Meditando la Palabra de Dios en la Biblia, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 16, nos encontramos a partir del versículo 16 la narración de una muchacha metida en lo que llamaríamos hoy temas esotéricos, nueva era, etc.
Aquella mujer joven se encontraba poseída de un mal espíritu. En este caso el espíritu de adivinación. Ese espíritu no es de Dios. Al igual que ocurre en nuestros días, en la que esos espíritus siguen actuando en este mundo, en personas que se dejan seducir por estos. Antes, al igual que ahora, estos espíritus enganchan a las pobres almas con el reclamo del dinero. Todo con el dinero de fondo. La gente acude a los adivinos con dinero, y los adivinos les prestan ayuda a cambio de dinero. La gente busca respuestas a temas que les preocupan, en vez de buscar a Dios, buscan a los que se quieren poner en lugar de Dios.
En España, la televisión está que da asco a los que sabemos que eso no es bueno.
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