Mientras tanto, se sigue cayendo en el absurdo juego de la hipocresía democrática. "Yo te prometo diálogo, pero tu me tienes que dar lo que te pido, o si no..."
El diálogo que no es diálogo. El diálogo que es tiempo perdido, porque de antemano los dialogantes tienen las ideas claras y no se quieren bajar del burro pase lo que pase. Este diálogo que nada tiene que ver con el diálogo que los políticos hacían a finales de los 70. Unos partidos políticos que hablan mucho de diálogo y buenas maneras, pero es simplemente de cara a la galería. El objetivo es mantenerse en sus posiciones.
Además, no puede haber diálogo para tratar de vulnerar el Estado de derecho, para ir contra las leyes que se han dado todos los españoles, la constitución, la carta magna, con la que uno puede estar o no más o menos de acuerdo, o nada de acuerdo, pero que es LA LEY, y cuando no se respeta la Ley, ¿que queda?
Por eso opino que Artur más fue ayer a hablar con el Rey, como un gesto más de cara a la galería, de cara a cumplir un guión particular que ellos tienen. ¿Pero si no respetas la unidad de España, como puedes ir a ofrecer diálogo a quién la representa? Por lo menos el Rey recibió a Artur Mas con gesto serio. Es lo menos que podía hacer.
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