En el día de hoy, primer domingo de Cuaresma, finalizó el Quinario a Nuestro Padre Jesús Cautivo. Tengo que destacar que espiritualmente ha sido muy provechoso para el que lo haya querido aprovechar, porque la cátedra sagrada a cargo de D. Felipe Reina, en mi opinión ha sido muy rica. Centrada en las palabras del Santo Padre Benedicto XVI, el cual nos ha dado un magnífico ejemplo de humildad con el reciente anuncio de su renuncia por falta de fuerzas. La Palabra ha sido sembrada. Ahora, ocurre como en la parábola del sembrador.
Del EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS, CAPÍTULO 8.
5. «Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron;6. otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad;7. otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron.8. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado.» Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
¿Que tengo yo que cambiar en mi vida? ¿Es el Señor el centro de mi vida? ¿Tengo a Dios por encima de todas las cosas? ¿Rezo cada día? ¿Celebro la fe especialmente en el Sacramento de la Eucaristía de cada domingo, y acudo al Sacramento de la reconciliación? ¿Estoy dispuesto a perdonar a los demás? ¿Que tentación tengo que vencer para ser más libre?
Estas son algunas de las preguntas a las que hemos tenido la oportunidad de responder cada uno de los hermanos, devotos y fieles de Nuestro Padre Jesús Cautivo, cuya imagen acerca a miles de personas hasta Dios. Si, porque nadie tiene el derecho de juzgar las intenciones de aquella persona que se acerca a rezar a la capilla de San Pablo, o va detrás de promesa el lunes santo. Los corazones sólo los conoce Dios, al cual yo le doy gracias por la Bendita imagen de Jesús Cautivo, por medio de la cual muchas personas son llamadas a seguir a Cristo. Esta cofradía tiene un gran privilegio, y una gran responsabilidad.
Esta cofradía, al igual que otras en mayor o menor medida, realiza una gran labor dentro de la Iglesia, porque los cofrades son también Iglesia, eso que nadie lo dude, y los cofrades serán cada día más comprendidos en la medida que sigan progresando como cristianos, no olvidando nunca porque se está y para que se trabaja.
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