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10 de octubre de 2012

CELEBRAR EL AÑO DE LA FE

Con la promulgación del Año de la fe Be­nedicto XVI quiere poner en el centro de la atención ecle­sial “el encuentro con Jesucristo y la belleza de la fe en Él.” Su celebración permitirá acrecentar la alegría y el entu­siasmo renovado del encuentro con Cristo (cf. Porta fidei, 2).

Todos los creyen­tes debemos, sobre todo en este año, reflexionar sobre el acto mismo de creer, por el cual el hombre decide libremente en­tregarse a Dios. Con motivo del Año de la fe se están publi­cando materiales diversos, que pueden ser utilizados para re­flexionar y profundizar el tema, individualmente o en grupo. Acrecentemos nuestro compromiso caritativo y social con los más necesitados, expresión auténtica de la fe, que actúa por la caridad, encauzando nuestra solidaridad especialmente a través de Cáritas y las demás instituciones de la Iglesia.

Acciones concretas para celebrar

1. Participar en los actos de apertura y clausura diocesana del Año de la Fe, los domingos, día 14 de octubre de 2012 y día 24 de noviembre de 2013, respectivamente.

2. Participar en los encuentros que se organicen en el ámbito parroquial y diocesano para celebrar el Año de la Fe.

3. Propiciar momentos solemnes de profesión de la fe en la liturgia, de modo particular en la Eucaristía dominical.

4. Celebrar comunitariamente la fe, en torno a la pila bautismal, en la fiesta del Bautismo del Señor.

5. Hacer profesión de fe en la familia, en el hogar, en algunos momentos significativos: Navidad, Pascua, aniversarios de acontecimientos familiares.

6. Visitar la pila bautismal donde uno haya sido bautizado, en el aniversario del propio bautismo, y hacer profesión de fe.

7. Peregrinar y hacer profesión de fe en Roma y en Tierra Santa.

8. Orar por el fruto pastoral de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en Roma, y del Encuentro Mundial de la Juventud en Brasil.

9. Dar especial relieve a la celebración del Día del Amor Fraterno y del Día de Caridad, resaltando la vinculación de la fe con la caridad.

SEGUNDA PRIORIDAD: POTENCIAR EL CONOCIMIENTO DE LA PALABRA DE DIOS Y LA LECTURA ORANTE DE LA MISMA

La segunda prioridad continúa, desde una perspectiva nueva, la ya iniciada el curso pasado: Fomentar la escucha y acogida de la Pa­labra de Dios en las comunidades cristianas. Se trata de escuchar y acoger la Palabra de Dios en toda su riqueza y amplitud, que no se reduce a su expresión escrita en la Biblia.

La exhortación apostólica Vebum Domini, entre otras propues­tas, invita reiteradamente a orar con el método de la Lectio Divina, porque “es verdaderamente «capaz de abrir al fiel no solo el teso­ro de la Palabra de Dios sino también de crear el encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente»” (VD 87). Siguiendo la puesta en práctica de todas las iniciativas que nos ayuden a visibilizar y real­zar el papel de la Palabra de Dios y el lugar de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia, este año centramos nuestros esfuerzos en la creación de grupos que se reúnan específicamente para orar con el método de la Lectio Divina.

Acciones concretas para celebrar

1. Iniciar grupos para orar Con la Biblia con el método de la Lectio Divina.

2. Animar a los demás grupos a introducir el método de la Lectio Divina en sus momentos de oración.

3. Usar para la Lectio Divina preferentemente la edición diocesana de “Aumenta nuestra fe. Encuentros bíblicos desde la Lectio Divina”.

4. Cuidar especialmente la proclamación de la Palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas, especialmente en la celebración de la Eucaristía.

5. Organizar celebraciones de la Palabra, especialmente en Adviento, Cuaresma y Pascua.

TERCERA PRIORIDAD: MOSTRAR LA BELLEZA DE LA FE Y PROPONERLA

Para desarrollar la tarea evangelizadora urge suscitar nuevas voca­ciones de sacerdotes, religiosos y laicos. La fe nace de la acogida de la predicación, pero «¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?» (Rm 10,14-17). También es necesario avivar el ardor evangelizador.

Ocuparnos de proponer la fe no supone ningún tipo de actitud de huida del mundo y repliegue en la dimensión religiosa, sino una actitud claramente profética, ya que la Iglesia no puede llamar a vivir según el Evangelio, a buscar la justicia del Reino de Dios, sin señalar y sin combatir las conductas, las mentalidades, las estruc­turas y los mecanismos económicos y sociales que se oponen al Reino de Dios.

En este trabajo de anuncio misionero y de propuesta de la fe estamos invitados a acoger, a nuestro nivel, la iniciativa del Santo Padre, que nos propone el «atrio de los gentiles» como un instru­mento útil de encuentro y diálogo con los no creyentes, para con­tribuir a que los grandes interrogantes de la existencia humana, sobre todo los de naturaleza espiritual, se tengan en cuenta y se discutan en nuestras sociedades, aplicando la razón común. Para ello es necesario crear y estructurar lugares de encuentro con los no creyentes, o con quienes abandonaron la fe, y abrir foros de diálogo no puramente catequéticos, ni litúrgicos, ni necesariamen­te parroquiales.

Acciones concretas para celebrar

1. Organizar momentos de encuentro parroquiales, a los que se inviten a personas que se han acercado a la parroquia y no han participado habitualmente en la misma.

2. Invitar a personas, que inicialmente estén abiertas a la fe, para iniciar procesos catequéticos.

3. Insertar acciones de primer anuncio y evangelizadoras en los momentos celebrativos de religiosidad popular.

4. Celebrar misiones populares.

5. Organizar foros de diálogo con no creyentes y personas alejadas del ámbito eclesial para abordar las grandes cuestiones que preocupan al hombre de hoy.

6. Potenciar itinerarios-guía para la visita a nuestras iglesias.

7. Promover exposiciones con las obras de arte que contienen nuestros templos, con finalidad evangelizadora.

8. Utilizar el cine, la pintura y la literatura para dar a conocer la belleza de la fe.

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