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16 de abril de 2013

TODOS LOS POLÍTICOS SI SOIS IGUALES

Escucho últimamente a algunos políticos "defenderse" a si mismos con una frase que a mi ya me suena rara. "Todos los políticos no son iguales". Pues miren, yo quiero hoy decir lo contrario y lo voy a argumentar.

Todos los políticos SI sois iguales. ¿En que sentido? Pues en el sentido de que todos necesitáis también a Dios que envió a su Hijo Jesucristo. Si eres político, perteneces a un partido, seas de la ideología que seas, da lo mismo. Todos sois pecadores necesitados de la misericordia de Dios. Todos sois seres humanos, sujetos al pecado, débiles, y que sin la Gracia de Dios no sois nada. Vuestras vidas no os pertenecen, sino que pertenecen al que os la dio. Pero muchos de vosotros no lo sabéis, porque ignoráis de un modo u otro, que Cristo es la Verdad, y el Camino, y que la política tiene que pasar necesariamente por la Ley de Dios, y que todo lo torcido, todo lo corrupto, todo lo impuro, todo lo indecente, no puede tener la bendición de Dios, y por eso muchas veces os va mal, porque vivís de espaldas a Dios. En muchos casos, algunos políticos decís que sois católicos, pero con vuestras obras, negáis a Dios. Puedo probar lo que digo.

Evidentemente hay un sentido en el que no sois iguales. Cada persona tiene su forma de ser, y sus ideas se enfocan de una manera, pero eso da igual. Aquí lo que importa es OBEDECER A DIOS, y si no le obedecéis, si no le amáis, ¿cómo queréis construir un mundo mejor? ¡Sin Dios no sois nada! ¡Sin Jesucristo, todo está perdido, por más que os afanéis en construir!. Estaréis construyendo sobre la arena, y cuando vienen las tormentas, la casa se derrumbra.

Todos los políticos sois iguales. Si miras un periódico de la década los 80, verás similitudes con los problemas de hoy. Yo lo he comprobado hace un rato. Es la misma historia. Es como lo que afirma en el libro del Eclesiastés, en la Biblia. Nada nuevo debajo del sol. Eso sí, la maldad existe, pero en vez de disminuir crece, hasta que los hombres enloquecen de rabia, y entonces llega cíclicamente el estallido de violencia sobre la tierra, y unos se matan a otros, porque unos odian a otros.

Vivimos tiempos peligrosos. ¡Ay de aquel que no lo vea! ¡Ay de aquel que no haga nada para cambiar su vida ahora!

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