Seguidores

18 de agosto de 2019

Lc 12, 49-53. No he venido a traer paz, sino división.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡Y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
    He oído a veces decir a algunas personas incrédulas y ateas que las religiones son malas, que crean problemas al mundo, y que si no existieran prácticamente no existirían problemas en el mundo.
    Pues hoy puedo afirmar que a mis 48 años de vida, estoy viendo que tienen parte de razón. Me explico: en primer lugar decir que las religiones no se pueden equiparar. Sólo existe una religión verdaderamente fundada en Dios, y es la católica, porque su fundador es Jesucristo y dijo la verdad porque El es la verdad.
 
    Sin embargo, la religión católica en si, crea algunos problemas a la gente de este planeta llamado Tierra. No lo digo yo, sino que lo dice Jesús, que es la Verdad y dice la Verdad.
    Uno de los principales problemas que la religión católica causa es el que divide a la gente. Crea conflictos entre personas de la misma familia por ejemplo. Así lo dice Jesús: «Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
    Entonces la gente se confunde con la Religión. Esta no es para crear paz sino para crear división. Lo dice Jesús así: ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.

      Llegados a este punto de mi reflexión, puede que alguno esté escandalizado de lo que digo. Ahora vamos a seguir explicando esto tal como yo lo veo ahora mismo. ¿Si la religión causa estos problemas, para que tener religión? Pues bien, el problema es que las personas de una familia, que es lo que Jesús menciona aquí, son la clave. La familia es la célula básica de la sociedad. Si esta se desintegra, el mundo se va desintegrando. Si en la familia hay discordias y desavenencias por causa de la religión, en el mundo también, y por eso no habrá paz en este mundo mientras existan esas desavenencias.
    ¿Entonces que hacemos? Sólo hay dos soluciones posibles, y las dos se vienen intentando desde el principio. La primera es la de quitar la religión de la vida de las personas, porque se piensa que quitado el obstáculo para la paz, el mundo tendrá paz..
    El propio Jesús profetizó que se intentaría derribar a la depositaria de la religión católica, es decir a la Iglesia. Y también dijo que no podrían, porque Dios mismo la defiende. Es cierto, lo intentaron con El mismo Jesús, y no pudieron ni colgándolo en la cruz. Lo intentaron con sus apóstoles y la Iglesia creció. Y así hasta hoy. Siempre perseguida, pero siempre triunfante en medio del odio que trata de quitarla de en medio.

    ¿Cual es la otra solución? Pues la otra solución es la CONVERSIÓN. ¡Convertíos y creed en el Evangelio! -se nos ha dicho. Acoger los mandamientos de la Ley de Dios, vivir el Evangelio de Jesucristo, ser cristianos en la práctica todos los miembros de la familia, o los más que puedan. Entonces nos acercaremos a la paz. A más rechazo de la religión y por tanto de Cristo, más división en las familias. Los que creen y los que no creen quedarán separados. Y si no se separan, vivirán con desavenencias continuas, porque se rigen por dioses distintos.

    ¿Entendemos ahora porqué dice el Señor Jesús que no ha venido a traer paz? La razón es que el es el obstáculo para la paz en las familias cuando se le rechaza para vivir una vida sin Dios. Y El es el Bien, el es el Amor, El es la sabiduría, y si rechazas a Cristo rechazas eso. El pecado rechaza a Dios, y las personas que quieren vivir sus vidas sin arrepentirse y sin reconocer a Dios, son las que generan las discordias en las familias, porque si se rigen por lo que Jesús enseña, entonces no habría ya ningún problema, y vivirían en el Amor.

    Moraleja final: Tu puedes amar al prójimo, pero si el prójimo no te ama a ti, no puede haber paz, y algo sucederá en algún punto que os enfrentará o pondrá discordias en medio.

No hay comentarios: