Herodes mintió a los Magos de Oriente, para tratar de averiguar donde se encontraba el Niño. En la actitud de Herodes podemos comprender esa actitud humana pero no cristiana de la persona que trata de engañar al otro para conseguir sus fines. A veces ni siquiera los fines son lícitos, y si fuera mentir para conseguir algo positivo, tan poco es parte de la enseñanza cristiana. Mentir nunca. Siempre con la verdad por delante. Eso sí, podemos en su lugar usar de la astucia, como nos enseña el Redentor.
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