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30 de marzo de 2012

HISTORIA DE LA VERA CRUZ EN MALAGA

Corría el año 1490, cuando un personaje llamado Alonso de Ribera obtuvo de los monarcas Fernando e Isabel la cesión de una de las ermitas, conocida como la de San Roque, ha habían mandado construir entre el cerro de Gibralfaro y el de San Cristóbal. Después, este pequeño recinto sagrado cambió de nombre, pasándose a llamar de la Vera+Cruz, pues allí se encontraba un madero que empezó a recibir culto. Quizás, con esta forma de piedad, comenzara a gestarse la primera entidad pasionista malagueña: la Cofradía de la Santa Vera+Cruz.
En un inventario documental de esta Asociación, fechado en el siglo XIX y conservado en el Archivo Municipal, se reseña que sus primeros Estatutos fueron aprobados en abril de 1505. En otra fuente escrita, concretamente en un Episcopologio anónimo del Archivo del Cabildo Catedral, fechado hacia el año 1776, se leía, refiriéndose a la vida y hechos del obispo Pedro Díaz de Toledo, lo siguiente: <<(…) en este año dio permiso a los religiosos mercedarios, para que bajasen al sitio en que hoy están, desde un puentecillo que hay entre el cerro de San Cristóbal, y el monte Gibralfaro, donde con su licencia empezaron su fundación en el año de 1500, en la ermita que allí había de la Vera Cruz (…)>>
Por lo que parece, los devotos de la Vera+Cruz se establecieron en esta ermita, marchando en fecha que se desconoce al hospital de Nuestra Señora de Santa Ana, extramuros de la ciudad y cercano a la puerta de Granada, donde colocaron a su imagen Titular que, por la época, debió  ser de estilo gótico, muy parecida a la actual efigie, anónima del siglo XVI. Se cree que a los pies del Crucificado, se situaba la imagen de la Virgen de los Dolores, que después cambió su advocación por la de Mayor Dolor. Con respecto a su autoría y fecha es difícil precisarlas por falta de documentación, aunque se afirma que una de las Titulares del Santo Cristo de la Vera+Cruz era de un artista desconocido del siglo XVIII.
En este enclave hospitalario permaneció la Cofradía hasta 1548, año en que sus asociados decidieron mudarse al convento de la orden de San Francisco de Asís. La llegada a este sitio marcará un antes y un después en esta Corporación penitencial, pues aquí vivió la etapa más pujante de la historia.
Una serie de factores explican la preponderancia adquirida por ésta: la difusión de la devoción al Santo Cristo por parte de los frailes franciscanos, la vinculación con el gremio de plateros y la obtención de gracias y beneficios papales y episcopales. Este compendio de hechos dio fuerza y poder a esta Hermandad, convertida en matriz de varias fraternidades del ámbito conventual: el Santo Sudario (1627), Nuestra Señora de los Ángeles (1644), San Juan Evangelista (1644), el Santo Cristo Crucificado (1646), la Esclavitud Dolorosa y San Diego de Alcalá (ambas de 1647).
Una fecha significativa fue la del 25 de marzo de 1659, al convertirse, tras los Cabildos secular y eclesiástico, en la primera Institución nazarena en abanderar la “jura” y defensa de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen. Posteriormente, imitaron su ejemplo hermandades penitenciales, sacramentales, benéficas –asistenciales y lefíticas de nuestra ciudad.
Tras la Desamortización de Mendizábal, pasó a radicarse en la iglesia de la Concepción, antigua sede de Clérigos Menores. Una de las primeras referencias recogidas por la prensa local en 1849, trata del Jubileo de la Porciúncula y reza así: <<(…) se gana (…) jubileo visitando en la iglesia de la Concepción la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, vulgo de la Vera Cruz (…)>>
En el año 1861, se imprimieron nuevos Estatutos, advirtiéndose en el capítulo preliminar que el objeto principal era el culto del Señor y de su Santísima Madre, así como el bien de los hermanos. El periódico El Avisador Malagueño informaba que el 29 de marzo de 1884, que: <<(…) la ilustre Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Sangre (…) sacará en (…) procesión su Sagrada Efigie, el Viernes Santo a las 8 de la noche (…)>>
El 31 de agosto de 1891, se produjo un hecho relevante, pues se unió con las Cofradías del Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos y Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, con objeto de subsistir ante el amenazante fantasma de la desaparición. Con el traslado a la iglesia de San Juan Bautista en 1895, se inició una nueva etapa. En este templo parroquial tuvo lugar la segunda de las uniones –en 1913–, adhiriéndose la Hermandad del Santísimo Cristo de la Exaltación.
Nuestra Señora del Mayor Dolor, Sagrada Titular de la Vera+Cruz, se procesionó el Martes Santo de 1919, acompañando a Jesús de Azotes y Columna y, al año siguiente, también en la misma jornada, al Crucificado de la Exaltación.
En los sucesos del 11 y 12 de mayo de 1931, la imagen que resultó severamente perjudicada por los destrozos fue la de la Vera+Cruz, siendo retirada del culto. La Virgen del Mayor Dolor, anónimo malagueño del siglo XVIII, sufrió daños pero de escasa consideración. Días antes del 18 de julio de 1936, se decidió trasladar la talla de la Dolorosa a la casa de su camarera Rafaela Grana, esposa de Francisco García Almendro.
Tras la Guerra Civil, esta venerada imagen formó el cortejo con el Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, saliendo ambos Titulares en procesión en la noche del Martes Santo. A partir de 1944, empezó a acompañar a la Virgen una hechura de San Juan Evangelista, atribuida al imaginero Fernando Ortiz y que, por fortuna, no sufrió ningún percance en los aciagos acontecimientos de 1931. En el incendio producido el 21 de julio de 1980 en la parroquia de San Juan, desaparecieron entre las llamas las efigies de la Dolorosa y de San Juan. Las nuevas y actuales, fueron concebidas –la primera, en ese mismo año, y la segunda, en 1982– por el artista sevillano Joaquín Dubé de Luque.
La proximidad de I Centenario de la primera fusión (1891-1991), animó a los cofrades a tratar en un cabildo, celebrado en octubre de 1989, la restauración de la primitiva imagen del Santo Cristo de la Vera+Cruz. En el mes de julio de 1990, un grupo de hermanos se trasladó a Madrid para hacer entrega de los restos del Titular al profesor Oscar  San José Marqués, quien sería encargado de su reconstrucción. La imagen regresó restaurada a nuestra ciudad en abril de 1993, la procesión con 112 hermanos (40 portadores y 72 nazarenos) en la madrugada del Viernes Santo, no transitando por el recorrido oficial y haciendo estación penitencial en la Santa Iglesia Catedral.

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