Llamo yo hoy "chiringuito" a todas esas "estructuras" creadas dentro de la Iglesia, compuestas por personas que se unen supuestamente en base a unos intereses comunes muy loables y buenos, pero que al tiempo se descubre que por encima de esos intereses comunes están los intereses personales de cada cual. Lo importante no parece ser el objetivo común, sino un cúmulo de luchas internas que acaban destruyendo a unos y alejando a otros convirtiéndolo todo en una pura incongruencia. El crecimiento así, se hace imposible.
Cuando eso se produce, no reina Dios allí. Lo que se busca es mantener "el chiringito" abierto a toda costa. Los objetivos comunes dejan de tener valor, y ya sólo se actúa por pura conveniencia del momento.
Yo quiero ser un hijo fiel de la Iglesia Católica de Cristo. La Iglesia está muy por encima de todo eso. La Iglesia está formada por pecadores redimidos que aceptaron la llamada a creer y convertirse. El Evangelio es claro.
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