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31 de julio de 2019

SAN IGNACIO DE LOYOLA

Tengo que reconocer que me gusta el enfoque. Es muy cabal: "Discernir", "Calcular" "Calibrar". Me atrae, porque lo contrario a eso es ir por la vida de forma alocada, sin pensar en las consecuencias de nuestros actos, y dejándose llevar por el mal espíritu. Y no digo con esto que yo sea perfecto y lo lleve perfectamente a la práctica. Ni mucho menos, sólo digo que me atrae, y que me gusta el enfoque, y que ojalá lo que me quede de vida en este mundo, me deje llevar siempre por esos bellos principios, dentro de mi pobreza y mi limitación. Que Dios con su infinita misericordia se digne concederme gustar de sus beneficios en este valle de lágrimas que dice la Salve.
Cada día es una nueva oportunidad para andar por el camino recto, o apartarse del camino desviado. Es una bendición poder tener cada día una nueva oportunidad de poder ser más como Dios me sueña, y menos como yo quisiera ser.
Porque todo se lo debemos a El, y sin El nada somos.

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