Esto que voy a decir es sólo para creyentes. El no creyente no lo va a comprender, y el creyente ya veremos. Es una reflexión sobre el "problema" de la mujer y lo que está ocurriendo en el mundo. No es mía la idea sino de una mujer, pero estoy de acuerdo y escribo esta reflexión:
Veréis; estamos como al principio de la creación. Volvemos en cierto modo al jardín del Eden en cierta cosa. ¿Que ocurrió allí? Lean el capítulo 2 del Génesis a partir del versículo 18.
Después de crear Dios al primer hombre, al que llamó "Adan",
Dijo Dios:
No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Y sea exactamente como dice el Génesis, o sea alegórico, Dios creó a la mujer a partir del primer hombre. Exactamente al contrario de como la naturaleza funcionó a partir de ahí, el principio creador fue así, porque Dios lo quiso así. Punto.
El versículo 24 de este capítulo 2 del Génesis sienta las bases del verdadero y único matrimonio valido ante Dios. El de un hombre con su mujer. (Obsérvese el orden): hombre+compañía/ayuda idóena (mujer).
El capítulo 3 del Génesis nos da la entrada para un personaje siniestro que va a arruinar la vida de la primera pareja de la historia. Satanás, representado como serpiente, al que el autor inspirado del Génesis nombra como "el más astuto".
A continuación tenemos un hecho relevante. La serpiente (satanas), va a por uno de los dos, para engañarla por medio de una tentación. Fue a por la mujer. Eva.
Insisto, esta reflexión es para creyentes, porque el ateo no cree en nada más que en sí mismo y "en lo que ve" (observe las comillas).
Ya imagino a la feminista diciendo que esto que digo es un ataque contra la mujer, por decir que fue tentada primero. Pues es lo que hay. Ante esto, sólo cabe una postura en los creyentes: humildad y aceptación de la verdad. Fue así, está escrito. Es Palabra de Dios. Ahora los sabios y entendidos pueden tratar de retorcer la Palabra de Dios, pero...
No se está quitando nada a la mujer, ni poníendola como inferior ni nada, sólo se está relatando un hecho y reflexionando sobre el. Más adelante señalaré como el plan de Dios para la mujer era muy espectacular a pesar de esa caída primera.
El caso es que la mujer cayó en el engaño primero de la serpiente. La promesa era muy atractiva aunque falsa: "seréis como dioses si desobedecéis a Dios".
El versículo 6 de este capítulo 3 del Génesis ya indica como la primera mujer engañada por el diablo, lleva a la ruina a su marido. No se exculpa al marido aquí, sólo se constata el hecho de que la mujer lo indujo a desobedecer a Dios y este confió más en la mujer que en Dios, y también pecó.
El resultado final de este acto de desobediencia lo doy ya por conocido y no lo voy a relatar.
Vamos ahora a viajar en el tiempo hasta el Nuevo Testamento. La venida al mundo de Jesucristo tiene que ver con este primer pecado del hombre (aquí hombre se refiere a los dos, varón y hembra.)
Incluso San Pablo lo dirá más tarde en la carta a los Romanos cuando dice:
El pecado entró por un hombre... (Cf. Rm 5,12).
De nuevo no se está refiriendo al varón sino a los dos, porque la palabra hombre incluye también a la mujer cuando se habla en general.
Y ya voy terminando hablando de la mujer perfecta. Dios soluciona el problema creado por Eva escogiendo a María y por medio de su Gracia, en anticipación de los méritos de su Hijo Jesucristo, preservada de todo pecado y toda mancha. María es el prototipo de la mujer perfecta. De la mujer cristiana.
Si quieres ser una buena mujer cristiana, ahí tienes a Santa María Virgen. Ese es el modelo. Y luego, a los submodelos salidos de la fuente original que es Cristo: a las mujeres santas y piadosas de la historia.
Contraste usted esto con lo zafio y lo barriobajero del feminismo radical y no encontrará absolutamente nada que imitar. Al contrario, aléjese de el. Una mujer de verdad, no tiene nada que ver con esas mujeres chillonas y soeces que van por ahí tratando de hacerse notar a base de gritos, de actos inmorales, de blasfemias y de violencia verbal o física.
María nunca jamás hubiera sido feminista si hubiera nacido en nuestro tiempo, porque el feminismo es injusto. Es sólo una hija de la ideología marxista y comunista, que ha traido mucha ruina a lo largo del siglo XX a quién se acercó a ella.
María es modesta, amable, sensata, prudente, no vocifera, no se queja constantemente, no exige derechos, sino que trabaja por conseguirlos si son justos. María ora a Dios, confía en El, se pone en sus manos.
María se distingue de Eva, que desobede a Dios por querer ser como una diosa, y mandar sobre todos, imponerse al hombre con el engaño de que lo que quiere es igualdad.
María no quiere subvertir el orden. No es maleducada, tiene unos modales que todos se quedan admirados al verla.
María es madre. La mejor madre.
María tiene un hijo. El mejor hijo, que primero bebió de la educación de sus padres, y se hizo hombre de bien. Todos sus ejemplos son buenos.
¿Quieres ser una verdadera mujer?
Imita a María, siguiendo a Jesús y haciéndo sólo aquello que ella haría.
Apártate de las que se dejan engañar por la serpiente. Su final no será bueno, sino rectifican.
Veréis; estamos como al principio de la creación. Volvemos en cierto modo al jardín del Eden en cierta cosa. ¿Que ocurrió allí? Lean el capítulo 2 del Génesis a partir del versículo 18.
Después de crear Dios al primer hombre, al que llamó "Adan",
Dijo Dios:
No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Y sea exactamente como dice el Génesis, o sea alegórico, Dios creó a la mujer a partir del primer hombre. Exactamente al contrario de como la naturaleza funcionó a partir de ahí, el principio creador fue así, porque Dios lo quiso así. Punto.
El versículo 24 de este capítulo 2 del Génesis sienta las bases del verdadero y único matrimonio valido ante Dios. El de un hombre con su mujer. (Obsérvese el orden): hombre+compañía/ayuda idóena (mujer).
El capítulo 3 del Génesis nos da la entrada para un personaje siniestro que va a arruinar la vida de la primera pareja de la historia. Satanás, representado como serpiente, al que el autor inspirado del Génesis nombra como "el más astuto".
A continuación tenemos un hecho relevante. La serpiente (satanas), va a por uno de los dos, para engañarla por medio de una tentación. Fue a por la mujer. Eva.
Insisto, esta reflexión es para creyentes, porque el ateo no cree en nada más que en sí mismo y "en lo que ve" (observe las comillas).
Ya imagino a la feminista diciendo que esto que digo es un ataque contra la mujer, por decir que fue tentada primero. Pues es lo que hay. Ante esto, sólo cabe una postura en los creyentes: humildad y aceptación de la verdad. Fue así, está escrito. Es Palabra de Dios. Ahora los sabios y entendidos pueden tratar de retorcer la Palabra de Dios, pero...
No se está quitando nada a la mujer, ni poníendola como inferior ni nada, sólo se está relatando un hecho y reflexionando sobre el. Más adelante señalaré como el plan de Dios para la mujer era muy espectacular a pesar de esa caída primera.
El caso es que la mujer cayó en el engaño primero de la serpiente. La promesa era muy atractiva aunque falsa: "seréis como dioses si desobedecéis a Dios".
El versículo 6 de este capítulo 3 del Génesis ya indica como la primera mujer engañada por el diablo, lleva a la ruina a su marido. No se exculpa al marido aquí, sólo se constata el hecho de que la mujer lo indujo a desobedecer a Dios y este confió más en la mujer que en Dios, y también pecó.
El resultado final de este acto de desobediencia lo doy ya por conocido y no lo voy a relatar.
Vamos ahora a viajar en el tiempo hasta el Nuevo Testamento. La venida al mundo de Jesucristo tiene que ver con este primer pecado del hombre (aquí hombre se refiere a los dos, varón y hembra.)
Incluso San Pablo lo dirá más tarde en la carta a los Romanos cuando dice:
El pecado entró por un hombre... (Cf. Rm 5,12).
De nuevo no se está refiriendo al varón sino a los dos, porque la palabra hombre incluye también a la mujer cuando se habla en general.
Y ya voy terminando hablando de la mujer perfecta. Dios soluciona el problema creado por Eva escogiendo a María y por medio de su Gracia, en anticipación de los méritos de su Hijo Jesucristo, preservada de todo pecado y toda mancha. María es el prototipo de la mujer perfecta. De la mujer cristiana.
Si quieres ser una buena mujer cristiana, ahí tienes a Santa María Virgen. Ese es el modelo. Y luego, a los submodelos salidos de la fuente original que es Cristo: a las mujeres santas y piadosas de la historia.
Contraste usted esto con lo zafio y lo barriobajero del feminismo radical y no encontrará absolutamente nada que imitar. Al contrario, aléjese de el. Una mujer de verdad, no tiene nada que ver con esas mujeres chillonas y soeces que van por ahí tratando de hacerse notar a base de gritos, de actos inmorales, de blasfemias y de violencia verbal o física.
María nunca jamás hubiera sido feminista si hubiera nacido en nuestro tiempo, porque el feminismo es injusto. Es sólo una hija de la ideología marxista y comunista, que ha traido mucha ruina a lo largo del siglo XX a quién se acercó a ella.
María es modesta, amable, sensata, prudente, no vocifera, no se queja constantemente, no exige derechos, sino que trabaja por conseguirlos si son justos. María ora a Dios, confía en El, se pone en sus manos.
María se distingue de Eva, que desobede a Dios por querer ser como una diosa, y mandar sobre todos, imponerse al hombre con el engaño de que lo que quiere es igualdad.
María no quiere subvertir el orden. No es maleducada, tiene unos modales que todos se quedan admirados al verla.
María es madre. La mejor madre.
María tiene un hijo. El mejor hijo, que primero bebió de la educación de sus padres, y se hizo hombre de bien. Todos sus ejemplos son buenos.
¿Quieres ser una verdadera mujer?
Imita a María, siguiendo a Jesús y haciéndo sólo aquello que ella haría.
Apártate de las que se dejan engañar por la serpiente. Su final no será bueno, sino rectifican.