Esta película de 1979, es la tercera de una serie iniciada en la década de los 60. Carlos (Alberto Closas), un padre de familia numerosa (16 hijos), viudo, celebra su jubilación, y viene a darse cuenta que se encuentra muy sólo. Por otro lado, "El padrino" (Jose Luis López Vazquez), se encuentra en un momento crítico, por la infidelidad de su esposa, lo cual le lleva a querer suicidarse. La intervención de Carlos en el último momento hace que este no se suicide, y se va a vivir con el a su casa. Más tarde, Carlos decide vender la casa donde crió a sus 16 hijos y donde vivió con su mujer momentos entrañables en familia. Esto crea una serie de momentos dramáticos muy bien interpretados. Ambos deciden emprender una nueva vida. Carlos, el padre de la familia, decidirá ir a pasar una temporada con cada uno de sus hijos, pensando que esto será una gran idea, y que así podrá estar con ellos, sin embargo vivirá una serie de situaciones desagradables que le hará de ir de casa en casa, siempre en compañía del padrino, hasta en última instancia se convence de que su sitio será el asilo, al no poder convivir con ninguno de sus hijos. El final tendrá un giro final que deja abierto el futuro, y que lo más importante no es que estén sólos, sino que sean libres. Esa es la moraleja. La película muestra la enorme contradicción de una familia numerosa, que en tiempos de Franco se mantuvo siempre muy unida, auspiciada por un sistema educativo que ayudaba a la familia, un sistema político que protegía a la familia, y una fe católica que mantenía a la familia unida a pesar de las enormes dificultades de salir adelante. Muestra el enorme drama de unas hijas egoistas que a pesar del enorme ejemplo de sus padres, se dejan llevar por las corrientes de los tiempos, y decide una abortar, y su marido y una hermana le apoyan, provocando una escena tristísima donde el padre, Carlos, no entiende como pueden hacer semejante monstruosidad. La democracia que vino después de Franco, nos fue llevando a ir aceptando en España la idea del aborto como un derecho, en vez del crímen que es. Cuando la película se estrenó, aún no se podía abortar en España, gracias a las leyes de los gobiernos de Franco, sin embargo, no tardaría mucho en ser aprobado por uno de los gobiernos de Felipe González en 1984. Lo mismo sucede con el divorcio, el cual abrió la puerta en algunos casos a los adulterios, favorecidos por la posibilida de divorciarse. Esto llegó a España en 1981, después de haber estado prohibido en nuestro país.
La película además contiene algunos momentos divertidos, gracias al talento cómico de Jose Luis López Vazquez, y una banda sonora escrita por Juan Carlos Calderon.
La primera vez que vi esta película fue hacia 1983 o 1984 en una de sus primeras emisiones por TVE, la cual grabé en una cinta de video betamax.
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