Ojeando el libro "Ilustrisimos señores" de Albino Luciani, encuentro un texto escrito por el en 1974, antes de ser Papa. Este texto me confirma algo que me parece fundamental, y es que un maestro puede hacer mucho bien a los niños al enseñarles religión, pero con una condición. Les pongo un fragmento de la página 280-81 del libro, para que sea leído tal cual lo dice el libro.
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