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24 de noviembre de 2012

Ayer pedimos a Dios una cosa, y nos la concedió

A Dios no le vemos con los ojos del cuerpo, pero los ojos del cuerpo si ven las cosas de Dios. Es una pena, tantas y tantas personas, sobre todo enfermos, que sufren dolores y otros males, y buscan todas las ayudas humanas posibles, pero se resisten o no piensan en que Dios está disponible para quien lo quiera aceptar. Pero para aceptarlo hay primero que CREER. Se trata de la fe, un don precioso que recibimos en un modo misterioso en el Bautismo, pero que luego somos cada bautizado los que tenemos que CUIDAR de nuestra fe, para que esta no se apague y pierda su efectividad.

Cristo dice en su Palabra que la fe es fundamental, y que si tuviéramos sólo una fe como un granito, podríamos ver grandes cosas. Cosas imposibles de imaginar por los "sabios y entendidos", que nada más que confían en sus propias capacidades, y se resisten a comprender que Cristo es la verdad, el camino y la vida del hombre, y que sin el, estamos muertos.

Estar muerto equivaldría a vivir como muertos. Vivir sin esperanza en la vida que Dios nos propone para ser eternamente felices. Porque no hay nada más doloroso que aferrarse a esta vida, sabiendo que al final perderás la batalla, porque la verdadera vida no se encuentra aquí. Aunque nuestra pobre mente humana, a veces parece aferrarse a esa idea que sin duda no es una buena idea.

No hay nada mejor que rendirse a Dios, ponerse en sus manos, confiar en El, sabiendo que sin El no somos nada.

Pero es que a las mentes sólo racionales, pero sin fe, les parece que la vida es dada por el cuerpo, y que cuando el cuerpo falla, se acaba la vida.

Sin embargo, los que hemos recibido Gracia de Dios, porque el quiso, sabemos que la verdadera vida es la del Alma, y que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Cuando era niño, me imaginaba el cuerpo humano para entender esto, pero la imagen de Dios es otra cosa.

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