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17 de junio de 2007

Cuando era niño...

Ya desde muy temprano en mi vida, consciente ya de que todos tenemos que morir un día, me daba por hacerme esta pregunta: "¿Que hay para el hombre después de la muerte?

El no encontrar respuesta clara a eso, me producía cierta angustia, debo reconocerlo. Me pregunto si hay alguién que no tenga temor a la muerte.

La primera propuesta que tuve para comprender esto, tal vez fuera por parte de la Iglesia, pero por motivos que desconozco, la propuesta de vida eterna en Cristo, no llegué tal vez a comprenderla en toda su dimensión entonces.

La mente de cada persona a veces se comporta de forma inexplicable.

Comencé a acercarme a otras realidades, el mundo de las ciencias ocultas me ofrecía algunas explicaciones, la parapsicología, que hoy se, pero no entonces, que son incompatibles con mi fe cristiana.

Fue la muerte repentina de una prima, lo que me enfrentó directamente con un problema. Sabemos que tenemos que morir, pero no sabemos cuando le toca a cada uno.

Todos esperamos vivir muchos años, pero no todos viven muchos años.

Eso me llevó a otras preguntas: ¿Para que estamos aquí? ¿Que significado tiene la vida del hombre sobre la tierra?

¿Vivir y disfrutar lo más posible de la vida aquí, y un día todo acaba?

Empecé a llegar a la conclusión de que esto no tenía ningún sentido. Debía existir un motivo mas elevado para vivir.

Yo creía en Dios, sabía que su existencia era segura, por fe, no por vista,
pero no le conocía por entonces.

Un día comencé a comprender algo.

Jesucristo, no es un mito, es un hecho histórico probado, que vivió en este mundo, y todo lo que le rodeó. No es porque lo diga la Iglesia sólo, sino que está en escritos de personas que no tenían que ver con la Iglesia en aquel siglo I, por ejemplo Flavio Josefo. La mayoría de los ateos no pueden negar la existencia histórica de Jesús. Esto es muy interesante.

Jesús de Nazaret, Jesucristo, comenzó a ser la respuesta a todas mis inquietudes. Precisamente vino al mundo a liberarnos de la muerte.

Dice la Biblia que la muerte entró en el mundo por causa del pecado original de los primeros padres (Adán y Eva), y que Jesucristo con su obediencia a Dios hasta la muerte en la cruz, rompió el poder de ese pecado sobre toda la humanidad. Hasta Cristo, todos los hombres morían y ya está. Desde Cristo, los que mueren en Gracia de Dios, vivirán para siempre, y los que se resistan a creer en Cristo, se condenaran ellos mismos a la muerte eterna.

Tenía sentido.

Jesucristo probó que era Dios, por los milagros. Los testigos de esos milagros, los apóstoles, lo contaron. La Iglesia es la encargada de transmitir la Palabra de Dios hasta el fin del mundo.

Jesús me promete, vivir para siempre, y no morir para siempre.

Jesús físicamente nos dejó al ascender a los cielos, pero nos deja la promesa de que nos tiene preparados un lugar a cada uno de los que creemos en el.

Jesús me da las claves para conseguirlo. Su Iglesia es el portavoz durante estos últimos tiempos.

Yo he creido que esto es cierto.

Pero no es una fe mental, una creencia intelectual, es una experiencia de como mi vida a cambiado y cambia día a día, mientras Jesús me alimenta cada día con su Palabra y con el Pan de la vida.

He visto el poder de Dios en mi vida. He visto cosas que han confirmado aún mas mi fe.

Todo el que quiera puede tener estas mismas cosas o mejores. Es gratis.

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