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17 de noviembre de 2013

¿Y tu todavía te confiesas con un cura en el confesionario?

Pues si. Aún lo hago, y por la cuenta que me trae, que no deje de hacerlo, pues la confesión es buena y además, es uno de los siete Sacramentos de la Iglesia. 

Muchos católicos tienen este sacramento abandonado y olvidado. 

Algunos lo abandonaron por que escucharon a otros de decir que da lo mismo confesarte que no confesarte, que lo importante es ser buena persona y ya vale.

Otros piensan por esa misma regla, que no tienen pecados, y que por tanto la confesión no va con ellos, que eso es para los malos.

Otros lo abandonaron porque escucharon a los "evangelistas" y demás sectas, que la confesión es un invento de la Iglesia, y que la confesión se hace directa con Dios. Y dieron más crédito a estas personas, que a la Iglesia que fundó Jesucristo.

A otros les da una vergüenza que no pueden superar, y además otros factores externos no le ayudan a superarla, en eso implico yo a los sacerdotes que no facilitan este Sacramento o no enseñan correctamente sobre el, sino que han caído en la misma relajación que los fieles. ¿Conoces alguna Parroquia donde nunca se use el confesionario? Algunos sacerdotes no facilitan a los fieles el que se puedan confesar. Eso es también un problema.

A otros les da miedo a "recibir una reprimenda" en vez de ser acogidos y perdonados. ¿Y quién les ha metido eso en la cabeza a estos pobres? Yo conozco un caso, y seguro que no puede ser el único en el mundo. 

Otros, al desconocer en que consiste, piensan que es una cosa, y resulta que es más sencillo de lo que piensan, pero como para saberlo hay que leer el catecismo, y no lo leen, pues nunca acaban de conocerlo por si mismos.

Algunos, desconocen que en la confesión está Jesucristo presente, y que el Sacerdote es su representante, y no se dan cuenta que cuando están confesando uno o varios pecados, es a Dios mismo al que se lo están confesando, y que el Sacerdote sólo te escucha y en su caso te dará una palabra de ánimo o algún consejo, te pondrá una penitencia de acuerdo a la gravedad de tus faltas, y finalmente te dará la paz y el perdón de parte de Dios, por medio de la absolución.

Algunos se pierden inútilmente en formas y en fórmulas, en se mi tengo que santiguar antes o decir "Ave María Purísima", etc, y se preocupan en exceso, cuando lo verdaderamente importante es ser lo más sencillos posibles y decir al sacerdote que es lo que te pesa (pecado). No hace falta soltarle el rollo, al contrario, que sea algo concreto que te puedas plantear de verdad ir superando en el futuro.

A los sacerdotes les digo esto: molestan muchos los sacerdotes de gestos tiranos. Cuidad mucho esto que os digo. El representante del Señor debe ser dulce y amable en el Sacramento de la confesión, no áspero y de gestos fríos y distantes. Humilde al extremo. Cuidad las posturas, la forma de sentarse, los gestos y las palabras, e incluso las miradas, y si me apuran, hasta los olores. Debéis purificar todo, ya que sois sacerdotes. Debéis ser cálidos y cercanos al que se acerca, o de lo contrario estaréis facilitando la huida del confesionario, porque los fieles tampoco son tontos, y la credibilidad del sacramento también la da el sacerdote, al que se debe ver realmente. La fe no se ve, pero el poder de Dios y su Gracia, si.

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