Seguidores

22 de enero de 2008

Meditación La mortificación

MEDITACION: La mortificación

Vicente Enrique Taracón, Obispo de Solsona

"El reino de los cielos padece fuerza y los que se la hacen Lo arrebatan." (Mt. 11, 12)

Estas palabras de Jesucristo son una orientación y una consigna para tu vida cristiana.

1. "Milicia es la vida del hombre sobre la tierra", leemos en el libro de Job. Y estas palabras, exactas refiriéndolas a todos los hombres, tienen una aplicación especial para los cristianos.
El cristianismo es un servicio y un servicio siempre en activo. El que se imagina que puede salvarse llevando una vida cómoda, tranquila y regalada, se equivoca. En las trincheras no cabe la comodidad, la tranquilidad, ni el regalo. Y el cristiano, mientras vive, está siempre en las trincheras. Sus enemigos -no cesan de hostilizarle. Si se descuida o se duerme, le vencerán.
Nuestras pasiones, desordenadas por el pecado original, nos hostilizan continuamente. El mundo, con sus halagos, pretende desviarnos de nuestro fin. El demonio, celoso de nuestro bien, quiere apartarnos del camino del cielo.

La virtud resulta difícil. Es siempre el resultado de una lucha. Una lucha sostenida contra nuestras pasiones, contra el mundo o contra el demonio. Es más cómodo cruzarse de brazos y dejarse arrastrar por la pasión. Es más fácil seguir la corriente del mundo. Es menos costoso rendirse con armas y bagajes al enemigo.

El cristianismo no es para los cobardes. Se necesita temple de héroes para cumplir siembre el deber, ya que muchas veces se presenta ante nuestros ojos como en la cumbre de un monte para subir a la cual hay que seguir un camino erizado de espinas. Algunas veces se presentará este dilema en tu Vida: "o héroe o traidor". Y si no tienes temple de héroe, serás arrollado por tus enemigos. Llevarás en tu frente la marca del traidor.
Es necesario que te convenzas de esta verdad para que la lucha no te coja de sorpresa. "El reino de los cielos padece fuerza". No se puede vivir sin luchar. No se puede conseguir el cielo sin esfuerzo. iras de ser soldado siempre en activo...

2. Para conseguir el cielo es necesario hacerse violencia, dice Jesús Estas palabras nos hablan claramente de la necesidad de la mortificación.
¿Sabes lo que es mortificación, joven? "La mortificación no es otra cosa - escribe el Padre Meschler - sino la violencia y fuerza moral que tenemos que hacernos para vivir según nos lo exigen la razón, la conciencia y la fe. El esfuerzo que necesitamos para ajustarnos a nuestro deber y ser de veras, lo que debemos y queremos: hombres razonables y nobles".

La mortificación no tiene por objeto destruir o debilitar la naturaleza, antes al contrario, sostenerla, cuidarla, ordenarla, mejorarla, hacerla fuerte, pronta, animosa y constante para todo bien.
Alguien ha comparado nuestro cuerpo a un corcel indómito, y no sin razón. El buen jinete le domará para poderlo sujetar a su voluntad. Domar un caballo no significa quitarle fuerzas ni brío, sino simplemente acostumbrarle a obedecer. Es verdad que para domarle necesitará las espuelas y el freno. Será necesario el castigo. Pero este castigo no persigue anular sus fuerzas, sino dominarlas.
Este es el fin de la mortificación. Nuestro cuerpo tiene aires de independencia. Es, en verdad, corcel indómito. Si no lo domas, te llevará a rastras por derroteros que tú no quisieras seguir. Has de usar también de las espuelas y el freno. Es necesario que lo castigues. No para destruir sus fuerzas, sino para dominarlas. Para que sea tu voluntad la que lleve las riendas y tu cuerpo el que obedezca fielmente. Este es el fin de la mortificación, joven.
¿Comprendes ahora la necesidad de la misma? ¿Comprendes la exactitud de las palabras de Cristo?

3. Vivimos en unos tiempos en que se ridiculiza la mortificación; se la considera como una aberración de espíritus descentrados. La ley que regula las acciones de la mayor parte de los hombres en nuestros días es la ley del mínimo esfuerzo. A la mortificación se la considera pasada de moda. Propia, si acaso, de monjes y anacoretas exclusivamente.
Antiguamente era muy frecuente el uso de instrumentos de mortificación y penitencia: cilicios, disciplinas... Hoy estas palabras parece que hieran nuestros oídos. Sin embargo, las palabras de Cristo tienen la misma exactitud ahora que hace dos mil años. Ahora como entonces, sólo consiguen el cielo los que se hacen violencia.
Es verdad que las mortificaciones han de usarse con moderación. No ha de ser tu capricho o tu fervor de un momento la norma de usarlas. San Ignacio - hombre práctico por antonomasia - repite varias veces al hablar de la mortificación en su libro de los Ejercicios: "Que no se corrompa el subiecto". La mortificación no debe ir en perjuicio de nuestra salud. Ni nos debe imposibilitar para cumplir las obligaciones de nuestro estado. Por eso no conviene que hagas mortificaciones, particularmente mortificaciones corporales, sin consultarlo con tu director espiritual o con tu confesor. Pero no es menos cierto que la mortificación nos es a todos absolutamente necesaria.
Lee la vida de los santos y verás cómo todos ellos la han practicado. La razón es clarísima. Sin mortificación es imposible conseguir las virtudes. Y
las virtudes son necesarias no tan sólo para ser santos, sino incluso para conseguir el cielo...

Joven, ama la mortificación. Practícala siguiendo el consejo de un director experimentado. No te olvides de esta sentencia del autor de "La imitación de Cristo" : "tanto aprovecharás cuanto más fuerza te hicieres". Desecha esa piedad comodona que promete el cielo sin mortificación. Entonces, tu piedad será sólida. Tu vida cristiana tendrá el sello de la autenticidad. Haciéndote violencia, conseguirás el cielo.
Próximo boletín Mortificación interior. Mortificación del entendimiento.

La mortificación, La mortificación interior. Mortificación del entendimiento, La mortificación interior. Mortificación de la voluntad, La mortificación exterior, El respeto humano, Vocación frustrada, Las bodas de Caná, La intercesión de María, La austeridad, apostolado del ejemplo, apostolado de la palabra

Animaciones GRATIS para su correo electrónico - ¡Por IncrediMail! ¡Haga clic aquí!

No hay comentarios: