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4 de marzo de 2014

Dios castiga a los malos

 ¿cómo puedo odiar a aquel a quien siempre he servido, a mi Maestro, mi Salvador, de quien espero mi felicidad, al que castiga a los malos y es el vengador de los justos?"

 ...y te olvidas del juicio venidero y del fuego eterno, en el que arderán para siempre los impíos.
(Acta del martirio de San Policarpo, Obispo de Esmirna)




Según San Ireneo, San Policarpo había sido discípulo de San Juan, y hecho obispo de Esmirna por los Apóstoles. El año 156 Policarpo murió mártir y el relato de su martirio fue escrito. También se conserva una carta de San Policarpo a los Filipenses.

Del Acta del martirio de Policarpo, he sacado algunas frases que me ha llamado la atención

Estoy dispuesto a todo; por las humillaciones se consigue la gloria".


En el siguiente párrafo comprobamos que es lo que molestaba tanto a los malos de su tiempo, a los no conversos. Policarpo era considerado doctor de Asia y padre de los cristianos, y el predicar el Evangelio había tocado el orgullo y la soberbia de los malvados.

Todo el pueblo gentil de Esmirna, y con él los judíos, exclamaron: "Este es el doctor de Asia, el padre de los cristianos, el que ha destruido nuestros ídolos y ha violado nuestros templos, el que prohibía sacrificar y adorar a los dioses; al fin ha encontrado lo que con tantos deseos decía que anhelaba"


Esta fórmula de bendición me gusta. En ella se revela quien es Jesucristo, el Salvador de las almas, el dueño de nuestros cuerpos y el pastor de la Iglesia católica. También habla del que se encarga de revelarnos todas las cosas, la tercera persona de la Santísima Trinidad.

Unámonos a los n y a todos los justos y bendigamos únicamente a Dios Padre Todopoderoso; bendigamos a Jesucristo nuestro Señor, salvador de nuestras almas, dueño de nuestros cuerpos y pastor de la Iglesia universal; bendigamos también al Espíritu Santo por quien todas las cosas nos son reveladas.

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