EL DINERO / ENTREVISTA A MI MISMO

A continuación la siguiente entrevista conmigo mismo, que inaugura la sección ¿Por qué? en este blog.

P. ¿No te gustaría ser millonario?

R. La verdad es que no, puesto que el millonario no es más feliz por ser millonario. ¿De que te sirve ganar el mundo entero, si luego vas y pierdes tu Alma? El rico no puede ver ni entrar en el reino de los cielos.

P. Entonces, ¿no te gusta el dinero?

R. No es una cuestión de gustos, se trata de ser práctico. He conocido a personas que se han pasado toda la vida pensando en el dinero, y han terminado sus días amargados. No podemos vivir pensando en el dinero. Y tampoco podemos servir a Dios y al dinero. Hay que tener cuidado con eso.

P. Pero el dinero, es necesario.

R. El dinero es necesario para cubrir tus necesidades personales, en primer lugar. En segundo lugar, es necesario para ayudar a cubrir la de los que no lo tienen o les falta algo esencial. Pero el dinero mal enfocado es la raiz de todos los males del hombre. El hombre mata por dinero, roba por dinero, estafa por dinero, se prostituye por dinero, se corrompe por dinero...

P. Entonces. ¿Tu no trabajas por dinero?

R. No. Yo si trabajo, trabajo para tratar de suplir mis necesidades básicas. Conseguido el objetivo, el dinero deja de tener importancia para mi vida. A mi el dinero no me esclaviza. Yo soy libre, porque Cristo me ha liberado de esa atadura. Trabajar para poder obtener lo necesario para vivir, no vivir para trabajar por ganar y ganar, y tener más. Busco primero el Reino de Dios y su justicia, y el resto de las cosas ya se me dan por añadidura.

P. Hoy en día con tanto paro, ya le gustaría a alguno poder trabajar en lo que fuera.

R. Pienso que el momento actual es un momento de crisis moral que debe llevar a la persona que pasa por ese drama del paro a replantearse ciertos valores, y hoy su verdadero papel en la sociedad. Hay que darse cuenta que este sistema actual ha fallado. Hablo de España, porque soy español. En España, se ha estado viviendo de espaldas a la realidad durante muchos años. La gente se ha dejado arrastrar por el consumismo sin freno. Han vivido por encima de sus posibilidades. Han perdido la perspectiva de la vida. Se han alejado de Dios y de la religión. Han perdido el sentido verdadero de la vida. De la crisis hay que sacar conclusiones para levantarse y salir.