Podemos estar encasillados y ni para adelante ni para detras, algunos avanzaron, pero se pueden despistar y volver al pasado.
Sobre todo en la iglesia si no se atan bien los cabos y se dejan flecos sueltos, pueden derrumbarse cosas que se habian levantado con mucho trabajo, los catolicos zizaña ya se encargaran de que aquellos que llegan nuevo a los grupos se sientan incomodos y se lo piensen dos veces.
Es una pena que todo pueda parecer un espejismo y encontrarnos con la verdadera realidad.
4 comentarios:
Hola Francisco Javier:
Ya se sabe que siempre hay personas que tiene diversas opiniones.
Decia Sta. Teresa que la paciencia todo lo alcanza y de hemos colmarnos de ella.
Un abrazo para Ana Maria y tu, Montserrat
Asi es Ana Mari. Y yo ahora mismo veo dos opciones. Soportar a los que ponen tropiezos, en el silencio, o bien Romanos 16,17. Es útil también leer 1 Corintios 1,10, pienso que se debería meditar en esto al inicio de cada curso. También 1 Corintios 12,25. Esta es la realidad verdadera que no debería ser y a la que no podemos conformarnos como si la batalla estuviera perdida de antemano. Es una pena y es algo para temer. Me temo que volverá a ser así. (2 Corintios 12,20)
Hola Montserrat:
Sabemos eso, pero no está mal recordarlo. También sabemos que la verdad une y la opinión divide. Lo vemos en la vida diaria.
Sabia Santa Teresa. Paciencia, gran virtud que debemos pedir y buscar, sin perder de vista nunca la verdad, que también decía Santa Teresa:
"La humildad es la verdad"
Y sabemos que hay varios grados de humildad, y el último es más difícil.
Un fuerte abrazo para ti y los tuyos. Francisco Javier
La humildad es la verdad y la humildad es la humildad. Y citando ese "tercer grado de humildad" al que te refieres, basta olerlo para ver QUÉ ES LA HUMILDAD, que está concretada en "ser pobre porque Cristo es pobre; en ser humillado porque Cristo está lleno de desprecios; en llegar hasta la cruz porque Cristo ha muerto por mí". Después podremos elucubrar lo que nos parezca, pero la humildad de Jesucristo es la que fue,y a la que somos llamados no siquiera a "imitar" sino a "identificarnos con Él". Y para eso queda trecho todavía.
Los "grados de humildad" en San Ignacio son GRADOS DE AMOR. Y ahí no cabe más que lo que Cristo amó y al modo que Él amó.
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