Ayer celebramos su día. Tomás es uno de los Doce. Tanto Mateo, Marcos como Lucas, lo citan en su lista de Apóstoles escogidos directamente por Jesús, que es Dios mío y Señor mío en palabras del propio Tomás. De los evangelistas, es San Juan el que más veces lo cita, y nos ha dejado conocer aspectos interesantes. Por ejemplo, en el capítulo 16, después de la muerte de Lázaro, al enterarse, según San Juan es la voz de los Doce que expresa el deseo de acudir junto a Jesús a donde se encontraba el sepulcro de Lázaro, "para morir con el". Esto demuestra para mi, el gran corazón de Tomás, persona sensible y a la vez, capaz de ser valiente también.
A Tomás le costó creer en la resurrección de Cristo, al igual que a todos los demás Apóstoles, no me parece Tomás muy diferente. Sólo matices personales muy humanos.
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