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5 de octubre de 2008

¿Se puede ofender alguién por tratar uno de hacerle un bién?

¿Se puede ofender alguién por tratar uno de hacerle un bién?

Si. Se puede. No importa que el bién que quieres hacerle a la otra persona, sea la cosa más grande del mundo. No importa que esa cosa que quieres hacer por la otra persona sea ofrecerle la posibilidad de ser más feliz o de salvarse al final de su vida. ¿Hay algo más grande que esto?

Si la otra persona no desea lo que le ofreces, o simplemente cree que eres tonto porque lo que le ofreces no es cierto, y sólo un tonto habla de cosas que no son verdad, entonces, no tienes nada que hacer, más que callar, o prepararte para la discusión.

Si señores, los demás creen que uno es tonto, aunque no te lo digan. Lo creen, aunque no lo digan, y lo nieguen. Si te dice una persona que te respeta tus creencias y a continuación te dice que la Biblia no es la Palabra de Dios, sino trata de levantar sospechas de dudas sobre si es simplemente un texto manipulado por conveniencia por parte de algunos hombres, entonces, es que piensas que soy tonto del todo, pero no me lo dices.

Y si no lo piensas, entonces te estás engañando a ti mismo, y conmigo no estás siendo sincero.

Y si después de esta explicación, me siguen diciendo que uno no es tonto por ofrecer la felicidad según la verdad revelada por Dios mismo, entonces los que tienen que revisar su estado actual, son ustedes, y no yo.

¿Que por qué?

Porque están ustedes admitiendo que yo viva en una mentira (según ustedes). Les da igual mi vida, porque si no quieren lo que les ofrezco de parte de Dios, y tampoco me dicen abiertamente que soy un tonto por creer, creo que los que hacen esto, tienen un problema. No se ofendan, por favor.

Hablemos de la fe cristiana por ejemplo. Creo que es un tema importante. No todos pensaran igual. Yo te respeto, si no piensas igual. ¿me respetarás tu a mi?

Yo diré. Si eres católico hay que ser coherente con lo que se cree. El otro dirá, yo creo a mi manera. Y acabará ofendiendose porque cree que trato de obligarle a creer en lo que yo creo.

No se trata de eso. Esa no es mi intención. Por supuesto que quiero que crean lo mismo en lo que yo creo. Porque estoy convencido de que es verdad y de que es bueno, pero ¿Porqué siempre me tienen que acusar de que quiero obligar a los demás a creer? Eso no es verdad. Si quieren ir al infierno, yo no podré obligarles a ir al cielo, aunque lo desee con toda mi alma. No confundan que hable con entusiasmo y pasión en lo que creo, con tratar de imponerles nada. No confundan el que hable con libertad en lo que creo, con un intento de querer obligarles a hacer nada en contra de vuestra libertad. Las cosas no son así.

Los demás actúan como quieren, y yo los tengo que respetar, pero ¿a mi, quién me respeta?

¿Sómos católicos? ¿Entonces porqué no actuamos con coherencia?

Se trata de que creen que soy tonto por creer en lo que creo. Ese es el punto.

¿Todavía no lo entiendes?

Si tu no quieres creer en lo que te propongo como una verdad revelada de Dios, y encima me dices que tu crees en lo que te da la gana, y encima te ofendes conmigo porque trato de darte mi visión del asunto, entonces es que crees que soy tonto.

Con el orgullo y la soberbia dominandote, para la otra persona, no será importante que tu quieras su bién. Eso no lo verá. Sólo verá que estás tratando de imponerle algo en lo que no cree, y entonces se ofenderá, o se incomodará. Y al final acabarás siendo un agresor y un un maleducado, soberbio y orgulloso, a pesar de que lo que buscabas era hacerle un gran bién a otra persona. Eso no importará.

Es triste, pero así funciona el hombre y la mujer que no conoce a Dios. No te domina la humildad, sino el orgullo de querer tener razón, y además acabas creyéndote bueno y sabio, y cuando el otro le dice a esa persona que no quiere imponerle nada, acabará diciéndote que si que se lo quieres imponer, y que quieres obligarla a pensar como tu, y que la estás atacando, la estás faltando al respeto, la estás poniendo como una inferior y tu te estás poniendo como un ser superior.

Eso ocurrirá.

¿Que hacer entonces?

Miren. Yo no me puedo callar, porque aunque no hablara yo, las piedras lo harían.

Satanás existe, los demonios existen, y están consiguiendo su objetivo. Han plantado en el mundo un cacao en las mentes de las personas, que ya no saben en que creer.

Y los que creemos, estamos siendo considerados como tontos por parte de los otros.

Realmente no me importa que me consideren un tonto por creer en Dios y tratar de cumplir sus mandamientos. Yo se que esto pronto o más tarde tiene que ser así, porque el discípulo no es más que el Maestro.

Lo único que pasa, es que feliz, lo que se dice feliz no podré estar nunca, al saber que personas a las que quería, no les importó lo que les tenía que decir. Ni siquiera me quisieron dar la oportunidad de comprobar si lo que les decía era verdad. Y un día no estaremos aquí, y ya será tarde para hablar. Después, cuando llegue la noche a nuestro cuerpo mortal, ya no habrá más ocasiones ni de hablar, ni de discutir.

Y yo sólo quise hacer el bién. ¿Porqué se ofenden?

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