Primero, decir que este blog ayer superó su record anterior de visitantes en un sólo día, cosa que nos agrada enormemente. Yo no soy infalible, porque infalible sólo es Dios, y el Papa en un supuesto muy concreto y especial, pero hablo desde la seguridad que me da la razón que Dios ha puesto en mi, confiado en que soy guiado por el Espíritu Santo de Dios en el cual creo.
Lo contrario de tener seguridad es negativo. La persona insegura, seguro que se equivocará menos, porque actuará menos o se acobardará por miedo a equivocarse, pero Dios nos ha creado para que creemos vida. Jesucristo nos ha enseñado y dado poder para resucitar muertos, y nos ha prometido que los que creemos en el, haremos las mismas obras que el, o mayores. Así está escrito, y yo lo creo. Pero la duda y la falta de fe son enemigas de todo esto.
Yo escribo lo que pienso y pienso lo que se. Ayer sabía peor que hoy, y hoy se mejor que ayer. Mañana, si sigo a Jesucristo, y no propongo desviarme del camino recto, conoceré mejor. La edad puede dar sabiduría a la persona, pero también toneladas de necedad. La edad de la persona no es garantía de sabiduría ni de maestría. Sólo Cristo es garantía de sabiduría, y el que vive en El, y no busca su propio camino ni sigue a hombres o doctrinas de hombres, puede estar cerca de la verdad. El necio insensato cree que los años multiplican su saber, y se olvida que no es por años, sino por Gracia de Dios por la que se crece espiritualmente. Un anciano canoso puede ser un bebé en la fe, y un hombre apoyado en sus libros y en sus propios estudios, apoyado sólo en su fuerza y sus esfuerzos humanos, puede errar el camino, para crear discípulos de si mismo, en vez de discípulos de Cristo. Triste desgracia esta que veo.
Y ahora me centro en el tema de Judas.
¿Saben cuantas veces aparece la palabra Judas en la Biblia?
Sólo 35. Y no todas se refieren a Judas Iscariote.
Pues bien, hoy denuncio lo siguiente. Hay una desviación perniciosa de la fe en nuestras comunidades cristianas, en las que se coge a Judas para justificar el propio fracaso de sus propias obras. Cuando surge un conflicto entre hermanos, suele sacarse a pasear a Judas, para recordar que con el Señor hubo uno llamado Judas, malo y malvado, que lo entregó. No es el tema hablar de Judas, sino de como algunos "utilizan a Judas" como escudo de sus propias miserias espirituales. Es muy fácil JUSTIFICAR el fracaso propio de no CUMPLIR la PALABRA DE DIOS en la propia vida, haciéndose falsas ilusiones que el otro es Judas o "un Judas". Os aviso que es muy fácil caer en la tentación de creerse esta mentira del DIABLO, que tiene como finalidad la de hacer juicios temerarios, maledicencias, calumnias y difamaciones del prójimo. El prójimo se convierte en Judas, y los otros se convierten en "Jesues", "discípulos amados", "personas de bien", "cumplidoras de la Ley", "religiosas", "nobles y respetables".
De forma que en todas las reuniones van apareciendo "los Judas", porque alguien ha metido el error que en todo lugar hay un "Judas". ¡Dejen a Judas en paz! Ya se fue a su propio lugar, como dicen las Escrituras, y el juicio es de Dios, y no somos jueces de nadie.
Perverso sistema de catalogar a un hermano en Cristo, el de pensar que en todo lugar hay un Judas, y que cuando se va, o "lo echan", viene otro. El veneno está presente. Estad alertas. Cristo no nos habló de Judas, ni nos dio enseñanza alguna sobre Judas. Lo que Cristo nos enseñó es a NO JUZGAR AL HERMANO. También enseñó la CORRECCIÓN FRATERNA.
Enseñó también que hay que pedir perdón para ser perdonado, y que fueramos amables los unos con los otros. Desconfíen de todo aquellos que se salga de las enseñanzas de CRISTO, que es la VERDAD, el CAMINO, y la VIDA.
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