Recientemente ha contactado conmigo un pastor de uno de los 32.000 grupos que se dicen cristianos y de seguir sólo ellos la verdad. Al igual que ha sucedido desde el siglo I y hasta nuestros días, es válida la Escritura que dice:
Hubo también en el pueblo falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas (2 Pedro 2, 1)
Este falso "pastor" defiende la herejía de que la Trinidad no existe, y que "sólo Jesús" es Dios. Es decir, niegan al Padre y al Espíritu Santo. Lo peor es que dice apoyarlo con la Biblia. Eso no es difícil, ya que cualquiera puede hacer que la Biblia diga lo que no quiere decir.
Y esto no es nuevo. Ya otros lo negaron antes, sólo que cambia el nombre del grupo. El grupo al que pertenece este falso pastor se llaman "Pentecostales Apostólicos del Nombre de Jesucristo". Los pentecostales son protestantes que surgen en el siglo XX después de Cristo, por lo tanto no son la Iglesia, sino una división surgida a raiz de la gran división que hizo Lutero en el siglo XVI después de Cristo. Sin embargo este grupo tampoco es pentecostal, ya que los pentecostales no son unitarios, pero estos otros si.
Y si los pentecostales surgieron al inicio del siglo XX, estos, ¿de cuando són? ¿Una década quizás?
Dice la Escritura:
Cualquiera que se extravía y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y el Hijo. (2 Juan 9)
El problema de estos pentecostales unitarios es que siguen la LIBRE INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA, el auténtico CÁNCER del protestantismo. Y el resultado no puede ser más nefasto. Como no encuentran la palabra "Trinidad" en la Biblia, tuercen así escrituras tan claras como San Mateo 28, 19 que demuestran claramente que la Iglesia bautizaba en aquel tiempo en el Nombre de la Santísima Trinidad, es decir, un SÓLO DIOS, en TRES PERSONAS, es decir este es el MISTERIO MÁS IMPORTANTE de la FE DE LOS VERDADEROS CRISTIANOS desde el principio, y que YO como Católico me glorío en Dios con TODA LA IGLESIA universal de profesar.
Jesús dijo:
...bautizándolos en el nombre del PADRE, del HIJO, y del ESPÍRITU SANTO (Mateo 28,19)
Se podrían dar muchísimos más versículos, pero es que al leer este no dudaría un niño de 5 años, si le preguntaras. ¿Que ves? Tres personas, PERO UN SÓLO DIOS VERDADERO.
Los que juegan a sabios se estrellan, y sin embargo los niños y los sencillos comprenden esto.
Seguidamente pongo un texto tomado del Padre Amatulli:
Fórmula del bautismo Antes que nada, es importante entender qué quiere decir bautizar alguien «en el nombre de». Quiere decir hacerlo renacer a una vida nueva «injertándolo en». Pues bien, al principio se quiso subrayar el papel central de Cristo en la obra de la salvación. Por eso se bautizaba en su nombre. Pero, poco a poco se fue descubriendo el papel más amplio de toda la Trinidad con relación a esta obra. Y se llegó a la «fórmula trinitaria»:
Vayan y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28, 19).
En realidad, las expresiones que encontramos antes, no son verdaderas «fórmulas bautismales», puesto que varían una de otra. Aquí están: • Hech 2, 38: En el nombre de Jesucristo. • Hech 8, 16: En el nombre de Jesús. • Hech 10, 48: En el nombre del Señor Jesús. • Hech 19, 5: En el nombre del Señor Jesús.
Posiblemente al principio se bautizaba sin pronunciar ninguna palabra. Los mismos apóstoles, el día de Pentecostés, fueron bautizados con el símbolo del fuego y sin que se pronunciaran ninguna palabra. Probablemente lo mismo sucedió con las tres mil personas que fueron bautizadas por los apóstoles el mismo día (Hech 2, 41) y con el eunuco bautizado por Felipe (Hech 8, 38). Poco a poco se fueron añadiendo algunas palabras al rito exterior, hasta llegar a la fórmula definitiva, que encontramos en Mt 28, 19. Y todo esto bajo la guía del Espíritu Santo, siempre presente y activo en la Iglesia. Pues bien, ¿qué hay de reprochable en todo esto? Es el desarrollo normal de cualquier organización o ser viviente. Algunos grupos cristianos, desde principios del siglo pasado, empezaron a bautizar «en el nombre de Jesucristo», aduciendo como razón el hecho que se trata de una fórmula más antigua. No me parece un argumento válido. ¿Qué sucedería si en su congregación alguien no aceptara una norma actual por obedecer a otra más antigua? Y con relación a nuestro desarrollo personal, ¿qué sería de nosotros si quisiéramos pensar y actuar como cuando éramos niños? Entonces, la vida ideal sería la vida intrauterina. Lo mismo pasa con relación a la fórmula del bautismo y a tantos otros aspectos de la vida de la Iglesia. Lo que importa saber es que Cristo fundó una Iglesia con la misión de llevar adelante su obra. Esta Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, como podemos comprobar en el libro de los Hechos de los Apóstoles, poco a poco se fue estructurando y organizando para llevar adelante su misión. En el caso concreto del bautismo, además, se trata de un proceso aprobado y sancionado mediante un texto claro, presente en un libro canónico. ¿Qué más quieren? ¿O se sienten superiores a la Iglesia fundada por Cristo, que a lo largo de casi veinte siglos utilizó la fórmula trinitaria, o al mismo San Mateo, que la vio bien y la reportó en su Evangelio? ¿Por qué no utilizan el mismo principio con relación a la Biblia, queriendo vivir como en los tiempos más antiguos, cuando aún no estaba puesta por escrito? Por otro lado, algunos grupos, que rechazan la fórmula trinitaria, de plano ni creen en la Trinidad. En este caso, ¿para qué discutir tanto? Se trataría de puras palabras y nada más, puesto que para ellos el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo constituyen una misma persona con distintos nombres. A este propósito, véase «Sólo Jesús» .
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