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28 de noviembre de 2011

Mi abuela Josefita


Mi Abuela, que aún vive, tiene más de 90 años. Hace unos cinco años,le regalé un busto de escayola de Jesús. Ha sido su único contacto con Dios. Una persona que lleva años sentada en un sillón, debido a su salud. Toda una vida criando una familia con muchos hijos, ha pasado por una guerra civil, y yo le puse este busto cerca para que al mirarlo encontrara algún consuelo interior. Creo haberlo logrado, pues lo cogía y lo besaba frecuentemente. Una mujer que ignora prácticamente todo acerca de la religión porque tal vez no ha recibido la formación adecuada en una vida dedicada a su casa y a sus hijos en un pueblo encima de una montaña, pero que para mi ese gesto de besar el busto y tenerlo cerca, vale mucho. Es su modo de decir, "Te quiero Señor", aunque no sepa pronunciarlo con su boca. Yo estoy seguro de su salvación el día que Dios la llame. El busto se rompió, pero se le trajeron otras figurillas. Una del Sagrado Corazón y otra de la Virgen del Carmen (esa sí la conocía bien). Últimamente siempre que me veía me cogía el crucifijo que llevo en el pecho y lo besaba. Otro gesto que para mi vale mucho, y estoy seguro que también para Dios. Ahora después de muchos años cuidándola mi madre en su casa, ha tenido que ir a casa de otro familiar. Ya no puede valerse sola, y necesita la ayuda de al menos dos personas. Querida abuela, yo te quiero mucho. No me fijo en los defectos que puedas tener, porque yo también los tengo. Nunca olvidaré mientras viva esas noches en las que llegaba cuando estabas para acostarte y tu te emocionabas al verme. 
Yo tocaba tu frente y hacía la señal de la cruz para darte toda la bendición del mundo de parte del Señor. Tu abrazo fuerte que no me quería soltar. Te apretabas contra mi como queriendo descargar tus dolores, y yo aceptaba gustoso el ser estrujado si con eso te aliviaba un poco tu carga.



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