Hablando de la naturaleza de las
relaciones humanas, alguien dijo que hay tres clases de donantes: el pedernal,
la esponja y el panal de miel. Para conseguir algo del pedernal tienes que
golpearlo, y entonces sólo consigues algunas chispas. Para conseguir agua de
una esponja tienes que estrujarla, y cuanto más la estrujes, más sacas de ella.
En cuanto al panal de miel, todo él rebosa dulzura.
Hay personas mezquinas y duras; no te dan
nada, si pueden no dártelo. Otras son de buena pasta; ceden a las presiones, y
cuanto más las aprietas más te dan. Y hay unas pocas que disfrutan dando,
aunque no les pidas nada.
¿Hasta qué punto es auténtica tu entrega a
Dios y hasta donde llegas en el seguimiento de Cristo? ¿Está tu corazón
purificado de todo lo que sea egoísmo y lleno de amor profundo y personal a
Dios? ¿Posees una total libertad de espíritu? ¿Experimentas un amor a Jesús lo
suficientemente apasionado cómo para desear, simplemente estar con él
dondequiera que él esté, ser literalmente pobre y humilde como él lo fue para
poder convertirte en su fiel colaborador en la realización del Reino de Dios?
Examina estos tres grados de compromiso:
Primer grado: “Tu eres una persona importante
en mi vida. Jamás haré cosa alguna que te desagrade”.
Segúndo grado: “Tú eres la persona que domina
mi vida. Mi único deseo es darte felicidad”. (darte gloria)
Tercer grado: “Tu lo eres todo en mi vida.
Aunque fueras un leproso o un descastado me quedaría contigo”.
Fuente: En casa con Dios. Hedwig Lewis, S.J.
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