del Espíritu Santo.



"Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: "Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: 'Tenemos por padre a Abraham'. Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego."

¡Ay de aquellos que creen que no necesitan convertirse! ¡Ay de aquellos que piensan que no tienen de que arrepentirse en su vida! Veo este mensaje dirigido primero a los que estamos en la Iglesia, que nos creemos que por estar en ella somos mejores que otros; ¡porque Dios puede hacer surgir un hijo de una piedra!; Habrá un juicio. Todos compareceremos ante el. Es el momento de profundizar en nuestra conversión y ser humildes. Escuchemos hoy su voz.

"Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible". "

8 de diciembre de 2007

Benedicto XVI aconseja leer la Biblia todos los días

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Al sacar las lecciones dejadas por san Jerónimo

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 14 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pedido a todos los creyentes que lean todos los días la Biblia.Fue el consejo que dejó a las 25 mil personas congregadas este miércoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano para participar en la audiencia general. En su intervención, el pontífice presentó las enseñanzas que ha dejado san Jerónimo (347-419/420), uno de los biblistas más grandes de todos los tiempos, traductor de la versión en latín de las Escrituras, cuya biografía ya había ilustrado en su anterior cita semanal con los peregrinos (Cf. Zenit, 7 de noviembre de 2007).Acercarse a los textos bíblicos, sobre todo al Nuevo Testamento, es esencial para el creyente, pues «ignorar la Escritura es ignorar a Cristo», explicó el Papa recordando una celebre frase di Jerónimo, citada por el Concilio Vaticano II nella Costituzione «Dei Verbum».«Enamorado» de la Palabra de Dios, Jerónimo se preguntaba: «¿Cómo es posible vivir sin la ciencia de las Escrituras, a través de las cuales se aprende a conocer al mismo Cristo, que es la vida de los creyentes?», recordó el obispo de Roma. La Biblia, instrumento «con el que cada día Dios habla a los fieles», indicó el Papa, «se convierte de este modo en estímulo y manantial de la vida cristiana para todas las situaciones y para toda persona». «Leer la Escritura es conversar con Dios», explicó. Y para ser más claro citó de nuevo al santo: « Si rezas --escribe a una joven noble de Roma--hablas con el Esposo; si lees, es Él quien te habla». El pontífice recordó que para Jerónimo «un criterio metodológico fundamental en la interpretación de las Escrituras era la sintonía con el magisterio de la Iglesia». «Por nosotros mismos nunca podemos leer la Escritura. Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos en errores. La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo»¸ explicó Benedicto XVI. «Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente con el “nosotros” en el núcleo de la verdad que Dios mismo nos quiere decir». «Para él una auténtica interpretación de la Biblia tenía que estar siempre en armonía con la fe de la Iglesia católica», indicó. «Dado que Jesucristo fundó su Iglesia sobre Pedro», según Jerónimo, todo cristiano «debe estar en comunión “con la Cátedra de san Pedro”», pues «“yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia». Por tanto el santo declaraba: «Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro»La lectura de la Escritura lleva al santo a entregarse a los demás: es necesario, dice, «vestir a Cristo en los pobres, visitarle en los que sufren, darle de comer en los hambrientos, cobijarle en los que no tienen un techo». La Palabra de Dios, concluyó el Papa sintetizando la vida y las enseñanzas de Jerónimo, «indica al hombre las sendas de la vida, y le revela los secretos de la santidad». Con su meditación, el sucesor de Pedro continuó con sus intervenciones sobre las grandes figuras de los orígenes de la Iglesia.