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19 de mayo de 2013

ENTREGA a DIOS Y seguimiento a Cristo



            Hablando de la naturaleza de las relaciones humanas, alguien dijo que hay tres clases de donantes: el pedernal, la esponja y el panal de miel. Para conseguir algo del pedernal tienes que golpearlo, y entonces sólo consigues algunas chispas. Para conseguir agua de una esponja tienes que estrujarla, y cuanto más la estrujes, más sacas de ella. En cuanto al panal de miel, todo él rebosa dulzura.
           
Hay personas mezquinas y duras; no te dan nada, si pueden no dártelo. Otras son de buena pasta; ceden a las presiones, y cuanto más las aprietas más te dan. Y hay unas pocas que disfrutan dando, aunque no les pidas nada.

¿Hasta qué punto es auténtica tu entrega a Dios y hasta donde llegas en el seguimiento de Cristo? ¿Está tu corazón purificado de todo lo que sea egoísmo y lleno de amor profundo y personal a Dios? ¿Posees una total libertad de espíritu? ¿Experimentas un amor a Jesús lo suficientemente apasionado cómo para desear, simplemente estar con él dondequiera que él esté, ser literalmente pobre y humilde como él lo fue para poder convertirte en su fiel colaborador en la realización del Reino de Dios?

Examina estos tres grados de compromiso:

Primer grado: “Tu eres una persona importante en mi vida. Jamás haré cosa alguna que te desagrade”.

Segúndo grado: “Tú eres la persona que domina mi vida. Mi único deseo es darte felicidad”. (darte gloria)

Tercer grado: “Tu lo eres todo en mi vida. Aunque fueras un leproso o un descastado me quedaría contigo”.



Fuente: En casa con Dios. Hedwig Lewis, S.J.

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