El Ayuntamiento estaba instalando una tubería
de desagüe a lo largo de la tapia del colegio. Al ir abriendo la zanja, dieron
con una conducción eléctrica que se interponía en su camino. El encargado
sospechó que se trataba de una vieja línea ya abandonada pero, para estar
seguro, llamó al electricista del colegio.
Llegó
el electricista, miró el cable y les aseguró que era un cable ya desconectado.
- Podéis cortarlo y seguir adelante –Les
dijo.
-¿Estás seguro de que no hay ningún peligro? –preguntó el
encargado.
-Ninguno –respondió el electricista.
-Entonces, ¿querrás cortarlo tú mismo? –le
pidió el encargado.
El electricista dudó por un momento, y con
una forzada sonrisa, dijo:
-Bueno,
no estoy tan seguro.
-Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora?
-le dice Pedro-
¡Daré mi vida por ti!
Juan
13, 37
Fuente: En casa con Dios. Hedwig Lewis, S.J.
No hay comentarios:
Publicar un comentario