Después de una noche de perros, donde me acosté muy triste, y he tenido hasta pesadillas, aquí estoy de nuevo. ¿Porqué me acosté triste? Porque después de mi decisión de parar de trabajar en este blog y parar en otras cosas, observé que eso hacía un mal efecto en mi mujer.
Mi mujer, mi mejor amiga y compañera, anoche me instaba a que no detuviese mi trabajo de evangelización a través de este blog o de mis otras páginas en internet. Pero nos acostamos un poco disgustados, porque yo tenía tomada mi decisión.
Esta mañana en el desayuno, después de haber pasado mala noche, hemos seguido conversando, y me he dado cuenta de lo importante que es para ella, que yo siga adelante con esto, a pesar de nuestras dificultades.
Yo continuaba mis trece, y totalmente en calma. Pero ella seguía preocupada. Para ella es muy importante que "hagamos las cosas para Dios". "El nunca nos ha dejado". "Siempre hemos salido de todas las dificultades, y hemos acabado realizando aquello que parecía insuperable".
Ha pasado la mañana, y al mediodía, hemos vuelto a hablar. Yo sigo en calma, pero ya empieza a arreciar la duda, al ver que ella sigue con la idea muy clara. Me he dado cuenta de lo importante que es para mi mujer que sigamos con esto.
Yo estoy de acuerdo. Es importante. Por lo tanto, abro de nuevo el telón.
Ayer me equivoqué, GRACIAS A DIOS. Pero de todo se vale el Señor.
1 comentario:
Ya sabes, Javier, que RECTIFICAR ES DE SABIOS. Y si se juntan dos SABIOS con SABIDURÍA de más arriba, adobada por el cariño de esposos (simultáneamente compañeros y amigos), la rectificación va mucho más acertada y repensada. Así que para los dos va mi enhorabuena.
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