Me desayuné esta mañana con la noticia del fallecimiento repentino del director del Banco de Santander, Emilio Botín. La atención mediática en el día de hoy, en sólo medio día ha sido brutal. A la hora del telediario del mediodía pensaba que tal vez se había muerto el Rey, pero no, sólo el presidente de un banco. Es verdad. Dicen que el más grande de España, y uno de los más grandes del resto de lo que no es España, pero realmente para mi, sólo el presidente de un banco. Mi pésame a la familia.
Dicen algunos que he oído en televisión que ha sido una persona muy importante para España. Yo sinceramente, no lo puedo afirmar. No le he conocido. No se como pensaba, nunca he sido cliente de su banco.
Lo primero que he pensado al conocer la noticia es: "Otro que se va de repente, y no se puede llevar su fortuna consigo". Porque Emilio Botín ha muerto rico, según leo en una web referente al año 2012, entre los 16 más ricos de España con 830 millones de euros de patrimonio.
El juicio corresponde a Dios, pero a mi el banco de Santander no me gusta, al igual que ningún banco.
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