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5 de enero de 2013

Carta de los Magos Oriente: «Llegamos a Málaga desde Asia, Europa y África»




Hace 21 siglos que vimos aquella estrella por primera vez, y nos guió a la ciudad de Belén. Desde Asia, Europa y África salimos de nuevo este año para adorar al Señor. Cada uno de nosotros vive en una cultura distinta y trae un mensaje para la gente de buena voluntad de Málaga.




MELCHOR



Queridos habitantes de la Costa del Sol: un saludo de vuestro lejano vecino Melchor, desde las gélidas tierras del Norte.
¡Cómo ha cambiado el mundo! Quién nos iba a decir a aquellos tres locos aventureros, hace tantos y tantísimos lustros, que seríamos testigos de tales profundos cambios en el mundo: las distancias se han vuelto demasiado cortas... y los corazones parecen haber envejecido miles de años. ¿Dónde han quedado, me pregunto, aquellos pastores que se admiraban ante el Mayor Misterio de la historia hecho vida en lo más bajo? Hoy los niños son tan listos, y los padres tan racionalistamente modernos, que temo por aquello que siempre nos ha hecho más humanos: la capacidad de soñar, de buscar más allá de los medios, de dar con caminos siempre nuevos.   Queridos todos: aquella primera noche de Reyes portábamos grandes presentes para un personaje importante. Pero Dios, el Dios entonces desconocido, nos dio la mayor lección de la Historia. Después de caer de rodillas ante aquel Niño, ya nada volvió a ser igual en nuestras vidas. ¿Cómo podíamos regresar por el mismo camino, tras lo que habíamos visto y oído? Os deseo lo mismo: dejad que el Misterio entre por vuestra puerta. Cada día se convertirá en una Aventura Divina y extraordinaria. Andad con Dios. Siempre vuestro: Melchor.


GASPAR

 Me llamo Gaspar y vengo de la tierra de las grandes religiones, del continente con las civilizaciones más antiguas, Asia. Este año le traigo al Niño la hospitalidad de mi pueblo, la acogida sencilla y alegre a todos los visitantes. La mayor diversidad cultural imaginable teñida de colorido y belleza natural.
Le traigo al Niño las más antiguas tradiciones religiosas que siguen buscando a Dios en la comunión entre la naturaleza y la humanidad, en el diálogo de las culturas y las religiones, en la diversidad misma.
Le traigo al Niño el continente con más futuro, el más pujante, el más potente, el que se ha sobrepuesto a su historia de colonialismo para ser protagonista de una nueva era de la historia de la humanidad. Y por último le traigo al niño la sonrisa serena y adorable de los pueblos asiáticos, su amor a la vida.


BALTASAR




Yo soy Baltasar y vengo de la cuna de la humanidad, África. Este año vengo a adorar al Niño a la ciudad de Málaga y traigo regalos de mi continente.  Le traigo al Niño la alegría exuberante al ritmo de tambores y el calor de la familia africana. Una familia que nunca te abandona, que busca la justicia y la paz. Una gran familia que arropa al Niño y lo introduce en la sociedad.
Le traigo una fe profundamente arraigada en mi gente. Una fe que está viva y espera en el aquí y ahora. Una fe en un Dios vivo que se hace ver en el día a día. Una fe que transmite un profundo respeto por la creación entera.  Le traigo el espíritu de resistencia de mi pueblo que le ha ayudado a sobreponerse a tanta calamidad e injusticia, al expolio de las naciones ricas primero y de las grandes multinacionales después. Tanto sufrimiento no ha podido acabar con la esperanza de mi pueblo, que sigue vivo y adorando a Dios.  Al venir hacia estas tierras, hemos tenido la ocasión de saludar a varios misioneros malagueños en tierras africanas: unos Misioneros Claretianos, Joaquín y Antonio, que están en Zimbabwe; y otros Misioneros de la Esperanza, Sergio y Pilar, en el Chad. Sabemos que son más de 150 misioneros malagueños los que están repartidos por todo el mundo. Entre ellos nueve familias de Málaga y Melilla.
 

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