También dice el Señor que el momento sería como en los días de NOE. Hace una comparativa. El vendrá de nuevo con gloria, en un tiempo en el que casi nadie le espere.
También me viene a la memoria otra frase del Evangelio, dicha por Jesús: ¿Cuando yo regrese, hallaré fe en la tierra?. A mi, esa frase me hace meditar en el aquí y ahora del tiempo que me ha tocado vivir. Y me plantea las preguntas: ¿Cómo está la gente hoy, a nivel de fe? ¿Los mismos creyentes, cómo viven hoy su fe?
Y por supuesto, también podría citar esa preciosa parábola muy escuchada, pero poco meditada, de las vírgenes necias, y de las sensatas que tuvieron sus lámparas preparadas para la llegada del novio.
Evidentemente, hay una venida de Cristo, que es la hora de nuestra muerte, fecha y hora sólo conocida por Dios. Esa realidad, me hace pensar que el tiempo es oro y que no vale la pena malgastarlo en cosas inútiles y estériles.
Pero también tengo una gran esperanza en que llegue el día en que CRISTO APAREZCA DE NUEVO CON GLORIA para establecer los cielos nuevos y la tierra nueva de las que se habla en el libro del Apocalipsis. Esa esperanza me motiva, a luchar por aportar en este mundo, lo mejor de mi con la ayuda de Dios, y sobre todo vivir a Jesús dentro de mi corazón, para así poder imitarlo de verdad, no sólo de boquilla.
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