Quien ama a Dios es libre, dijo el Papa en su homilía
“Tú puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen y todas estas cosas. Pero todo esto jamás será capaz de darte la libertad de hijo. Es sólo el Espíritu Santo quien mueve tu corazón para decir ‘Padre’. Sólo el Espíritu Santo es capaz de disipar, de romper esta dureza del corazón y hacer un corazón… ¿blando?… No sé, no me gusta la palabra… “Dócil”. Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor”.
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Una sesión de yoga jamás podrá enseñar a un corazón a “sentir” la paternidad de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo volverá más libre para amar. Este poder sólo lo tiene el Espíritu Santo.
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