No nos damos cuenta que el tiempo pasa, y mientras pasa a veces andamos demasiado distraídos con los entretenimientos que nos plantea el mundo y su príncipe que es el que está detrás. El adviento pasa y se irá como cada año. Cada adviento que vivimos puede ser el último de nuestra vida. ¿Lo aprovechamos? ¿Sabemos sacarle el jugo? ¿Estamos realmente interesados en vivir de manera especial este tiempo especial?.
Para los que no creen ni por tanto esperan, este es tiempo que no significa nada más que un montón de luces en las calles, y la obligación de gastar impuesta por otros. Para los que creemos debe ser distinto. Debemos saber marcar la diferencia. El adviento es un tiempo maravilloso de Gracia de Dios, y se nos va entre los dedos mientras suena sin descanso el tic tac del reloj que nos recuerda que la hora está próxima. El adviento nos debe ir preparando para el siguiente tiempo que llegará hasta nosotros como cada año. El tiempo de Navidad (distinto al día de Navidad). De como vivamos el adviento, dependerá nuestro vivir la Navidad. El termómetro será la alegría y el gozo verdadero que debe habitar en nosotros.
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