Seguidores

5 de enero de 2013

Reflexiones de nochevieja-año nuevo 2013 / (2ª parte)

La segunda componente de la nochevieja española a día de hoy es la cantidad de pinguinos que van por las calles a partir de las 12 de la noche. Pero por supuesto, antes de eso, están las tradicionales uvas de la suerte. Obviamente no da suerte comerse unas uvas, pero así las llaman, y supongo que existiran numerosas "reglas" para comerse bien las uvas y no hacer que tengas "un año desgraciado". Esto de las doce uvas es una tradición española, exportada a varios paises hispanoamericanos, y no tiene mucho tiempo esta tradición, ya que es de finales del siglo XIX.

Fue en 1896, según dice en Wikipedia, cuando se comían en Madrid las doce uvas en la puerta del Sol, y luego se fue haciendo en alguna que otra provincia, como Tenerife, y así al resto de España. Todo parece haber venido desde Francia, en realidad, y se fue consolidando en la primera década del siglo XX.

Yo jamás creí en todos los años que me he comido también las uvas como español que soy que el hacerlo te diera suerte, sin embargo, las como porque es una graciosa forma de entrar el año, aunque no puedo evitar sentirme un poco borreguito por hacerlo porque lo hacen los demás, pero que le vamos a hacer, nadie es perfecto. Eso si, mi modo de tomar las uvas es el siguiente:

- uva pelada y sin pepitas, para facilitar la masticación y la deglución.
- comidas con modestia y sin mucho alboroto, más bien como si se tratara de un postre de la noche.
- No me gusta el champán, prefiero la sidra, el gaitero, a ser posible en la copa verde de mis padres.













No hay comentarios: