Una iglesia evangélica es un MODO DE DENOMINAR a ese lugar donde se reúnen una serie de personas que dicen ser cristianos no católicos, es decir, que rechazan muchas de las creencias y la fe de la IGLESIA CATÓLICA. El nombre no es antiguo. En el siglo XIX no existía esta denominación al parecer. No entraré hoy en profundidad en esto, pero lo aparco para otro día.
Os hablo desde la experiencia personal.
Yo iba a aquella iglesia debido a mi deseo nuevo, surgido a raíz de mi búsqueda espiritual y la oración, y la lectura de la Biblia, que me hizo desear acercarme. Era necesario, y por eso me fue permitido desde arriba.
Hubieron varios factores que me hicieron decidirme. Por un lado, la búsqueda de la "VERDADERA IGLESIA" de Jesucristo, después de convencerme por la lectura de la Biblia que esta existía y fue fundada. Convencido de ello, la busqué, porque por aquel entonces mi conocimiento de la Iglesia Católica y mi experiencia personal me hizo rechazar que la Iglesia que tiene al Papa, los Obispos, los sacerdotes, a María, etc, fuera la Iglesia fundada por Cristo. De hecho, en la década de los 90 me hice muy crítico de la Iglesia Católica en una época en la que yo estaba metido en algunas creencias de la "New Age" (Nueva era), pero nada me influyó tanto a principio de los 90, como la Astrología,
Mi superación de la Astrología y mi abandono de las enseñanzas de la "nueva era", vino a raíz de que comencé a oír una voz de cierto predicador no católico que hablaba de Cristo. Comencé a enamorarme seriamente de Cristo por medio de una idea cierta e inequívoca. CRISTO es el CAMINO, LA VERDAD, Y LA VIDA, EL ES EL ÚNICO SALVADOR DEL MUNDO.
Dios siempre escribe DERECHO sobre nuestros renglones torcidos. Nadie podía salvarme ni enderezar mi camino más que El. Y no había nadie en mi entorno familiar o no familiar que respirara un sólo gramo de cristianismo efectivo. Estaba en medio de un desierto árido y seco, viviendo experiencias de vida y observando las de otros, donde veía y me daba cuenta que había una especie de "sin sentido". Mi mente inquieta no se conformaba.
Yo me sentí entonces como si me hubiera dado cuenta de ALGO NUEVO E IMPORTANTE. Leía la Biblia, y hacía oración.
Pasaron varios años, antes de que mi lectura de la Biblia y mi prestar oído a estas personas que hablaban de un tal Jesús de Nazaret, Cristo y Salvador, me hiciera plantearme la NECESIDAD de la IGLESIA.
La conclusión fue: UN CRISTIANO NECESITA LA IGLESIA, necesita estar en compañía de los que piensan y creen como el. Es una cuestión de necesidad. Eso chocaba frontalmente con mi personalidad de entonces, introvertida y dada al aislamiento, pero no había duda. Tenía que dar el paso de BUSCAR A LA IGLESIA. Ya no podía seguir más adelante, sólo con mi Biblia y esos predicadores imperfectos.
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