Fuente: http://www.mercaba.org/PARROQUIAS/CARISMATICOS/carism-1.htm
Renovación Católica en el Espíritu Santo
--------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
Origen de la Renovación Católica en el Espíritu Santo
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse” (Hch 2, 2-4).
La Renovación en el Espíritu Santo, también llamada Renovación Carismática Católica, es como una realización a las plegarias insistentes que el Papa Juan XXIII, al impulso del Espíritu, elevó al cielo, desde la etapa preconciliar, año 1959, hasta la convocatoria del Concilio Vaticano II, año 1962 a 1965:
“...Renueva en nuestro tiempo los prodigios como de un nuevo Pentecostés ...”
¿Qué es la Renovación Católica en el Espíritu Santo?
a.- La Renovación en el Espíritu Santo, es una corriente de gracia que busca mantener viva la experiencia de Pentecostés, a partir del “Bautismo en el Espíritu”.
b.- Es la vivencia de comunidad cristiana, como fruto de haber tenido un encuentro personal con Jesús y el Espíritu Santo, para llegar con ellos a Dios Padre.
“Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones”.
c.- Es la formación de comunidades que viven con gozo la experiencia personal de salvación, expresada en cantos y oraciones espontáneas, realizando de esta manera lo que San Pablo les pedía a las comunidades:
“Recitad vosotros salmos, himnos, cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestros corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
d.- Es desarrollar una vida en el Espíritu viviendo la experiencia carismática, enunciada por San Pablo a los Corintos:
"A unos se les da hablar con sabiduría, por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes el mismo Espíritu. Otro recibe el don de fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro reconoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo es obra del mismo y único Espíritu". ( 1a Corintios 12, 8-11)
Objetivos de la Renovación Católica en el Espíritu Santo
a.- Transmitir y ayudar a que cada persona tenga una experiencia profunda del amor personal e incondicional que Dios tiene por cada uno de sus hijos, porque es nuestro Padre.
b.- Promover una conversión personal, madura y continua a Jesucristo, Nuestro Salvador, Señor y Mesías.
c.- Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y su poder.
d.- Fomentar la recepción y el uso de los dones y carismas del Espíritu Santo.
e.- Animar la obra de la evangelización en el poder del Espíritu Santo.
f.- Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, con los Frutos y Virtudes del Espíritu Santo.
--------------------------------------------------------------------------------
¿Que es la Renovación Carismática?
Por el Padre Miquel Peix C.M.F.
Cómo nace y cómo se propaga.
La Renovación Carismática Católica, llamada también Renovación en el Espíritu o Renovación Cristiana en el Espíritu, no nació con la realización de un proyecto, sino como consecuencia de un acontecimiento o de una serie de acontecimientos que cambiaron la vida de unas personas, las cuales se juntaron en comunidad de oración.
Este es el origen de su aparición y de su propagación espectacular. Dice el gran teólogo Yves Congar:" la Renovación en el Espíritu no es simplemente una moda, sus frutos se perciben inmediatamente: se trata de una fuerza espiritual que cambia vidas. No es una mero avivamiento, sino una verdadera renovación, un rejuvenecimiento, un frescor, una actualización de posibilidades nuevas que surgen de la Iglesia Católica siempre antigua y siempre nueva". El mismo teólogo, que no desconoce la eclosión de carismas que se manifiesta en ella, dice sobre este punto:"la Renovación lleva la vitalidad de los carismas al corazón de la Iglesia.
No tiene desde luego, el monopolio de los carismas, pero eleva muy alto su bandera y contribuye a dar publicidad al tema". (EL Espíritu Santo, p 357). En resumen: los cambios evidentes de vida experimentados como resultado de la acción del Espíritu y las múltiples manifestaciones carismáticas en favor de la comunidad y de la evangelización han dado nacimiento a la Renovación Carismática Católica y aseguran su crecimiento constante.
Inicios de la Renovación Carismática católica en conexión con la corriente Pentecostal.
De todos es conocido que toda la experiencia carismática conecta con el Pentecostés apostólico y que las manifestaciones del Espíritu no han faltado nunca en la Iglesia. ¿Cuál es entonces las novedad de la Renovación Carismática?. Simplemente el hecho de que estas manifestaciones se consideren normales y que las recupere la comunidad cristiana como tal. La Renovación carismática considera de plena actualidad las palabras de San Pablo a los Corintios 12.7: " A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para bien de la comunidad".
Comparte totalmente esta visión, autorizada por Vaticano II, la corriente Pentecostal, muy extendida por todas las Iglesias cristianas. Esta corriente empezó en Tapeca (U.S.A. Estado de Tejas). Un pastor metodista, Carlos Parnam, comenzó a predicar al Espíritu Santo y sus sermones se vieron acompañados de manifestaciones carismáticas y una indiscutible renovación interior. Otro pastor metodista, M.Y.
Seymour, testimonio de tales experiencias, se puso igualmente a predicar sobre el Espíritu Santo en los Ángeles. Era muy humilde y pobre , predicaba desde su barraca de madera. Estos hechos hicieron surgir el pentecostalismo clásico, con muchas virtudes y con dos defectos importantes: era antiinstitucional y fundamentalista en la interpretación de la Biblia.
Pero durante los años 50 y los 60 diferentes personas y grupos de las distintas Iglesias tradicionales, con frecuencia sin ninguna conexión entre sí ( véase One Lord One Body, Ecumenical Grace of Charismatic Movement by Peter D. Llocken. Th Word Among Us Press, P.B. 2427, 2Gaithersburg, MD20879, U.S.A.) tuvieron las mismas experiencias del Espíritu y surgió en todas ellas el Neo-Pentecostalismo. La correspondiente Experiencia Católica del año 67 dio nacimiento a la renovación Carismática.
El fulgurante crecimiento de los grupos nacidos de esta corriente
He leído que las personas que los frecuentan en las diversas Iglesias deben ya de llegar a los 150 millones, en la Católica sobre unos 100 millones, no solamente llenó de admiración a los observadores sino que algunos protestantes pensaban que las Iglesias más estructuradas, sobre todo la Católica, ahogarían al Espíritu. No lo pensaban así los grandes pentecostales, como Thomas Roberts y David Plessis, los cuales manifestaron la gozosa esperanza de ver acumuladas las riquezas de las diversas tradiciones tradiciones cristianas en una sola Iglesia, para la gloria del Salvador y manifestación del poder del Espíritu en favor del mundo,Roberts expresó asímismo su deseo de ver a Israel incluído en el Misterio de las Bodas del Cordero.
La visión de estos ilustres carismáticos no estaba ausente de la mente de Juan Pablo II cuando el 15 de Mayo de 1987 nos decía en Roma a unos mil delegados de la Renovación católica mundial: el vigor y la fecundidad de la Renovación da de veras testimonio de la presencia poderosa del Espíritu Santo en acción dentro de la Iglesia en estos años posteriores al concilio Vaticano II. Desde luego que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia en cada época, y ha producido en ella una gran variedad de dones entre los fieles. A causa del Espíritu, la Iglesia conserva continuamente una joven vitalidad. Y la Renovación carismática es una elocuente manifestación hoy de esta vitalidad, una atrevida declaración de lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias (Ap 2, 7) al acercarnos al final del segundo milenio.
Pero pasemos ahora al relato sucinto de los hechos que originaron la Renovación Carismática Católica. Estamos en 1966.Los católicos de U.S.A. quieren aplicar el concilio Vaticano II desde dos puntos de vista diferentes. conservadores y liberales se enfrentan sin esperanza de reconciliación. William Storey, historiador, y Ralph Keyfer, teólogo, profesores laicos de la Universidad Católica de Duquesne, están comprometidos en diferentes movimientos (litúrgicos, y otros sociales y apostólicos), pero comparten la constatación de un vacío, de una debilidad en la oración y en la acción, como si todo fuera el resultado endeble del propio esfuerzo.
Leyendo el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles, comprenden la importancia de la acción del espíritu en el cambio de vida de los apóstoles y de los primeros cristianos. ¿No radicará aquí la base de la renovación eclesial querida por el Concilio?. Los dos profesores se comprometieron en pedir el Espíritu uno por uno recitando diariamente la secuencia de su fiesta:" Ven espíritu santo, y envía ....."
Se les añaden algunos amigos.
Después de un año el pastor episcopaliano William lewis los pone en contacto con la señora Florence Dodge, también episcopaliana, y su grupo de oración. el 20 de enero de 1967 Ralph Keifer y Patrick Bourgeois piden al mencionado grupo que ore con ellos para implorar el "Bautismo en el Espíritu". Sus ruegos se ven escuchados y el vacío y la debilidad de sus vidas quedan llenos de la presencia poderosa del señor resucitado. Se repite la Experiencia cuando dos amigos piden a Keifer y Patrick que les imponga las manos. El 17 de febrero de 1967 estos cuatro católicos se reúnen un fin de semana con treinta personas, profesores y estudiantes universitarios.
Durante la noche del sábado quisieron dedicar unas horas en la celebración del cumpleaños de una de las chicas. Inesperadamente uno tras otro subieron a la capilla donde todos tuvieron una experiencia Pentecostal muy fuerte, cuyo rasgo fundamental fue un contacto íntimo con Cristo. según sus descripciones, al menos en muchos de ellos, en este contacto recibieron dones carismáticos, como la glosolalia y la profecía.
Esta experiencia cambió sus vidas, lo cual condujo a otras personas a juntarse al grupo. Dichas personas fueron recibiendo también la experiencia del espíritu y sus dones. El fuego se propagó rápidamente y en pocas semanas llegó a la Universidad de Notre Dame de South (Indiana) y a la de East Lausing, en Michigan.
Del 8 al 9 de Abril de 1967 noventa personas, entre ellas algunos sacerdotes, se congregaron en la Universidad de Notre Dame para reflexionar sobre los acontecimientos. Había nacido la primera asamblea Carismática Católica.
Situación ante la mentalidad de la época y del contexto religioso.
Inesperadamente había aparecido una corriente que contrarrestaba la sequedad espiritual originada por una mentalidad puramente temporal y autosuficiente, muy en expansión en Estados Unidos y en las naciones técnicamente adelantadas. La Renovación Carismática es como una denuncia a la visión secularista que tiende a reducir al hombre a horizontes puramente terrenos y desconoce la relación criatural y filial hacia Dios.
Mirada desde el interior de la Iglesia, la Renovación Carismática no participaba, ni participa, en el enfrentamiento entre conservadores y progresistas, puesto que no piensa que las reformas estructurales y las posturas contratantes sean resolutivas para la construcción del Reino de Dios.
Lo esencial es que los creyentes vivan una verdadera renovación en el Espíritu. hay que redescubrir la doctrina paulina de la vida en el Espíritu. Para salir de una práctica cristiana monótona y estancada es necesaria la "vida en el Espíritu", por la cual nos sometemos a Cristo como Señor en una confrontación con aquellas bíblicas que transforman al hombre desde de dentro y le confieren una nueva unión con Dios y una nueva relación con los hermanos. La efusión del Espíritu, ¿no es aquel don permanente que Cristo ofrece a todo fiel que le busca sinceramente.
La efusión en el Espíritu
La renovación Carismática Católica en Europa usa esta Expresión, tomada de los Hechos de los Apóstoles(2,17-18 y 10.45), mas bien que la de "bautismo en el Espíritu", para evitar cualquier confusión con los sacramentos de la iniciación cristiana, bautismo y confirmación.
Es una actuación del Espíritu que despierta la conciencia del creyente, y da una mayor apertura a su acción, a sus dones, a sus gracias. No viene de fuera, sino de dentro, y actualiza las virtualidades de los dos sacramentos mencionados, los cuales no pueden llegar a su plena madurez sin que el Espíritu penetre toda la dimensión del ser y del actuar del fiel. la efusión del Espíritu es el don gratuito del Señor resucitado, el cual puede otorgarlo en cualquier lugar y momento.
La Renovación Carismática, sin embargo sabe por experiencia la eficacia de la oración comunitaria. Por eso, se organiza lo que se llama " las siete semanas", como preparación conveniente. Durante este período de tiempo se proclaman, en un clima de oración, los grandes temas de la fe: Jesús es el Salvador y mi Salvador, Jesús es Señor y mi Señor, la conversión, el Espíritu Santo, la Iglesia, los carismas, la vida en el espíritu. los que piden entonces la oración que implora la efusión del Espíritu renuncian al mal y a Satanás y aceptan a Jesús como Señor y Salvador. Suele hacerse durante la misa y los presbíteros y los asistentes, o una parte de ellos, les imponen las manos y oran.
El efecto de esta oración cambia vidas. La efusión del espíritu centra la personalidad del fiel en Jesucristo como Señor Resucitado y cabeza de la Iglesia, que vive en su corazón y le muestra el amor del Padre.
Efectos de la efusión del espíritu
Solamente apuntaremos los principales para no alargarnos:
1º. Un encuentro personal con Jesús. La persona se siente invadida por su amor y su señorío, en un nuevo nivel de relación con El. De ahí que en los grupos se oiga con frecuencia las expresión bíblica: "Jesús es el Señor".
2º. Una conciencia más viva del sentido trinitario de la vida del creyente.
3º. Dios habla a la persona, la cual recibe una sensibilidad especial para conocer la "voz del Buen Pastor" y sentir las mociones del Espíritu.
4º. Un don de oración personal que brota del centro de nuestro ser con predominio de la alabanza.
5º. Un amor por la sagrada escritura como palabra de Dios, la cual recobra actualidad, llega hasta el fondo y alimenta el corazón y la mente.
6º. Una nueva fuerza para proclamar la salvación en Jesucristo, sin complejos, con convicción y sencillez.
7º. Una liberación del pecado. Desaparecen Hábitos inveterados, dependencias y miedos.
8º. Dones y carismas, como los que nombra Pablo en 1Corintios 12,8-10.
9º. El deseo del Reino, con una nueva manera de mirar las postrimerias del hombre. Se encuentra gozo en decir "Maranatha", "ven, Señor Jesús", (1Co 16,22;Ap22,20).
No todos reciben con la misma fuerza estos efectos, por los que, no tratándose de un sacramento, se puede volver a pedir oración, con la certeza de que el espíritu de la promesa desea darnos más de lo que nosotros deseamos recibir.
Los grupos de oración de la Renovación Carismática.
El Espíritu empuja hacia la comunión con los hermanos y constituye su vínculo interior. La oración comunitaria es el lugar privilegiado de la comunión. En el grupo de oración se consolidan y desarrollan los efectos de la efusión del espíritu.
Los Grupos de la Renovación Carismática suelen reunirse una vez por semana en una oración de unas dos horas, abierta a todo el mundo, aún a los curiosos. Los grupos que han crecido con normalidad están formados por gente de todas las edades y de todos los niveles culturales y sociales. Toda Persona es libre de formar parte y de salirse de ellos. No hay estatutos ni compromisos. la alta fidelidad a la reunión semanal de la gente integrada al grupo proviene solamente de una necesidad espiritual.
Es notable el interés de la gente, que se desplaza o traslada a otra localidad, por buscar allí un grupo de la Renovación Carismática. Y que en estos grupos se encuentra alegría y cordialidad, ayuda mutua, acompañamiento y crecimiento espiritual. La oración comunitaria carismática es un encuentro del grupo con el Señor resucitado. Su presencia, vivida en un don de fe, suscita una ferviente alabanza, gozosa, libertadora y fuente de toda bendición. La alabanza toma la parte más considerable de la reunión y se desarrolla en la escucha de la palabra y en una actitud interna de adoración, a la que suelen seguir súplicas en favor de los hermanos, de la Iglesia y del mundo. Con frecuencia se destina un tiempo a los testimonios y a la enseñanza.
Un fruto importante de esta oración es el deseo de dar testimonio del señor en casa, en el trabajo, donde sea. Evangelizar se convierte en una necesidad.
Por eso la gente renovada de veras tiene que ponerse a disposición de la Iglesia local, parroquia, y si conviene del obispado; para todo lo que sea necesario según el discernimiento de los pastores.
Eso si, el apostolado tiene que ser el fruto de la oración personal y comunitaria, tiene que surgir de la acción del Espíritu, según la expresión del cardenal Suenens, protector de la Renovación Carismática:" Hay muchas maneras de evangelizar, pero no hay más que una evangelización que sea buena: la que sale del Cenáculo".
Un mínimo de organización
La renovación carismática al no tener estatutos, no tiene superiores, solamente dirigentes, llamados también servidores, sin autoridad jurídica. Cada grupo elige algunos servidores que tienen como función principal: Reunirse para discernir en la oración lo que conviene al grupo; proponer y si es necesario, coordinar los servicios apropiados, como la acogida, orden, música, biblioteca, etc; proponer y organizar, cuando convenga, las siete semanas, estar en contacto con los representantes de la iglesia, conectar con la coordinadora de la zona, estar siempre al servicio incondicional de los hermanos.
Hay coordinadoras de las grandes zonas de un estado: En España corresponden a las zonas autonómicas (no es necesario que sea así). también hay la estatal, compuesta por miembros de cada una de las naciones y regiones, además de unas pocas personas elegidas en asamblea. El cometido de las primeras consiste en conectar con los grupos, informarlos, darles enseñanzas si lo piden, ayudarlos para las siete semanas, retiros, etc.,organizar retiros para dirigentes y asambleas generales. En España la coordinadora estatal informa, organiza retiros para dirigentes, visita los grupos que lo piden y organiza una asamblea a nivel de estado. Estas coordinadoras representan de alguna manera a la Renovación Carismática ante las autoridades eclesiásticas. Decimos de "alguna manera" a causa de su autoridad moral por el hecho de haber sido votados sus miembros, pero sin jurisdicción, ya que no pueden tener la representación, por ejemplo, de unos superiores religiosos. El único superior religioso de la Renovación Carismática es la jerarquía de la Iglesia.
Existe finalmente, el ICCRO -Internacional Catholic Charismatic renewal Office- que informa, organiza asambleas mundiales de delegados de la Renovación Carismática y está en contacto continuo con el Vaticano.
Comunidades surgidas de la renovación Carismática
Constituyen una realidad eclesial importante. Las hay muy grandes, grandes y pequeñas. las hay de vida contemplativa que viven en monasterios y de vida activa que viven en un mismo barrio o esparcidas por ciudades y pueblos. Todas son mixtas, es decir compuestas de clérigos y láicos -mayoritarios estos-, de hombres y de mujeres, de casados y de célibes con promesa de castidad total. Estas comunidades tienen, naturalmente estatutos, superiores y con frecuencia entidad jurídica oficialmente reconocida por la Iglesia. No tienen pues, que dar ninguna cuenta a los dirigentes de la Renovación carismática, sino solamente a la jerarquía. Consideran, sin embargo, que la savia de su vida procede de la renovación.
Extensión universal e implantación en Catalunya de la renovación carismática
La Renovación Carismática continua en plena expansión por todos los continentes. Actualmente se calcula en unos cien millones el número de personas que frecuentan la Renovación Carismática católica. En Catalunya no se ha propagado tanto como en países vecinos, tales como Francia, Bélgica, Italia o Holanda, a pesar de que ya hace más de tres lustros que apareció en nuestro país.
Se encuentra en casi todas las diócesis, sobre todo en la de Barcelona, pero solamente existen 53 grupos, varios de los cuales, contrariamente a lo que suele ocurrir, no están formados por gente de todas las edades y de todos los niveles culturales y sociales, lo cual desvirtua su dinamismo. Con todo la Renovación Carismática no está estancada en Catalunya, sino que se consalida y crece. Por otra parte es bonito ver que la mayoría de los grupos se han formado y viven bajo el amparo de las parroquias y que muchos de sus miembros trabajan como catequistas, como voluntarios en las cárceles, o tienen encomendadas otras tareas parroquiales. En cuanto a comunidades surgidas de la Renovación carismática, en nuestro país hay algunas tentativas todavía en ciernes.
La financiación
La Renovación carismática se financia a todos los niveles -grupos, coordinadoras, aportaciones voluntarias. Se cuenta con la providencia y el sistema funciona. No existe la idea de capitalizar, sino solamente de cubrir gastos a medida que se presentan.
Dificultades
Tratándose de una renovación espiritual, las dificultades con que tropieza tienen que ser simples y fundamentales, venidas de fuera y surgidas de dentro. Las de fuera proceden de una cierta mentalidad religiosa secularizada, no fundamentada en la Biblia ni en la doctrina del Vaticano II, llena de desconfianza anta toda manifestación de la acción sobrenatural del Espíritu.
Existe también la falta de información que confunde la Renovación Carismática Católica con grupos protestantes o simplemente la reducen a un simple estilo de orar, bueno únicamente para ciertas sensibilidades. Las de dentro proceden todas del "hombre viejo" que rechaza los impulsos del Espíritu, que no quieren morir en Cristo para convertirse en una "nueva creación", que no quieren esperarlo de todo de la Cruz de Jesús, que no quieren "disminuir para que crezca Jesús", que quiere ser protagonista de su propia salvación.
A manera de conlusión es difícil aproximarse a la Renovación carismática cuando se tiene alergia a toda manifestación sobrenatural. Una cierta mentalidad muy extendida, que ya proviene de la ilustración, tiene miedo de un contacto consciente de Dios y, y celosa como está de su autonomía, casi prohibe al Creador que pueda intervenir directamente en sus obras. No es esta la dinámica de la Encarnación. Dios es amor y se manifiesta com Padre, como Hijo y como Espíritu Santo, a los individuos y a los grupos. Solamente aceptándolo plenamente, podemos ser plenamente, el objeto de la promesa de Cristo en Juan 7,37-38: " Si alguien tiene sed que venga a mi y que beba el que cree en mí. Como dice la escritura, rios de agua viva brotarán de su seno ".
--------------------------------------------------------------------------------
Testimonio del Padre Tardif
en el encuentro de Barcelona en Junio del 96
Padre Tardif en el encuentro de Julio-96 en Madrid
celebrando una misa ante mas de 10.000 personas en el Retiro.
Yo les voy a decir públicamente que antes de entrar en la Renovación Carismática, yo no creía en ella, si hay alguno entre ustedes que han dudado de esta realidad que vive la Iglesia, yo confieso que yo también dudaba, yo no creía mucho en estos grupos de oración, era en el año 1973 se estaban reuniendo unos grupos de oración en la capital Dominicana, oía decir que algunos recibían el don de lenguas, yo me preguntaba como podía ser, si yo llevo años estudiando español y todavía tengo dificultad para hablarlo y ellos dicen que hablan en lenguas en una noche, eso no me convencía mucho, decían que otros recibían el don de profecía, de sanación y no me interesaba eso.
Yo trabajaba mucho en la República Dominicana era superior de mi congregación, ya llevaba ocho años de superior, era provincial y me estaba matando trabajando para edificar seminarios de noviciado, escuela de evangelización, un centro de promoción humana y no me daba cuenta que me estaba agotando con mucho trabajo y caí enfermo, no fue el Señor quién me mando la enfermedad, fui yo, que con mis excesos de trabajo me enfermé, porque hay que ser mas prudentes, y yo no lo fuí. Enfermé el 14 de Junio del año 1973, caí enfermo de tuberculosis pulmonar aguda, entré en el centro médico muriéndome, casi no podía respirar, pasé una noche bien difícil en el centro médico, porque me estaba asfixiando, la respiración se me hacia casi imposible, muchas veces en mi vida había meditado sobre la muerte, muchas veces había predicado sobre ella pero nunca había hecho el ensayo de la muerte, y aquella noche lo hice y se lo digo a ustedes “no me gustó , yo tenía la impresión que no iba a pasar la noche pero gracias a Dios que los médicos con el oxígeno, me ayudaron a pasar la noche y me examinaron, me dijeron que tenía tuberculosis pulmonar aguda, tuberculosis galopante porque era muy fuerte, los dos pulmones heridos. Cuando los médicos me dijeron esto, yo pedí regresar a mi país a Canadá donde vive mi familia, para ir a un hospital especializado para tuberculosos.
Entonces tuve la experiencia de ese poder de la oración, en el hospital los médicos me examinaron, y me dijeron que tal vez con un año de tratamiento en el hospital yo iba a regresar a mi casa. Era la única esperanza que me daban, y antes de comenzar los médicos el tratamiento, recibí la visita de cinco laicos que eran miembros de la Renovación Carismática, tres hombres y dos mujeres, y cuando me dijeron que estaban en un grupo carismático a mi me daba risa interiormente, pero por respeto no dije nada; venían a visitarme, me dijeron: Hemos venido a orar por usted para pedir al Señor, que lo sane y usted vuelva a trabajar en su apostolado en Santo Domingo , yo acepté su oración, la verdad estaba tan enfermo que estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa aún de los carismáticos, a pesar de que no creía mucho en ellos, pero ellos tenían mucha fe, y me dijeron: Vamos a imponerle las manos si usted permite, y vamos a orar para pedirle al Señor que lo sane , estaba sentado en mi silla al lado de la cama y me recuerdo como si fuera ahora, se acercaron y me pusieron las manos sobre la cabeza y sobre los hombros y comenzaron a orar, me encontraba tan ridículo debajo de ellos, que me estaban poniendo las manos, yo nunca había visto esto y mientras oraban me di cuenta que la puerta de la habitación estaba abierta y la gente que pasaba por el pasillo se quedaba mirando, me daba como apuro y dije: Si quieren vamos a cerrar la puerta , una señora dijo: Sí como no , salió y cerró la puerta de la habitación, pero ya Jesús había entrado ,ellos siguieron orando y el Señor me sanó totalmente sin ninguna medicina, el Señor me sanó en el espacio de tres o cuatro días, mas o menos.
Estaba ya perfectamente sanado y el médico no entendía lo que me pasaba, y yo todavía no estaba tan seguro de esta Renovación Carismática como para hacerle propaganda, no le dije al médico nada de los carismáticos, estaba esperando que me pasaría, pero me sentía bien, mi respiración iba bien, ya me volvió el apetito dormía bien, y el médico que quería comenzar los tratamientos, al ver lo que pasaba estaba muy sorprendido, y dijo de volver a examinarme de nuevo con una nueva radiografía, cuando observó la nueva radiografía descubrió que mis dos pulmones estaban perfectamente cicatrizados.
Las heridas que hizo la tuberculosis en mis pulmones, me había hecho sufrir mucho, los médicos tenían la primera radiografía con los dos pulmones muy heridos por la tuberculosis, y la nueva radiografía les enseñaba mis dos pulmones bien cicatrizados, el médico no sabía lo que pasaba y me dijo: Padre vuelva a su casa usted está muy bien, pero esto va en contra de todas nuestras teorías médicas, no sabemos lo que ha pasado .
Entonces salí del hospital muy contento, sanado, y comencé a asistir a los grupos de oración carismática ya no tenía ese prejuicio de antes, yo quería saber que era esa renovación, la gente me pedía que diera mi testimonio, al principio no quería darlo, porque pensaba que podía volver a recaer, todavía estaba asustado.
Pero ellos dijeron: Dé gracias por lo menos por lo que ha recibido, porque usted salió del hospital , y comencé a dar mi testimonio y de un grupo a otro me invitaron, y al final de la asamblea de oración me pedían orar por los enfermos, yo oraba por ellos y no pasaba nada. Pasaron los meses de Septiembre, Octubre, y fue el 18 de Noviembre del 1973 que por primera vez, ví a una persona recibir sanación mientras oraba por él, era un hombre que sufría mucho de artrosis, que casi no podía caminar y que me pidió que orara por él, yo hice una oración al Señor pidiéndole que le sanara, durante la oración el comenzó a sudar mucho y se emocionó y lloró, no sabia lo que le pasaba, pero cuando terminó de llorarse levantó y dio un brinco saltando de alegría, gritando y diciendo: ¡Ya no siento nada¡ , el Señor le había sanado su artrosis totalmente en el espacio de unos minutos. Era la primera vez en mi vida que veía a una persona recibir sanación durante la oración que hacía por él, yo había recibido mi sanación mientras otros oraban por mí, pero ya a partir de ese día, me animé a orar más por los enfermos al ver que el Señor responde a la oración, y poco a poco el Señor me ha ido dando ese carisma de sanación.
Y les digo a ustedes que la oración tiene poder y que esta renovación no es un cuento, es una realidad, es un regalo del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy para renovar la fe de la Iglesia para fortalecerla, para renovar la oración; el Espíritu Santo está renovando la evangelización y nos está dando carismas que son dones ministeriales, dones para servir, y dones que acompañan de una manera maravillosa a la evangelización. Poco a poco fuí conociendo mejor la renovación, regresé a Santo Domingo un año después, habiendo estudiado la renovación carismática en Canadá y en Estados Unidos, después de haber participado en muchos retiros sacerdotales, y de seglares sobre la renovación, congresos etc. Regresé con el deseo de trabajar en esta línea pastoral de la Renovación, regresé el mes de Julio del 1974, ya había pasado un año en Canadá. me nombraron párroco en una parroquia, donde comencé un grupo de oración, cada semana hacíamos una oración por los enfermos al final de la asamblea, y cada vez el Señor sanaba algún enfermo.
Son signos donde Dios manifiesta su compasión, su poder, dice el Señor: Manifestaré mi santidad ante las naciones y verán que soy tu Dios , y es verdad que se está manifestando a través de muchos signos, signos de conversión, de liberación, de sanación física, de sanación interior, signos maravillosos para edificar la cmmunidad.
Yo pensaba regresando a Santo Domingo, que los sacerdotes iban a decir: “si el Padre Tardif aceptó la renovación carismática tiene que ser una cosa seria , porque antes de ser carismático era un hombre serio, era provincial de mi congregación, y los tres últimos años era presidente de la conferencia religiosa en el país, entonces me tenía por un hombre serio, pero al llegar me di cuenta de que no se pueden convencer lo sacerdotes tan fácilmente.
Algunos comenzaron a sospechar de mí, oían decir que había sanaciones en mi parroquia y uno fue a ver que pasaba, puesto que cada semana pasaba una multitud de gente que venían de fuera con coches y autobuses para la oración, y se llenaba la iglesia. Un sacerdote vecino se coló entre la multitud para ver lo que pasaba y asistió a la asamblea, al final yo hice una oración por los enfermos y terminé orando y cantando en lenguas, cuando el sacerdote salió de allí, salió diciendo: “El padre Emiliano sanó de la tuberculosis de los pulmones, pero enfermó de la cabeza . Entonces me dí cuenta que a los sacerdotes no se les puede convencer discutiendo, lo que les convence son los testimonios de vida que cambia a las personas, son los frutos de la renovación.
En América latina por ejemplo, vemos muchos obispos y sacerdotes que animan la renovación, tuvimos un retiro especial para obispos en Colombia, donde asistieron 119 obispos de América latina, y estuvieron toda una semana, cuando vieron exactamente lo que se vive en la renovación, dijeron: El año próximo queremos que nos den, un retiro de iniciación un seminario de vida en el Espíritu para nosotros también pedir, esa efusión del Espíritu Santo,ese bautismo en el Espíritu Santo. porque es una gracia actual para todos.
Es una gracia actual de renovación espiritual que vive la iglesia, y es para obispos, para sacerdotes, para religiosas, para seglares, es para todos los bautizados, una gracia actual en la cual el Espíritu Santo viene a renovar en nosotros las gracias sacramentales del bautismo, de la confirmación. Es una gracia actual a través de la cual el Espíritu santo nos da un gusto nuevo por la oración, nos renueva en nuestra vocación de bautizados, por eso los obispos han pedido el bautismo en el Espíritu Santo, que es para todos, no es un sacramento nuevo, es una renovación de toda nuestra vida cristiana.
Nos reunimos una semana en el Vaticano los miembros del ICRO y tuvimos un encuentro con el Papa Juan Pablo II, el ICRO es el Consejo Internacional de la Renovación Carismática, y somos veinte los que lo formamos.
El Papa nos decía: Con ustedes le doy las gracias a Dios en este vigésimo quinto aniversario de la Renovación Carismática en la Iglesia Católica, y le doy las gracias por los muchos frutos que el Espíritu Santo ha producido en la Iglesia católica, a través de esta Renovación Carismática.
Nosotros también damos gracias a Dios por estos frutos abundantes que renuevan nuestra fe, nos da un gusto nuevo en la oración y multiplica los grupos de oración, miles y miles de grupos de oración en el mundo entero, donde muchos de los hombres de hoy habían descuidado su vida de oración y vuelven a descubrir la importancia de esta y el gran poder que tiene.
Estos frutos y carismas del Espíritu Santo nos ayudan a servir mejor a la Iglesia, a servir mejor la comunidad, a ser auténticos testigos de Jesús resucitado.
Termina el padre Tardif dando gracias a Dios con esta Oración: Señor te damos gracias por renovar en estos tiempos las maravillas del Pentecostés, por manifestar tu santidad entre las naciones, para que todos sepan que Tú eres Dios; gracias Jesús por el don de tu Espíritu santo, que viene a renovar la Iglesia, que viene a renovar nuestra vida cristiana.
Virgen María tú eres la esposa de Espíritu Santo, ruega por nosotros pecadores para que seamos siempre fieles a la moción del Espíritu Santo en nuestra vida, para que no apaguemos el Espíritu en nuestros corazones; consíguenos Virgen Santísima la fuerza de vivir siempre en la luz, caminando como hijos de la luz, caminando en el Espíritu de Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario