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25 de julio de 2012

MEDUSAS EN NUESTRAS COSTAS

la Pelagia noctiluca, conocida como «clavel», muy urticante, esta se ve mucho ultimamente



Las medusas más abundantes corresponden a la especie Pelagia noctiluca, conocida como «clavel», por su menor tamaño -miden unos cuatro centímetros- y porque son muy urticantes, señala Manuel Alpáñez, coordinador del servicio de vigilancia y salvamento de las playas de Vélez-Málaga.

También se están recogiendo entre ocho y quince medusas diarias de la especie Rhizostoma pulmo, mucho más grandes y que pueden alcanzar varios kilos de peso.

«La grande la puedes ver venir, pero el problema está en las pequeñas, ya que en un momento dado te puedes encontrar rodeado por varias», ha añadido Alpáñez, que ha precisado que los cuatro puestos de socorro del litoral municipal están realizando unas doscientas atenciones diarias por picaduras de medusa.

«Es difícil precisar lo que ocurrirá en los próximos días, aunque se prevé que se repetirán las oleadas de medusas, en las que influirá mucho la dirección en la que sople el viento», explica Alpáñez. La escasez de lluvias y la ausencia de tortugas favorecen su aparición en masa, subraya el coordinador de Protección Civil en Vélez-Málaga, Juan Ramón López



Fuente Original: www.abcdesevilla.es

El acalefo luminiscente (Pelagia noctiluca) es una especie de medusa de la clase de los escifozoos, de distribución atlántica y mediterránea, que ocupa preferentemente hábitats pelágicos pero que puede formar enjambres que llegan a la línea de costa, impidiendo el baño dada la naturaleza extremadamente urticante de sus cnidocitos.

Su implicación en la aparición de plagas de medusas tiene, en resumen, cuatro posibles causas, cuya ponderación en relevancia varía según el autor:

    El incremento en nutrientes en mares y océanos, por vertidos de fertilizantes y de aguas negras de los núcleos urbanos, lo que acentúa la disponibilidad de nitrógeno y fósforo en los mares.
    Una menor depredación por la disminución en el número de predadores naturales, como la tortuga boba.
    El incremento de la temperatura de los mares, que aceleran su ciclo vital.
    La sequía, que disminuye el aporte de agua dulce por parte de los ríos y que destruye la clina de salinidad que retiene a las medusas en alta mar.

Descripción

Su coloración es violeta rosácea brillante, y presenta la umbrela abultada, con 16 lóbulos periféricos, 8 órganos sensoriales que carecen de ojos, 8 tentáculos y un espacio gástrico con 16 canales radiales.1


¿Son realmente venenosas?

Las medusas, u ortigas de mar, son animales marinos de la misma familia que las anémonas que, normalmente, habitan y se desplazan por más abierto (pelágicos). Compuestos en un 95% de agua, y de aspecto gelatinoso, resultan, sin embargo, predadores peligrosos. Para cazar o defenderse poseen una serie de filamentos de longitud variable (hasta 5 ó 10 metros) que contienen células capaces de segregar e inyectar mediante un filamento un veneno cuya efectividad variará de unas especies a otras.

Todos los venenos, no obstante, se basan en unas sustancias denominadas citolisinas, proteínas hidrosolubles capaces de romper la membrana celular. En general, provocan escozor y enrojecimiento intensos en la zona de contacto, malestar general de diversa índole (mareos, dolores de cabeza, vómitos, náuseas...), fiebres y hemorragias.

En el caso más grave, el de la avispa marina (Chironex fleckeri), considerado el animal más venenoso del mundo, se produce el síndrome irukanjdi (fuertes dolores por todo el cuerpo, aumento del ritmo cardíaco y de la tensión sanguínea, y muerte, tras unos minutos por embolia cardíaca). Sin embargo, esta medusa mortal habita sólo en los mares australianos.

¿Por qué cada vez se ven más medusas?

Cada vez son más frecuentes las noticias sobre avistamientos de enjambres de medusas y casos de picaduras en las costas del Mediterráneo. Esto se debe a los cambios que está sufriendo el Mare Nostrum, ya sea por causas naturales, o por la acción del hombre. Pueden señalarse tres factores fundamentales: la subida de la temperatura de las aguas, el aumento de la salinidad, y la reducción de los predadores naturales de las medusas, como el atún o las tortugas por sobrepesca o como consecuencia de los dos factores anteriores.

Al ser un ecosistema bastante aislado, el Mediterráneo es muy sensible a la contaminación. Según estudios recientes [Manuel Vargas Yáñez, et al. (2008). Cambio Climático en el Mediterráneo español, Instituto Español de Oceanografía. ISBN 84-95877-39-2.], la temperatura y la salinidad están aumentando de forma apreciable, asemejando, cada vez más, al Mediterráneo a un mar tropical.

Tanto el aumento de la temperatura como la disminución de "la barrera de agua dulce" (procedente de la lluvia y los ríos) conllevan un reajuste del ecosistema marino. Las especies autóctonas peligran, a la vez que aparecen otras nuevas que encuentran aquí condiciones óptimas para su desarrollo, como es el caso de algunas de las medusas que son noticia últimamente (carabela portuguesa, procedente de Brasil) o los mejillones cebra (originarios del Índico).

¿Qué hacer en caso de picadura?

Ninguna de las especies actualmente existentes en el Mediterráneo es letal, sin embargo, debe tenerse en cuenta que, incluso muertas, pueden provocar irritación. Por otra parte, es aconsejable salir rápidamente del agua tras una picadura puesto que podemos ahogarnos tras un shock anafiláctico (reacción alérgica al veneno) que cause desmayo, además, una segunda picadura puede producir una reacción aún más severa.

El Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, nos aconseja hacer lo siguiente, en caso de picadura de medusa común:

    No frotar, ni limpiar la zona afectada con agua dulce, aplicando hielo en una bolsa de plástico unos 15 minutos. No usar ningún otro líquido que no sea agua salada.
    Extraer cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel, usando guantes.
    Si el estado de la víctima empeora hay que llevarla al hospital.

Es recomendable tratar de identificar la especie de medusa, pues existen tratamientos eficaces y específicos de fácil aplicación:

    ¿Qué hacer si me pica una medusa?


    Para Pelagia noctiluca, Rhizostoma pulmo y Cotylorhiza tuberculata una solución saturada de sulfato de magnesio en una solución de cloruro sódico de 3.5g por 100 ml.


    Para Chrysaora hysoscella, Rhizostoma pulmo y Cotylorhiza tuberculata una solución acuosa concentrada 1:1 de bicarbonato sódico.




    Para Physalis physalis, vinagre.





 De las más de 300 especies que habitan el Mediterráneo, ninguna es tan venenosa como para matar a una persona

No limpiar nunca la herida con agua dulce y aplicar rápidamente hielo en una bolsa de plástico son algunos de los consejos a seguir, según los expertos, en caso de sufrir la picadura de una medusa. Debido al calentamiento del Mediterráneo, cada vez es más frecuente la aparición de nuevas especies de estos seres venenosos.


El peligro esta cuando te pica en el agua y al susto si te puede dar un shock y  producir ahogamiento, por ello hay que tomar mucha precaucion cuando las veamos en el agua.

Para que mueran hay que enterrarlas en la arena seca, si la vemos en la orilla en la arena mojada aun esta viva, lo suyo es andar con zapatos por prevencion al pisarlas.

Hoy dia 25 de julio de nuevo las playas de Pedregalejos en Malaga capital estaban llenas de ellas y hoy ni siquiera han aparecido los barcos de limpiezas aun no se por que, y el socorrista con la bandera en verde....

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