Seguidores

28 de septiembre de 2011

LA RAZÓN DE MI VIDA

Vivo para ser feliz. Soy feliz porque vivo. Vivo para hacer felices a otros, y siendo ellos felices, me aportan vida.
Soy feliz porque cada mañana me levanto como un niño que amanece ilusionado con lo que va a hacer ese día. Soy feliz porque ese día es el único que tengo. Ayer desapareció. Mañana no sé si viviré.
Soy feliz porque despierto con el pensamiento puesto en que -tras las "obligaciones" del aseo-, se me abren unas horas en las que sólo vamos a vivir Dios y yo en compañía, y muchos otros que dependen de ese momento de paz que yo viva. Nadie da lo que no tiene, y para trasmitir "algo" hay que haberlo tenido antes. Soy feliz porque estoy en paz, y estando en paz soy feliz. Y soy feliz y estoy en paz porque esa es la impronta de Dios. Y yo me tiro un rato muy amplio en escucha de Dios. En ese rato NO HAY NINGUNA OTRA COSA QUE HACER NI RESOLVER, salvo que surgiera un reclamo de caridad y servicio necesarios e inmediatos. Porque si da ya lo mismo esperar, ya no tengo prisa. El Eclesiastés reitera que "hay tiempo para..., y tiempo para lo contrario" (un párrafo muy repetitivo y haasta aparentemente monótono). Pero que es una verdad incontrastable. Dos cosas no se pueden hacer al mismo tiempo. Y algunas, ni queda tiempo para hacerlas. Soy feliz porque me acuesto a dormir tranquilo..., y si mañana vivo, ya haré. Y si no vivo, ¿para qué haberme preocupado antes?
Ser feliz no depende de ti, ni del conserje, ni del autobús, ni de la tostada quemada, ni de las prisas que surgen... Seré feliz si yo soy capaz de ser feliz y DECIDO DECIDIDAMENTE SER FELIZ.

1 comentario:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Buenas noches:
Paso a saludarte desde Valencia.
Que Dios te bendiga a ti y a
tu familia.
Saludos cordiales, Montserrat