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26 de octubre de 2011

La cofradía de Pasión / Entrevista conmigo mismo

P. ¿Ha estado también en una cofradía?

R. Pues si.

P.¿Cómo llegó a entrar?

R. Una voluntaria de Radio María nos metió. A mi me simpatizaba la cofradía, mi mujer siempre ha sido cofrade y le gusta mucho la Semana Santa, así que por primera vez teníamos la posibilidad de asistir los dos. Llegamos a salir en tres procesiones durante un periodo de menos de dos años. Participamos en muchos cultos y actos, y yo personalmente ayudé también en lo que se me pedía.

P. ¿Cómo eran los cultos?

R. Aburridos y sin espíritu. Algo fallaba. A mi no me decían nada. Iba por obligación a mi compromiso con la cofradía, pero tenía que forzarme a mi mismo y pocas veces sentí buenas cosas allí. Mucha frialdad de los hermanos. La mayoría de los hermanos no asisten a los cultos durante el año, sólo a salir en la procesión. La cofradía la llevan sólo unos pocos devotos, y debo reconocerles cierto mérito. Pero a la vez debo decir también que mucho de lo que recogen lo han sembrado antes.

P. ¿Y porqué lo dejaron?

R. Mire, los detalles completos no se los puedo contar a usted. Pero lo que si le digo, es que "afortunadamente" salimos de allí. Porque nuestra espiritualidad se estaba secando y poniendo en peligro, con tanto culto y tanta regla, entre tanta frialdad en las Eucaristías, en las que prácticamente no se oía a nadie responder siquiera.

P. ¿Es que usted está siempre como buscando su sitio?

R. No se decirle exactamente. Yo creo que no. Yo creo que es mi celo por estar muy cerca en involucrado dentro de la Iglesia lo que me lleva así. Porque como he dicho un rato antes, mi sitio siempre lo he tenido localizado.

P. ¿Está usted en contra de las cofradías?

R. De ninguna manera. Deben existir. Lo que si les digo a todas, para que no se sienta ninguna mal, es que deben purificar mucho, y que no olviden el centro de la cuestión.

P. ¿Y cual es el centro?

R. El centro es...el centro.

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